Pas¨® por la c¨¢rcel, se hizo rapero y ahora es el actor mejor pagado
Dos pel¨ªculas le han bastado a Mark Wahlberg para conseguir los ingresos m¨¢s altos del gremio
A los 13 a?os era adicto a la coca¨ªna. A los 15 persigui¨® a un grupo de ni?as afroamericanas tir¨¢ndoles piedras al grito de "matad a los negros". A los 16 agredi¨® a un se?or vietnamita, huy¨® refugi¨¢ndose de la polic¨ªa en una tienda y, cuando consider¨® que el peligro hab¨ªa pasado, rob¨® seis latas de cerveza y le dio un pu?etazo al tendero (tambi¨¦n vietnamita) dej¨¢ndole ciego de un ojo. Tras pasar 45 d¨ªas en un correccional para menores, Mark Wahlberg (1971, Boston, EEUU) se aferr¨® a la fe cat¨®lica y tres a?os despu¨¦s su canci¨®n Good vibrations era n¨²mero 1 en Estados Unidos. Un pa¨ªs que se vanagloria de ser la tierra de las oportunidades, y se las han dado todas a ¨¦l: hoy Wahlberg es el actor mejor pagado de Hollywood gracias a dos pel¨ªculas, que le han reportado 58 millones de euros. El segundo puesto lo ocupa Dwayne "The Rock" Johnson, que el a?o pasado lideraba la lista de Forbes, con unas ganancias de 55 millones de euros. El tercer actor mejor pagado este a?o, con 46 millones de euros, es el protagonista de la saga Fast & Furious Vin Diesel.
En los 90, Wahlberg se hizo rapero, se volvi¨® modelo de calzoncillos para Calvin Klein, grab¨® un v¨ªdeo de 'fitness',? protagoniz¨® su propio videojuego y se hizo con el papel principal en 'Boogie nights'
Tal y como nos ense?¨® Mad men, para materializar el sue?o americano a veces basta con cambiarse el nombre. Wahlberg dej¨® atr¨¢s el infame honor de ser el quinto de sus hermanos (nueve en total) en pisar la c¨¢rcel, rebautiz¨¢ndose como Marky Mark y erigi¨¦ndose como un icono esencial para entender la cultura pop de los 90: se hizo rapero, se quitaba la camiseta en todas sus actuaciones sin venir a cuento, tuvo bronca con el otro gran pandillero blanco que se apropiaba de la cultura negra (Vanilla Ice), se volvi¨® modelo de calzoncillos para Calvin Klein junto a Kate Moss, grab¨® un v¨ªdeo de fitness y protagoniz¨® su propio videojuego. Antes de que acabara la d¨¦cada, Marky Mark recuper¨® su nombre bautismal y protagoniz¨® Boogie nights (Paul Thomas Anderson, 1997). Ten¨ªa 26 a?os y hab¨ªa decidido ser una estrella del cine.
"Entend¨ª [en la c¨¢rcel] que la ¨²nica forma en la que lograr¨ªa el ¨¦xito ser¨ªa trabajando duro y haciendo lo correcto", recuerda Wahlberg como si estuviera predicando en un p¨²lpito. Boogie nights marcar¨ªa su carrera en el cine, plagada de personajes sin estudios universitarios y por tanto escrupulosamente profesionales porque es su deber y de interpretaciones discretas en torno a las cuales giran el resto de actores brillando mucho m¨¢s que ¨¦l.
