Becas universitarias, una propuesta de mejora
El reto de la Administraci¨®n es evaluar la eficiencia y equidad del sistema
A finales de julio, el Consejo de Ministros aprob¨® el real decreto que fija los requisitos de las becas y ayudas al estudio para el pr¨®ximo curso acad¨¦mico. El presupuesto es el m¨¢s cuantioso de la historia (1.420,3 millones de euros, un 25% m¨¢s que en 2012). Siendo una noticia positiva, la efectividad de un sistema se mide por la calidad de sus resultados y no por la cantidad de recursos invertidos, y el espa?ol a¨²n tiene muchos aspectos que mejorar.
Aunque el acceso a la educaci¨®n superior se ha incrementado del 37% al 59% entre 1995 y 2014 en los pa¨ªses de la OCDE, los estudiantes con padres no universitarios muestran unas tasas de graduaci¨®n muy inferiores. Mientras que el 67% de alumnos con padres universitarios logr¨® un t¨ªtulo, solo el 23% de los estudiantes con padres sin formaci¨®n universitaria lo alcanz¨®. Las diferencias en el ¨¦xito acad¨¦mico entre estos estudiantes y sus compa?eros se explican por dos causas fundamentales: las dificultades que sufren para acceder a la universidad (debido a las barreras financieras) y las diferencias significativas en el rendimiento acad¨¦mico.
A pesar del amplio presupuesto, el sistema nacional dista mucho de la perfecci¨®n
Con el objetivo de promover el acceso a la universidad, el Estado dispone becas que se conceden condicionadas a las necesidades econ¨®micas de las familias y a cumplir un m¨ªnimo rendimiento acad¨¦mico exigido. Estas ayudas subvencionan el pago de la matr¨ªcula (la media de una primera inscripci¨®n es de 1.100 euros, mientras que el coste medio es de 6.480 euros), m¨¢s unas cantidades adicionales para cubrir los costes de vida si el estudiante se traslada de ciudad, para compensar los bajos ingresos familiares, etc¨¦tera. Destacan como ayudas de este tipo a nivel internacional la Pell Grant en EE UU o la Bourses sur Crit¨¨res Sociaux en Francia, que benefician a un tercio de los alumnos universitarios en estos pa¨ªses, y alrededor de un cuarto en Espa?a (unos 300.000 estudiantes de grado, de 1,26 millones matriculados en el curso 2014-2015). La investigaci¨®n internacional concluye que estos apoyos financieros mejoran significativamente el acceso a la universidad, la continuidad en la carrera, la graduaci¨®n, y en consecuencia, los futuros ingresos de los estudiantes m¨¢s desfavorecidos.
En los ¨²ltimos a?os, el sistema nacional se ha modificado sustancialmente. En 2012 se incrementaron los m¨ªnimos acad¨¦micos exigidos, y en 2013 se endurecieron aun m¨¢s, cambiando conjuntamente la estructura de la ayuda (con una parte fija y otra variable) y las cuant¨ªas otorgadas.
A pesar del amplio presupuesto, el sistema nacional dista mucho de la perfecci¨®n y, persisten tres problemas graves que es preciso resolver:
1. Cambiar el calendario de solicitud y concesi¨®n. El plazo para solicitar beca comienza a mediados de agosto y termina a mitad de octubre. Los estudiantes pueden conocer el resultado de la solicitud en cualquier momento del a?o acad¨¦mico. Este procedimiento es perjudicial para los estudiantes m¨¢s desfavorecidos, y ya ha sido denunciado por el Consejo Escolar del Estado. Si un estudiante de escasos recursos depende de la beca para acceder a la universidad, no puede recibir la informaci¨®n y la cuant¨ªa con el curso ya empezado, ya que implica estar matriculado y seguirlo sin la misma. Esto disuade de matricularse al grupo m¨¢s vulnerable, o bien, a simultanear trabajo y estudio, con lo que, en general, el rendimiento de estos estudiantes ser¨¢ inferior por razones puramente econ¨®micas y no acad¨¦micas. Este problema se resolver¨ªa si todas las solicitudes finalizaran antes del inicio del curso (como ocurre en Francia).
Si Espa?a quiere acercarse a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo, es imprescindible que se tome en serio la evaluaci¨®n rigurosa de sus pol¨ªticas p¨²blicas
2. La cuant¨ªa deber¨ªa variar en funci¨®n de la comunidad aut¨®noma o municipio. Aunque el importe no depende del lugar en el que est¨¢ ubicada la universidad, los costes de vida son diferentes a lo largo del territorio nacional. Con el sistema actual, los estudiantes est¨¢n relativamente m¨¢s cubiertos si estudian en regiones donde el coste es relativamente inferior, un contrasentido. Una soluci¨®n ser¨ªa que las cuant¨ªas dependan de los costes de vida del lugar donde se estudia, y se incrementen para cubrir la totalidad del coste real que soportan los estudiantes.
3. La cuant¨ªa variable deber¨ªa percibirse al comienzo del curso y depender del rendimiento del curso anterior. Esta ayuda depende del ingreso y rendimiento acad¨¦mico en el curso en el que se solicita, y se percibe al final del a?o acad¨¦mico (en junio). Aunque es favorable que una parte dependa del rendimiento para incentivar una mejora acad¨¦mica, esta no se recibe hasta que el curso se ha cerrado. Estos incentivos se orientan m¨¢s hacia una recompensa final que hacia la necesidad inicial. Una posible soluci¨®n es que esta cuant¨ªa dependa del rendimiento acad¨¦mico del curso anterior. La ayuda se percibir¨ªa a principio de curso (cumpli¨¦ndose el objetivo de necesidad) y los becados seguir¨ªan teniendo incentivos para rendir al m¨¢ximo para obtener una cantidad superior el curso siguiente.
El nuevo reto que se debe imponer la Administraci¨®n ¨Chasta la fecha ning¨²n gobierno de cualquier color pol¨ªtico ha asumido- es evaluar la eficiencia y equidad del sistema. El ministerio no proporciona datos administrativos a los investigadores para evaluar el rendimiento de las becas, escud¨¢ndose en la ¡°protecci¨®n a la que est¨¢n sometidos los ficheros por la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos¡±. Si Espa?a quiere acercarse a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo, resulta imprescindible que se tome en serio la evaluaci¨®n rigurosa de sus pol¨ªticas p¨²blicas. Para ello, es fundamental la transparencia, adem¨¢s de hacer part¨ªcipes, junto a los funcionarios, a investigadores y consultores externos en el proceso de an¨¢lisis.
Jos¨¦ Montalb¨¢n Castilla es doctorando en Paris School of Economics.
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