?Por qu¨¦ nos sorprende que Johnny Depp sea un tipo detestable?
Es poco defendible la ceguera del p¨²blico ante los desmanes de sus ¨ªdolos. El caso del actor es el ¨²ltimo ejemplo
La percepci¨®n que el gran p¨²blico tiene de cada estrella es casi siempre la que Hollywood quiere que tenga. Por eso esa fama de tipo duro que convirti¨® a Johnny Depp (Kentucky, 53 a?os) en un mito er¨®tico era percibida como inofensiva: entraba dentro de los c¨¢nones del rebelde sin causa tradicional americano. Hasta que se sali¨® de esos c¨¢nones.
Johnny Depp fue denunciado por agresiones f¨ªsicas en la demanda de divorcio interpuesta por Amber Heard. Las redes sociales, ese hemiciclo tan abstracto y an¨¢rquico que siempre tiene opiniones, se pusieron de parte de ¨¦l. "No le pega nada", dec¨ªan algunos. "?C¨®mo va a ser violento un hombre tan generoso?", se preguntaban otros acompa?ando su reflexi¨®n con fotos de Depp coloc¨¢ndole el sonotone a una anciana el mismo d¨ªa de la denuncia.
"?C¨®mo va a ser violento Johnny Depp?" es una pregunta vac¨ªa, porque el simple hecho de aparecer en pel¨ªculas de ¨¦xito no exime a nadie de cometer errores o delitos
No es un caso aislado. Ha pasado en numerosas ocasiones. En 1943, dos adolescentes acusaron al actor Errol Flynn de abusos sexuales. Flynn era una de las mayores estrellas del primer Hollywood, gracias a sus papeles de gal¨¢n rom¨¢ntico y, sobre todo, a la pel¨ªcula Rob¨ªn de los bosques. Seg¨²n la acusaci¨®n, Flynn se hab¨ªa aprovechado del estado de embriaguez de las dos chicas, ambas de 17 a?os. La conmoci¨®n social fue abrumadora, mayormente a favor de la estrella: la asociaci¨®n ABCDEF (American Boys Club for the Defense of Errol Flynn) lider¨® un movimiento que ven¨ªa a decir que c¨®mo iba Errol a abusar de nadie, si con lo guapo que era podr¨ªa conseguir a quien quisiera.
Flynn fue declarado inocente, lo cual no sorprendi¨® a una de las denunciantes, Peggy Satterlee, que cont¨® a la prensa que "el jurado se pas¨® el juicio mirando a Errol Flynn y ador¨¢ndole, como si fuera su hijo". A pesar de que Flynn hab¨ªa inmortalizado la frase "el wiski me gusta a?ejo, pero las mujeres me gustan j¨®venes", nadie le tuvo en cuenta esta controversia y sigui¨® acumulando ¨¦xitos hasta que su carrera se hundi¨® cuando no se alist¨® en el ej¨¦rcito para combatir en la Segunda Guerra Mundial. Parad¨®jicamente, el p¨²blico no le perdon¨® esta afrenta, aunque la ¨²nica raz¨®n por la que Flynn no fue al frente fue porque no hab¨ªa pasado el examen m¨¦dico. El actor muri¨® a los 50 a?os de un ataque al coraz¨®n, justo antes de casarse con la que habr¨ªa sido su cuarta mujer, una chica de 15 a?os.
Desde los albores de Hollywood, la industria siempre se ha asegurado de que sus estrellas existan en una dimensi¨®n distinta de la nuestra. Eso genera fascinaci¨®n y misterio, y por tanto millones de d¨®lares. Cuando esta magia se rompe, la opini¨®n p¨²blica reacciona oscilando entre la decepci¨®n y la confusi¨®n: ?pero c¨®mo va a hacer algo malo, si es una estrella de Hollywood? Esta tendencia a disculpar a la gente solo porque es famosa se ha puesto de manifiesto recientemente con dos casos muy distintos. Clint Eastwood dando su apoyo p¨²blico al candidato republicano Donald Trump (convirti¨¦ndose en la ¨²nica estrella de primer orden en hacerlo) y el escabroso episodio de Johnny Depp siendo acusado de malos tratos por parte de su ahora exmujer, Amber Heard.