En Infiltrados (Martin Scorsese, 2006) Jack Nicholson y Leonardo DiCaprio devoraban la pel¨ªcula. En The fighter (David O. Russell, 2010) Christian Bale y Melissa Leo ganaron el Oscar (Wahlberg ni siquiera estuvo nominado). Lo que el p¨²blico recuerda de Ted (Seth McFarlane, 2012) es al oso de peluche grosero. Y dej¨¦moslo en que poca gente fue a ver Transformers, la era de la extinci¨®n (Michael Bay, 2014) o Transformers, el ¨²ltimo caballero (Bay, 2017) porque sal¨ªa Mark Wahlberg. Cuando el a?o pasado Dwayne "The Rock" Johnson (otro que recuper¨® su nombre para convertirlo en un producto de consumo) recibi¨® el siempre masculino y a menudo vigor¨¦xico t¨ªtulo de actor mejor pagado, el p¨²blico pens¨® "pues tiene sentido". Pero en el caso de Wahlberg, la reacci¨®n ha sido de sorpresa. ?A cuento de qu¨¦?
Dos sueldos le han bastado. La ¨²ltima entrega de Transformers y la secuela de una pel¨ªcula que parece inventada (Padres por desigual) ya suman los citados 58 millones de euros. Wahlberg se ha coronado como el rey de Hollywood sin que nadie se d¨¦ cuenta, logrando que el pasar desapercibido sea el negocio m¨¢s rentable de la industria.
"Hay m¨¢s gente fea y bajita en el mundo que gente como Michael Fassbender, por eso el p¨²blico se pone de mi parte", explica el actor. Su calculada estrategia le ha convertido en el h¨¦roe de la Am¨¦rica obrera: ha hecho de polic¨ªa, pescador, alba?il, bombero, perforador de petr¨®leo, militar y boxeador, pero nunca de profesionales triunfadores de esos que solo existen en el cine como creativo de m¨¢rketing, asesor financiero o arquitecto con trabajo.
Mark Wahlberg en su etapa de rapero como Marky Mark en el videoclip 'Wildside' (1991).
Su secreto es tomarse su condici¨®n de estrella como un oficio. Vive en Los ?ngeles porque le pilla cerca del trabajo, se hizo productor para poder trabajar desde casa y se acuesta a las 18:45 para levantarse a la 1:30, entrenar, leer e-mails, desayunar con sus hijos, llevarles al colegio, ir a misa y empezar las reuniones cuando el resto de la gente se est¨¢ despertando. "Siempre estoy listo para trabajar diez veces, cien veces m¨¢s que el resto de profesionales del rodaje, y siempre estoy listo para proponer ideas pero hacer exactamente lo que el director me indique que haga", resume.
Un tipo como Mark Wahlberg habr¨ªa sido secundario en cualquier otra ¨¦poca de Hollywood. Un personaje como el de Ted, pegado al sof¨¢ viendo la televisi¨®n y bebiendo cerveza como si lo fueran a prohibir habr¨ªa sido el amigo colgado y perdedor del protagonista de una comedia rom¨¢ntica hace 20 a?os. Pero en esta d¨¦cada, con la que est¨¢ cayendo, el perfil de clase obrera de Wahlberg es exactamente lo que el p¨²blico quiere ver en pantalla.
"Otros actores piensan en su gato muerto [para interpretar], o en el color azul, o en aquel lugar en el que se refugiaban cuando ten¨ªan siete a?os, pero yo tengo otra caja de herramientas", asegura. "La filosof¨ªa de James Cagney [el secundario con car¨¢cter por excelencia en el Hollywood cl¨¢sico] tiene m¨¢s sentido para m¨ª. Prep¨¢rate el personaje. S¨¦ el personaje. Y sin mucho esfuerzo, interpreta al personaje", concluye.
Nunca aparece en las listas de los mejor vestidos, tampoco en la de los peor vestidos. No genera v¨ªdeos virales con momentos simp¨¢ticos o entra?ables pero tampoco da declaraciones pol¨¦micas. El ¨²nico traspi¨¦ que ha tenido desde que sali¨® de la c¨¢rcel fue declarar que si ¨¦l hubiera estado a bordo del avi¨®n que se estrell¨® contra las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001 "habr¨ªa habido mucha sangre en el pasillo de primera clase, y luego yo habr¨ªa dicho 'vale, vamos a aterrizar en un lugar seguro, no se preocupen'". Una fantas¨ªa que ¨¦l mismo calific¨® como "rid¨ªcula" un par de d¨ªas despu¨¦s.
