Los errores del ¡®nuevo¡¯ PSOE
El gran reto de la izquierda ser¨¢ gestionar la abundancia, no la escasez
Aunque parezca que la pol¨ªtica-espect¨¢culo empez¨® con Trump, hace d¨¦cadas ya hab¨ªa pol¨ªticos-actores. En 1976, cuando Ford consigui¨® la nominaci¨®n, Reagan improvis¨® una de sus mejores actuaciones en la convenci¨®n republicana: ¡°Hace d¨ªas¡±, dijo, ¡°me propusieron escribir una carta y guardarla en una c¨¢psula del tiempo, que se abrir¨¢ dentro de cien a?os. Quienes lean esta carta sabr¨¢n si estuvimos a la altura. Porque el futuro depende de lo que hagamos aqu¨ª y ahora¡±. La convenci¨®n estall¨® en aplausos. Cuatro a?os m¨¢s tarde, Reagan ganar¨ªa las elecciones.
Uno tiene la sensaci¨®n, viendo la andadura del ¡°nuevo¡± PSOE, que algunos de sus dirigentes entendieron al rev¨¦s la c¨¢psula de Reagan. Que en lugar de guardar en un sobre las preguntas con los desaf¨ªos futuros, escribieron las respuestas. Y que varias d¨¦cadas despu¨¦s, han desempolvado las mismas cuartillas por si todav¨ªa sirven para algo.
Los primeros indicios surgieron cuando el ¡°nuevo¡± PSOE dedic¨® gran parte de su Congreso a cuestiones identitarias, aquellas que seg¨²n Mark Lilla han llevado a la izquierda al vac¨ªo: en una ¨¦poca de transformaci¨®n digital y cambios geopol¨ªticos bruscos, el PSOE se dedic¨® a discutir cu¨¢ntas naciones componen Espa?a, y a reivindicarse como ¡°la izquierda aut¨¦ntica¡±. Con todo, lo m¨¢s grave vino despu¨¦s: al ¡°nuevo¡± PSOE no le import¨® que el CETA fuese el primero de los tratados comerciales de tercera generaci¨®n, una respuesta a las deficiencias de la globalizaci¨®n; ni que lo negociase la UE en su conjunto, o que la legislaci¨®n medioambiental canadiense fuese de las m¨¢s avanzadas. Como las respuestas estaban escritas en un papelito hace veinte a?os, y como adem¨¢s Podemos lo rechazaba, la nueva dirigencia socialista se opuso al CETA para ¡°lanzar un mensaje¡±.
La izquierda se encuentra m¨¢s hu¨¦rfana que nunca, con dos partidos compitiendo por caminar hacia el pasado
Lamentablemente, la lista no se queda ah¨ª: el Secretario de Econom¨ªa del PSOE recomendaba como la mejor lectura del a?o, un art¨ªculo que defin¨ªa a Google y Facebook como ¡°nada m¨¢s que mecanismos de reducci¨®n de los salarios a niveles de subsistencia¡± (en serio, ?nada m¨¢s?).
Sigamos: la jornada laboral de 35 horas, otra propuesta socialista, fue implementada en Francia en los noventa, antes de que sus magros resultados diluyesen sus seguidores. Quiz¨¢s algunos la confundan con la jornada de cuatro horas de Tim Ferris, pero son como un huevo y una casta?a. Una busca repartir las migajas, la otra, expandir el futuro.
Hace casi veinte a?os, un dirigente socialista, tambi¨¦n en un congreso, exclam¨®: ¡°No estamos tan mal¡±. Algo parecido debemos decir ahora. En Abundance, Diamandis y Kotler dibujan un futuro mucho m¨¢s optimista, aunque no por ello menos realista: la robotizaci¨®n (parcial) de las intervenciones quir¨²rgicas mejorar¨¢ dr¨¢sticamente sus resultados. En el sector energ¨¦tico, el abaratamiento de paneles solares y bater¨ªas permitir¨¢ un modelo m¨¢s seguro, limpio y competitivo. Elon Musk planea unir Washington y Nueva York en 29 minutos (actualmente el tren tarda casi 3 horas y media). Y as¨ª, un largo etc¨¦tera.
?Se agota as¨ª el espacio pol¨ªtico para la izquierda? Al contrario. Su gran reto durante las pr¨®ximas d¨¦cadas no ser¨¢ gestionar la escasez, sino la abundancia. Construir mecanismos de gobernanza para asegurar un acceso universal, en condiciones de igualdad, a las inmensas oportunidades del futuro, y garantizar unas condiciones m¨ªnimas a los m¨¢s desfavorecidos. Las respuestas a los desaf¨ªos, como el envejecimiento de la poblaci¨®n, el cambio clim¨¢tico o la robotizaci¨®n, no pueden venir de una izquierda nost¨¢lgica y numantina. Hace unas semanas, Bill Gates dedicaba el n¨²mero de la revista Time a los ¡°optimistas¡±. Nosotros reivindicamos una izquierda conseptimista: la que a¨²na el realismo de lo que se puede conseguir con el optimismo que inspira el futuro.
A alguien le sorprender¨¢ que un art¨ªculo sobre el socialismo espa?ol empiece por Reagan, pero no es casual. Lilla se?ala precisamente a su presidencia, cuando la izquierda en EE UU renunci¨® a tener un programa para la mayor¨ªa. En Espa?a, la derecha se renueva a medida que Ciudadanos le gana terreno al Partido Popular. La izquierda, en cambio, se encuentra m¨¢s hu¨¦rfana que nunca, con dos partidos compitiendo por caminar hacia el pasado.
Nadie sabe c¨®mo ser¨¢ el futuro dentro de cien a?os. Sabemos que las respuestas ser¨¢n muy diferentes a las que algunos guardaron en la c¨¢psula del tiempo cuando la realidad era otra, cuando en nada se parec¨ªa a la que tenemos la fortuna de estar viviendo.
Daniel Romero-Abreu es abogado y economista e Isidoro Tapia, economista y MBA por Wharton.
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