Clint Eastwood es un republicano de pura cepa, desde que en 1952 se registr¨® como tal para votar por Eisenhower. Sin embargo, su sensibilidad y la empat¨ªa (que siempre exudan sus pel¨ªculas) le llev¨® a criticar las empresas b¨¦licas de su partido en Corea, Vietnam, Irak y Afganist¨¢n. Tambi¨¦n se ha mostrado a favor de la libertad de las mujeres de elegir abortar y de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Este aire de "republicano afable" hizo que muchos se sorprendiesen cuando hace un par de semanas Eastwood confes¨® que, a la hora de elegir, prefiere a Trump porque "Hillary Clinton seguir¨¢ los pasos de Obama, y ella ha ganado mucha pasta con la pol¨ªtica. Estoy seguro de que Ronald Reagan renunci¨® a lucrarse con su pol¨ªtica".
La prensa aliment¨® esta narrativa destapando el pasado bisexual de Amber Heard, como si tuviera remotamente algo que ver con su divorcio, y asegurando que esas exnovias de su esposa fueron lo que empujaron a Depp a perder los papeles
Respecto a los comentarios racistas de Donald Trump, Eastwood le disculp¨® asegurando que el candidato dice muchas tonter¨ªas, pero la prensa las ha exagerado. "En mi ¨¦poca decir esas cosas no era racista", recuerda Eastwood, que es de la misma edad que Trump. Y a?adi¨®: "Vivimos en una sociedad de nenazas" (nota: algunos medios espa?oles han traducido pussies como "mariquitas", lo cual no es del todo correcto).
?Por qu¨¦ nos sorprende tanto que Clint Eastwood, que siempre ha votado al partido republicano, apoye al candidato republicano? Si casi la mitad de los americanos son partidarios de Trump, es cuesti¨®n de probabilidad que alguno de ellos sea una estrella de Hollywood. Incluso Meryl Streep, que comparti¨® pantalla con Eastwood en Los puentes de Madison, se qued¨® perpleja ante estas declaraciones y asegur¨® que tendr¨ªa que "hablar con ¨¦l".
La imagen lo es todo y por eso cuando tres estrellas cl¨¢sicas como Kevin Costner, Harrison Ford y Michael Douglas se divorciaron, el p¨²blico s¨®lo le dio la espalda a una de ellas. Los tres hab¨ªan sido infieles a sus mujeres, pero Ford y Costner disfrutaban de una imagen p¨²blica impecable que Douglas, famoso por sus thrillers er¨®ticos, no ten¨ªa.
Volviendo al caso m¨¢s reciente, el de Johnny Depp. Lo cierto es que el actor ya cre¨® esc¨¢ndalo en los 90, cuando destroz¨® un par de habitaciones de hotel durante su relaci¨®n con la modelo Kate Moss. Estos arranques violentos no eran una novedad, pero aquella furia hotelera qued¨® enterrada como una an¨¦cdota de los locos a?os 90, como una reliquia de la fachada de rebelde de Depp e incluso como parte de su encanto impetuoso.
Desde aquel esc¨¢ndalo, Johnny Depp se ha convertido en uno de los actores favoritos del gran p¨²blico, cuyo instinto inicial fue desconfiar de la v¨ªctima. La prensa aliment¨® esta narrativa destapando el pasado bisexual de Amber Heard, como si tuviera remotamente algo que ver con su divorcio, y asegurando que esas exnovias de su esposa fueron lo que empujaron a Depp a perder los papeles. La publicaci¨®n de un v¨ªdeo en el que Depp se muestra agresivo contra el mobiliario de su casa y agrede verbalmente a Heard mientras se pone una copa de vino a primera hora de la ma?ana ha acelerado el acuerdo, seg¨²n el cual Heard recibir¨¢ una suma (sin duda muy alta) de dinero a cambio de su silencio.
Da la sensaci¨®n de que ha hecho falta que la persona menos famosa del conflicto aporte muchas m¨¢s pruebas que la estrella. Pero la repercusi¨®n social de este turbio episodio ha evidenciado una vez m¨¢s la ceguera del p¨²blico ante los pecados de sus ¨ªdolos, quiz¨¢ porque brillan demasiado. "?C¨®mo va a ser violento Johnny Depp?" es una pregunta vac¨ªa, porque el simple hecho de aparecer en pel¨ªculas de ¨¦xito no exime a nadie de cometer errores o delitos. A veces, incluso, lo facilita: les hemos dejado creer que est¨¢n por encima del bien y del mal y que pueden hacer lo que les d¨¦ la gana. Esta vez no.
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