Pero la lista en la que s¨ª ha acabado apareciendo (y encabezando) es la de los actores mejor pagados. Su recuperaci¨®n moral ha sido discreta y sobria pero constante y, en ¨²ltima instancia, recompensada.
Mark Wahlberg representa el equivalente en Hollywood a la dignidad de fichar cada ma?ana a la hora adecuada. Su negocio familiar, una cadena de hamburgueser¨ªas nombrada inevitable y fabulosamente Wahlburgers (en ingl¨¦s se pronuncia casi igual que su apellido), ha generado una fortuna y un reality show en el que vemos como su madre sigue yendo a comprar al mercadillo. Se someti¨® a 60 sesiones de l¨¢ser para borrar todos sus tatuajes, eliminando as¨ª todo vestigio de Marky Mark, y tuvo cuatro hijos (Ella Rae, de 14 a?os, Michael, de 11 a?os,?Brendan Joseph, de 9 a?os, y Grace Margaret, de 7 a?os) en seis a?os con su mujer, la modelo Rhea Durham (1978, EEUU). La pareja, que comenz¨® su relaci¨®n en 2001, se cas¨® en 2009 en una ceremonia discreta.
Estipula por contrato que sus rodajes le dejen tiempo para asistir a misa (dos veces) el domingo por la ma?ana en la iglesia de su barrio, preside una organizaci¨®n ben¨¦fica para ayudar a chavales sin recursos de Boston, se define "absolutamente feminista" y se ha posicionado a favor de Barack Obama, Hillary Clinton y el matrimonio entre personas del mismo sexo. "Creo que el haber sido capaz de darle la vuelta a mi vida, conseguir que mi madre est¨¦ orgullosa y convertirme en una persona mejor concentr¨¢ndome en mi fe hace que me sienta honrado cada vez que vuelvo a casa", explica. La ¨²nica visita que recibe de su pasado como delincuente juvenil, adem¨¢s de la pregunta de rigor en todas las entrevistas, es la de un tipo que le regal¨® su televisi¨®n cuando compart¨ªan celda y ahora le pide dinero de vez en cuando.
Quiz¨¢ en los 90 el sue?o americano se hiciese en calzoncillos, pero en los 2010 se consigue madrugando. Si los actores de Hollywood se clasifican en tres arquetipos (los Jimmy Stewart, los Cary Grant y los John Wayne), Mark Wahlberg encarna a un Wayne con uniforme, el cowboy en tiempos de posverdad, al hombre tranquilo ante el terror y el profesional que jam¨¢s levanta la voz. Pero por encima de todo, representa una historia tan antigua como el ser humano: la redenci¨®n mediante el cumplimiento del deber.
En 1992, cuando todav¨ªa era Marky Mark, recordaba su adolescencia como alba?il: "Trabajaba como pe¨®n, y aquello tambi¨¦n me hac¨ªa feliz porque me hac¨ªa sentir bien. Construir un muro que se convertir¨ªa en un edificio me hac¨ªa sentir bien". Su filosof¨ªa no ha cambiado demasiado en 25 a?os. "Tengo 42 y no me he mirado al espejo en una d¨¦cada", confesaba en 2014. "Me importa una mierda mi aspecto. Si tengo que prepararme f¨ªsicamente para un papel lo har¨¦, pero no tengo nada que demostrar. No estoy intentando impresionar a nadie". Y quiz¨¢ esta actitud sea lo m¨¢s impresionante de la trayectoria de Mark Wahlberg: la f¨¢bula m¨¢s inspiradora de Hollywood. No s¨®lo por su improbable final feliz, sino porque ¨¦l ha sido el villano, el h¨¦roe, el antih¨¦roe y ahora se comporta como el narrador de mediana edad que te explica la moraleja al acabar el cuento.
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