Dos leyes
La estructura funcionarial no est¨¢ para tomar decisiones arbitrarias sino para asegurar que los ciudadanos pueden relacionarse con el Estado en pie de igualdad entre ellos
Desde el pasado 6 de septiembre, si uno es funcionario en Catalu?a se enfrenta a una tesitura sin parang¨®n en la historia reciente de nuestro pa¨ªs: debe escoger entre dos legalidades vigentes que se contradicen entre s¨ª. Una, la que proviene del Estado, de su Constituci¨®n y de sus sistemas legislativo y judicial. La otra viene del Parlament y de la Generalitat. El momento de la verdad ha llegado: ?c¨®mo elegir?
Una posibilidad es seguir el criterio de que la ley v¨¢lida en la tierra es la que viene dictada por la mayor¨ªa, pero en ese caso el funcionario tendr¨¢ que escoger qu¨¦ mayor¨ªa, es decir, cu¨¢l es el sujeto soberano legitimado para decidir sobre la ley: ?es toda Espa?a o es solamente Catalu?a? ?Y es la Catalu?a de hoy o lo es la que hasta hace no demasiado s¨ª se inscrib¨ªa dentro del entramado estatal? Esta decisi¨®n es, am¨¦n de todas las justificaciones ideol¨®gicas que se nos ocurran para cada una, esencialmente arbitraria.
La estructura funcionarial, sin embargo, no est¨¢ para tomar decisiones arbitrarias, sino para asegurar que los ciudadanos pueden relacionarse con el Estado en pie de igualdad entre ellos. La ley define la estructura de esa interfaz. Y lo que es m¨¢s importante: la ley, en una democracia, contiene mecanismos para cambiarse a s¨ª misma si los ciudadanos deciden que en alg¨²n momento dicha interfaz debe ser actualizada o modificada.
?Dispone la legalidad espa?ola de v¨ªas de cambio propias a trav¨¦s de cauces democr¨¢ticos? S¨ª. ?Es, en algunos casos, costoso cambiar estas leyes, como sucede con la reforma constitucional o la posibilidad de abrir espacios para un refer¨¦ndum acorde a derecho? Tambi¨¦n. En su momento se decidi¨® que estas supermayor¨ªas eran una buena idea para dotar de estabilidad al entorno en el que los ciudadanos se relacionaban con el Estado. Ahora podemos cuestionar la vigencia de dicha decisi¨®n, sin duda. Pero cualquier criterio que escojamos para salt¨¢rnosla sin seguir los cauces entonces definidos estar¨¢ sujeto a la arbitrariedad, la incertidumbre y la imprevisibilidad: justo lo opuesto de lo que se espera de un Estado y de su cuerpo funcionarial. @jorgegalindo
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