Hablamos con los nuevos villanos de 'Narcos' en el rodaje de la serie en Colombia
Sigue Pedro Pascal (el agente Pe?a), acompa?ado de los espa?oles Javier C¨¢mara y Miguel ?ngel Silvestre, y un 'dream team' de actores latinos como Arturo Castro de 'Broad City'
Cuando ya llevamos quince tomas de la misma secuencia en la que el agente Pe?a (Pedro Pascal) entrega un sobre a una periodista, Gabriel me confiesa que nunca ha visto Narcos, a pesar de que la productora de la serie rueda en su restaurante de la peque?a localidad colombiana de Facatitiv¨¢ una escena de su tercera temporada. Y aqu¨ª estamos los dos, este entra?able exmarinero y yo, susurrando y comiendo chocolatinas a la espera de que comience la acci¨®n y las balaceras. "Voy a echar de aqu¨ª a estos actores, que en mi negocio est¨¢ prohibido fumar", bromea.
"Ser inmigrante en el norte de Europa es una cosa complicada. Yo de peque?o no me consideraba sueco ni ellos me consideraban sueco, me llamaban 'cabeza negra'. Trabaj¨¦ diez a?os de alba?il y llegar a una serie que se rueda en Colombia con gente de todo el mundo y de todos los colores es una cosa muy bonita"
Como Gabriel, yo tampoco hab¨ªa visto la exitosa producci¨®n de Netflix. Hice los deberes en mi vuelo a Bogot¨¢ y, tras empacharme de fardos y violencia, me intrigaban dos cuestiones: 1) ?Es posible caer en las garras de la temible burundanga durante una estancia de apenas tres d¨ªas en el pa¨ªs? Y 2) ?C¨®mo es posible que exista Narcos sin Pablo Escobar? La primera se resolvi¨® regresando sano y salvo de mi viaje; la segunda se disip¨® al descubrir que un buen atajo de capos del c¨¢rtel de Cali han tomado el testigo de "El patr¨®n". Menos s¨¢dicos, quiz¨¢, pero igualmente fascinantes.
Repaso la lista de personas que voy a entrevistar y es un dream team de estrellas espa?olas y latinoamericanas. Adem¨¢s de Pascal, coincido en el set con Alberto Ammann (Argentina), Dami¨¢n Alc¨¢zar (M¨¦xico), Arturo Castro (Guatemala), Francisco Denis (Venezuela), P¨ºp¨º Rapazote (Portugal), Mat¨ªas Varela (Espa?a-Suecia) y Javier C¨¢mara (Espa?a) que, tras su papel de cardenal en The young pope, parece estar bendecido. Se respira el orgullo de ser objetos de deseo para los norteamericanos que eligieron como presidente a un se?or que llama "bad hombres" a los hispanos. Los mismos que ahora esperan como ag¨¹ita de mayo m¨¢s cap¨ªtulos en espa?ol subtitulado.
Son como Danny Trejo repartiendo mamporros en la pel¨ªcula Machete, Gasol llev¨¢ndose anillos en la NBA o los chicanos de Brujer¨ªa desafiando al gringo en su disco Matando g¨¹eros. Transmiten camarader¨ªa, encantados de poder revolucionar la industria del entretenimiento de EE UU, con compa?eros a los que admiran y sin tener que trasladarse a Hollywood, disfrutando del entorno. Si os adentr¨¢is en los paisajes id¨ªlicos que publica Michael Stahl-David (uno de los j¨®venes agentes de la DEA) en su cuenta de Instagram @msdincolombia, sabr¨¦is de lo que hablo (y perder¨¦is de paso el miedo a la burundanga).
Primer encuentro. "?Hombre, ya ten¨ªa ganas de verte!", grita Javier C¨¢mara con esa alegr¨ªa que nos apodera cuando topamos con un paisano en un lugar remoto. "?Est¨¢s cansado? Yo destrozado del jet lag. ?Cu¨¢ndo llegaste? ?Ayer? Yo esta ma?ana". Se le ve plet¨®rico, acelerado, y son las ocho de la ma?ana. Explica que, en los nuevos episodios que se estrenan el 1 de septiembre, da vida a "una especie de Luis B¨¢rcenas, que se llama Guillermo Pallomari y es el contable del cartel, que manejaba todos los movimientos de dinero de esta gente". Incapaz de disimular su nuevo acento ("de Cali, m¨¢s suave, porque mi 'se?ora' es de all¨ª, es una actriz incre¨ªble que se llama Lina Castrill¨®n"), titubea porque no sabe hasta d¨®nde puede desvelar y porque le impone que Pallomari sea real: "No s¨¦ d¨®nde est¨¢, no tengo ni idea de si es un confidente de la DEA. Me encantar¨ªa recibir una llamada y que me dijera: 'Hola, tenemos que hablar'. Yo ir¨ªa a esa reuni¨®n".
