Ecos del atentado
Los mensajes sobre el ataque terrorista en La Rambla dominan el correo de agosto. La mayor¨ªa son quejas por algunas fotos
El atentado terrorista que ensangrent¨® Catalu?a hace dos semanas ha sido, por desgracia, el tema de agosto. El l¨®gico inter¨¦s que ha suscitado en los lectores se aprecia en los muchos mensajes referentes a este ataque terrorista que he encontrado en mi buz¨®n de correo a la vuelta de las vacaciones. La mayor¨ªa son quejas por la cobertura gr¨¢fica, aunque hay tambi¨¦n mensajes que se?alan alg¨²n error o critican piezas de opini¨®n que ya provocaron una inmediata y virulenta reacci¨®n en las redes sociales. Caso del editorial del 18 de agosto y de la vi?eta de Peridis del d¨ªa siguiente.
En el editorial Atentado en Barcelona -calificado de ¡°miserable¡± por el presidente de la Generalitat-, se pide al Govern, ante un ataque terrorista de tal magnitud, que abandone la agenda secesionista y se ponga a trabajar, ¡°al servicio de los problemas reales de Catalu?a¡±. Varios mensajes dedican al art¨ªculo adjetivos muy duros. Un lector, Guillem Ramallo, lo califica de ¡°vergonzoso¡±, y ve en ¨¦l una muestra de la ¡°pol¨ªtica anticatalanista¡± del diario.
Someramente explicada, la vi?eta de Peridis mostraba a un Carles Puigdemont en las nubes, siguiendo su hoja de ruta, y ajeno a un grupo de personas enlutadas, que le contemplan en tierra. Uno de los lectores que me han escrito, Albert Ciutat, se pregunta c¨®mo es posible que hayamos publicado, ¡°una vi?eta con un mensaje tan despreciable, miserable, vergonzoso¡±. Peridis me ha enviado una respuesta. Considera que lo ocurrido en la manifestaci¨®n contra el terrorismo del 26 de agosto, ¡°ha convertido aquel dibujo, tan denostado por algunos, en un testimonio prof¨¦tico y anticipador de lo que podr¨ªa ocurrir si los responsables pol¨ªticos siguen actuando al margen de la Constituci¨®n que ampara el ejercicio de nuestras libertades entre ellas, por supuesto, la libertad de expresi¨®n de los humoristas¡±.
Son mucho m¨¢s numerosos los correos que critican las im¨¢genes publicadas el mismo d¨ªa 17, nada m¨¢s producirse el salvaje atropello en La Rambla. En algunas pod¨ªan verse varias v¨ªctimas tendidas en el suelo, lo que provoc¨® el siguiente mensaje de una lectora, Lorena P¨¦rez: ¡°Agradezco la informaci¨®n que nos est¨¢n proporcionando en relaci¨®n con el ataque terrorista en Barcelona, pero agradecer¨ªa que por favor retiraran las fotos de los heridos que tienen en portada (¡) Me parece muy desagradable y de muy mal gusto hacer noticia con este tipo de im¨¢genes¡±.
Decenas de mensajes de ese d¨ªa y los dos o tres siguientes abundan en la misma queja. Una lectora, Christine Aguilar-Adan, lamenta tambi¨¦n que se publicaran fotos de los supuestos terroristas en las que aparecen, en alg¨²n caso, sonriendo. Otro lector, Santiago Tejedor, deplora la difusi¨®n en nuestra web del v¨ªdeo en el que el ISIS se atribu¨ªa la autor¨ªa de los atentados. Considera que hace propaganda de los terroristas.
He remitido estas quejas a David Alandete, director adjunto del diario, que explica al respecto: ¡°La cobertura gr¨¢fica ha estado a la par de otras noticias similares en gravedad, como son los ataques de Niza, Par¨ªs, Londres. Berl¨ªn, T¨²nez o Turqu¨ªa. La jornada del atentado valoramos numerosos v¨ªdeos y fotos y descartamos aquellos en que se identificara claramente a v¨ªctimas, sobre todo a las menores de edad. Muchos lectores nos agradecieron la publicaci¨®n de las im¨¢genes porque les permite hacerse una idea de la gravedad de lo ocurrido¡±.
Es cierto, como se?ala alg¨²n mensaje, que varios diarios extranjeros han optado por fotos menos expl¨ªcitas. La prensa francesa, seg¨²n me explica Silvia Ayuso, corresponsal en Par¨ªs, evita cada vez m¨¢s publicar im¨¢genes de heridos o de cad¨¢veres tras la pol¨¦mica y el debate que sigui¨® a los atentados de Par¨ªs (2015) y de Niza (2016), .
Sin embargo, del abundante material que me ha enviado Amanda Mars, corresponsal en Washington, se desprende que los grandes diarios estadounidenses, y en concreto The New York Times, han publicado material gr¨¢fico similar al de EL PA?S. Como ven, no existe un criterio com¨²n. Por m¨¢s que los organismos de autocontrol fijen unas normas, como hace el propio Libro de estilo de este peri¨®dico, todas dejan margen a la interpretaci¨®n y es ah¨ª donde surgen las discrepancias.
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