Hace falta una idea

Ayer le¨ª una entrevista con Allen Blue, cofundador de la red de b¨²squeda de empleo LinkedIn, y algunos de sus paradigmas quedaron danzando en ese subconsciente que cada vez halla menos respuestas infalibles y se encuentra m¨¢s c¨®modo en atisbar razones l¨®gicas en todos los bandos.

Estuve a punto de abandonar la lectura cuando descubr¨ª que en Espa?a los perfiles con habilidades cloud computing y distributed computing fueron los m¨¢s contratados en 2016, b¨¢sicamente porque cualquier t¨¦rmino adosado a computing hace tartamudear a mis neuronas. Pero con tanto hurac¨¢n climatol¨®gico y pol¨ªtico, encontrar respuestas en historias de ¨¦xito suele ser un refugio seguro. Blue afirma que los trabajadores de hoy pueden escoger su camino y que cuanta m¨¢s igualdad haya entre jefe y empleado, m¨¢s favorable ser¨¢ para la empresa. Tambi¨¦n dice que tanto unos como otros tenemos que ser m¨¢s flexibles y que no hay plataforma que sustituya al contacto humano.

El ¨¦xito de esta red hace reflexionar sobre el valor de una idea: conectemos a profesionales. Que hablen e intercambien conocimientos, que sepan encontrar los nexos que les unen y las diferencias que convierten en valiosos a los unos para los otros. No impongamos la ley del m¨¢s fuerte, ni la exigencia, ni el apremio. Seamos juncos para ser capaces de encontrar soluciones por muy brioso que sea el viento que sopla y por firmes que sigamos anclados a tierra. Solo hace falta una idea y mucha cintura. Si alg¨²n pol¨ªtico o ciudadano ha llegado hasta aqu¨ª quiz¨¢ entienda que, sea cual sea su bando, en su mano est¨¢ ser junco o prender la mecha.