C¨¢mara cuenta que "el cartel de Cali manejaba quince o veinte veces m¨¢s dinero que el de Medell¨ªn y ten¨ªa un entramado que este hombre vertebraba a trav¨¦s de un sistema financiero genial creado por ¨¦l, con contabilidades ocultas y todas las cifras y nombres de las personas pagadas: polic¨ªas, pol¨ªticos en los libros... ?Imag¨ªnate su poder!". De su experiencia en Narcos destaca, sobre todo, el impacto de la serie ("me llegan mensajes hasta de Jap¨®n que, obviamente, no entiendo") y el equipo humano: "Est¨¢bamos en una sala 35 actores de todos los pa¨ªses, era como un Erasmus con lo mejor del cine iberoamericano, y yo pensaba: 'Aqu¨ª va a morir todo el mundo, ?no hay sitio para tantos actores en diez cap¨ªtulos!".
?El narco es un tipo que vive a tu lado, no es distinto a ti. Todos somos capaces de violencia? -francisco denis
Hoy no rueda Miguel ?ngel Silvestre, pero s¨ª Alberto Ammann (Pacho Hern¨¢ndez), que ya es veterano en la serie y, como propietario de una cafeter¨ªa madrile?a y protagonista de Celda 211, lo incluimos en la selecci¨®n espa?ola. "Est¨¦ticamente hay un cambio, con un gran trabajo creativo. Si bien el mundo de Pablo Escobar era m¨¢s de barrio bajo, aqu¨ª entramos en un mundo sofisticado. No por nada les llamaban los caballeros de Cali: se manejaban de otra manera, estaban en contacto con el mundo de Wall Street¡ y vemos la lucha de la DEA para que el cartel no se una con los yakuza y se convierta en la organizaci¨®n mafiosa m¨¢s grande conocida".
Agradecido por seguir en Narcos ("en esta profesi¨®n nunca sabes si te van a llamar de nuevo, y hay que pagar el alquiler"), Ammann no oculta su nostalgia por el viejo modelo de negocio cinematogr¨¢fico, hoy casi obsoleto. "Me da pena que todo el cine sea en casa y se pierda el evento de estar con gente desconocida y que puedas sentir en el aire lo que pasa, los sobresaltos, la emoci¨®n...", afirma. Y regala un destello de esperanza a los rom¨¢nticos: "Hay tantas series y tan buenas que es abrumador. Entonces, ojal¨¢ que el cine en unos a?os vuelva con fuerza. Yo iba al autocine con mis padres y ha desaparecido, espero que no suceda tambi¨¦n con las salas".
Seguimos poniendo cara al resto de villanos de la tercera temporada. "El capo de los capos" y nuevo Pablo Escobar es Gilberto Rodr¨ªguez Orejuela, al que da vida Dami¨¢n Alc¨¢zar, aparentemente poca cosa pero firme en sus sentencias. "Yo no me meto nada pero estoy a favor de la legalizaci¨®n. ?Qui¨¦n puede levantarse arriba de una monta?a y decir: 'T¨² no fumas de eso, t¨² no te puedes comer eso, no leas eso?'. Esto es un asunto de adultos, ?no? Es una bronca terrible que ha causado much¨ªsimas muertes, y los ¨²nicos que est¨¢n atentos al negocio son EE UU, donde ya se est¨¢ legalizando poco a poco".
Alc¨¢zar viene con ganas. "Los personajes de Narcos son fruto de la violencia de estado. Trabajo en Colombia desde hace a?os y he hecho pel¨ªculas sobre la violencia infame y terrible que azot¨® a este maravilloso pa¨ªs en contra de los ciudadanos que no se ajustan a las reglas del poder y ¡ªaunque suene viejo el lenguaje¡ª el gran capital. Los que mandan son los que tienen la plata y punto". ?Se habr¨¢ encari?ado con el viejo Gilberto? "En la escuela de actuaci¨®n te dicen que no juzgues a los personajes, pero por supuesto que tienes que juzgarlos. Podr¨ªa afrontarlo como un asesino fr¨ªo y calculador, que los hay, pero no es el caso. He le¨ªdo mucho acerca de los capos. Hablamos de hombres de familia, buenos padres y hasta solidarios. Mi trabajo es hacerlo complejo, cre¨ªble como ser humano. No es una reconstrucci¨®n, porque no sabemos ni c¨®mo lo trataban en la c¨¢rcel, pero yo estoy metido ah¨ª en una jaulita y tengo que encontrar los brillos y las aristas".
