El silencio y la mentira
El discurso de Puigdemont lleva dentro la amenaza; el de Rajoy solo es silencio
En uno de los monumentos m¨¢s singulares de la Antig¨¹edad, el bajorrelieve de Behist¨²n, el rey Dar¨ªo explica las razones de la derrota de quienes se hab¨ªan rebelado contra ¨¦l: eran "reyes mentirosos" y "quien sea rey debe precaverse de la mentira". Dar¨ªo da cuenta puntual de esos enfrentamientos, como prueba de su verdad y del esp¨ªritu de justicia.
Al leer la carta de los cuatro dirigentes catalanes, cabe apreciar que en la actualidad los papeles se han invertido. En una sociedad dominada por los medios y la imagen, quienes hablan son "los reyes mentirosos", para justificar su rebeli¨®n, en tanto que el Gobierno les deja el terreno libre y conf¨ªa solo en sus recursos t¨¦cnicos para sostener el Estado de derecho. No se cuida siquiera de destacar la mentira de los rebeldes.
La mentira de fondo es incuestionable: seg¨²n el relato de Puigdemont y los suyos no dejaron de proponer desde el principio un di¨¢logo rechazado por Rajoy. Solo que tras la entrevista Rajoy-Mas de septiembre de 2012, donde fue rechazado el concierto bis, la Generalitat emprendi¨® por su cuenta el camino de la independencia, de manera que hasta hoy el ¨²nico contenido del "di¨¢logo" hubiese sido aprobar el refer¨¦ndum. En un atraco pol¨ªtico mal puede dialogarse con quien ya ha sacado el rev¨®lver. Nunca hubo una oferta catalanista de plantear la cuesti¨®n partiendo de cero. Menos dentro del marco constitucional.
Mentiras sobre mentiras. El TC recort¨®, no "tumb¨®" el Estatut, y por ello no pudo romperse el "pacto constitucional de 1978", falsa interpretaci¨®n pro domo del proceso constituyente. Si se limit¨® la libertad de expresi¨®n, fue desde una Generalitat que controla los medios en r¨¦gimen de monopolio contra cualquier opini¨®n disidente. No se impiden actos pol¨ªticos, v¨¦ase Tarragona. Si hubo querellas contra el Govern y la Mesa del Parlament, fue por haber impuesto sus decisiones independentistas, anticonstitucionales, con absoluto desprecio de las m¨¢s elementales reglas de la democracia representativa.
Ahora ofrecen un "refer¨¦ndum pactado". En su ejercicio de propaganda mendaz de cara al exterior, los cuatro dirigentes olvidan un peque?o detalle: el refer¨¦ndum o plebiscito "de autodeterminaci¨®n" -por fin sali¨® la liebre del sombrero- ya lo han convocado ellos, e incluso est¨¢ aprobada una mini-Constituci¨®n. Lo est¨¢n viviendo en r¨¦gimen de placer solitario. Ofrecer ahora " un di¨¢logo abierto y sin condiciones " es un sarcasmo.
Posiblemente eficaz: los grandes intereses capitalistas -y ah¨ª est¨¢ el Financial Times- quieren que esto se resuelve como sea. El discurso de Puigdemont lleva dentro la amenaza; el de Rajoy solo es silencio. Ganan los mentirosos.
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