?Los personajes de narcos surgen de la violencia de estado. Aqu¨ª manda quien tiene la plata y punto? -Dami¨¢n alc¨¢zar
De pronto habilitan para las entrevistas restantes un espacio en el que normalmente se celebran quincea?eras, enorme y atiborrado de decoraci¨®n parisina, lo que me traslada a una de esas jornadas de speed dating para encontrar pareja. ?Ser¨¢ el pr¨®ximo narcotraficante igual de reivindicativo que el anterior? De entrada, Francisco Denis (en la ficci¨®n Miguel, hermano de Gilberto) se presenta con guasa: "No insistas, no te voy a contar el final. Porque no lo conozco". Y mueve mi grabadora de sitio. "Hay muy pocas referencias de la personalidad de Miguel. En un libro, un periodista le describe obsesionado con la limpieza, as¨ª que yo le puse una obsesi¨®n por el orden. Todo el tiempo est¨¢ as¨ª, ordenando las cosas que est¨¢n en la mesa. Perd¨®name".
Denis se pone serio: "El narco es un tipo que vive al lado tuyo, no es un tipo distinto a ti". Y se adentra en un posible jard¨ªn. "O sea, ?t¨² le has pegado a un perro una patadita? Bueno, pues ah¨ª empieza, todos somos capaces de eso, creo, como seres humanos. Son situaciones que te llevan al mil. Todos somos capaces de violencia. De hecho, en la guerra todos acabamos siendo muy violentos, y esas son situaciones extremas, situaciones donde eres t¨² o es el otro, y entonces se llega a esos extremos". Le interrumpen las risas de Arturo Castro y Mat¨ªas Varela.
Arturo es Jaime de la desternillante serie Broad city y Mat¨ªas es un sueco desconocido que descubro que es hijo de gallegos ("?Eres de Coru?a? No jodas, mis padres son de Cambados!", y me abraza al estilo mafia). Se comunican entre ellos con un simple arqueo de ceja porque en el gui¨®n est¨¢n muy conectados y responden al hijo de Miguel Rodr¨ªguez Orejuela, el primero; y a su antagonista y jefe de seguridad de su padre (pr¨ªncipe destronado = celos) ¡ªque encima juega a dos bandas¡ª el segundo. "Hay momentos de comedia, pero muy negra, una comedia rom¨¢ntica mal entendida. Mi personaje es un poco como Joffrey de Juego de tronos, sin sentimientos y muy leal a su familia". Y confirma mi improvisada tesis; esto es una venganza: "Me encanta trabajar con latinos, broder. Empec¨¦ a reconectarme con mis ra¨ªces y ha sido el primer trabajo donde he logrado actuar en espa?ol".
Varela sube un pelda?ito m¨¢s, rozando el acto pol¨ªtico. "Ser inmigrante en el norte de Europa es una cosa complicada. Yo de peque?o no me consideraba sueco ni ellos me consideraban sueco, me llamaban 'cabeza negra'. Trabaj¨¦ diez a?os de alba?il y llegar a una serie que se rueda en Colombia con gente de todo el mundo y de todos los colores es una cosa muy bonita". Y excepcional, como aclara a continuaci¨®n: "Los ¨²ltimos a?os he trabajado en pel¨ªculas de Hollywood. Que se den cuenta de que hay gente muy buena en cine, fuera del entorno de Los ?ngeles o Londres, es fundamental".
Cerramos nuestro narco-triatl¨®n con el prota que repite, Pedro Pascal, y con P¨ºp¨º Rapazote (el capo "Chepe" Santacruz Londo?oo que dirige las conexiones con Nueva York). Pascal (chileno al frente de grandes superproducciones) subraya la "revoluci¨®n latina" explicando que de ni?o pasaba largas temporadas en Colombia con su familia y que su padre es responsable del nacimiento de una de las asistentes de producci¨®n de la serie: "Sus padres, que eran amigos suyos, le pidieron un m¨¦todo anticonceptivo que no funcion¨®". En cuanto a su rango de veterano, fanfarronea: "Yo aqu¨ª soy el l¨ªder, no hacen nada sin mi consentimiento", y estalla en carcajadas. Rapazote le da la raz¨®n y reivindica que Portugal, "siempre de tan bajo perfil, saque pecho" gracias a su participaci¨®n en Narcos. Viendo c¨®mo en el tr¨¢iler cose a balazos a unos malos mal¨ªsimos ah¨ª en el barbero, con su mandilito y sin tan siquiera levantarse del sill¨®n, no podemos sino estar de acuerdo con ¨¦l. Advertencia: "Los errores no se van a tolerar m¨¢s" (y suena de fondo I ain't goin' out like that, de Cypress Hill).
La tercera temporada de Narcos se estrena en Netflix el 1 de septiembre.
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