Polonia, bajo lupa europea
Las decisiones inconstitucionales del ultraconservador gobierno polaco subvierten los compromisos de la Uni¨®n
Desde que, en 2008, la UE se sumergi¨® en la Gran Recesi¨®n, fuimos muchos los que sostuvimos que esta crisis no era, como se nos dijo, ¡°financiera¡± o ¡°econ¨®mica¡±, sino pol¨ªtica, afectando a la raz¨®n de ser de la integraci¨®n europea. Europa se ha consumido a lo largo de una d¨¦cada, arrastrando los pies por una pendiente sin freno de p¨¦rdida de identidad, de proyecto y de voluntad pol¨ªtica. La redefinici¨®n del paisaje pol¨ªtico resultante -en la UE y los EEMM- ser¨ªa del todo incomprensible sin la pujante emergencia de dos vectores combinados con neta carga antieuropea: populismo y nacionalismo reaccionario. Su combinaci¨®n los hace a¨²n m¨¢s letales.
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Cada vez que en el Parlamento Europeo hemos hecho sonar la alarma de esa deriva regresiva, las protestas declamadas por sus apologetas han recurrido a dos coartadas: a) ¡°The EU is going Political!¡±, ?c¨®mo si la preocupaci¨®n por las reglas del Estado de Derecho no fuesen una prioridad pol¨ªtica de primera magnitud!; b)- La coartada victimista, que hip¨®critamente pretende que las instituciones de la UE se ensa?an con alg¨²n pa¨ªs -d¨ªgase Hungr¨ªa o Polonia- por ser ¨¦ste su ¡°chivo expiatorio¡±... no por haber reivindicado, con ret¨®rica ofensiva y actos desafiantes, una ¡°democracia iliberal¡± que niega la ¨²nica democracia cre¨ªble: la constitucional.
Los abusos perpetrados por los gobiernos d¨ªscolos frente a las exigencias del Estado de Derecho persiguen la subversi¨®n de los compromisos contra¨ªdos cuando se adhirieron al ¡°Club¡± y al Tratado de Lisboa -Criterios de Copenhague (art. 3 TUE). Suelen encubrirse, adem¨¢s, bajo la huera invocaci¨®n de la ¡°regla de la mayor¨ªa¡± (por m¨¢s que su mayor¨ªa parlamentaria haya sido obtenida con un ¡°premio electoral¡± de multiplicaci¨®n de esca?os que potencie en el Parlamento una base electoral exigua e insuficiente para cambiar las reglas constitucionales de juego). Se ignora as¨ª, contumazmente, que la democracia nunca consisti¨® en la mayor¨ªa sin m¨¢s, sino en la protecci¨®n de minor¨ªas y oposici¨®n y en el respeto a las normas que hayamos acordado entre todos, lo que incluye la separaci¨®n de poderes y la tutela de derechos por un Poder Judicial independiente.
La relevancia crucial de una Justicia independiente se realza m¨¢s, si cabe, visto el papel de los jueces de cada Estado miembro como ¨®rgano de aplicaci¨®n ordinaria del Derecho Europeo y cooperadores (a trav¨¦s de la cuesti¨®n prejudicial) de la garant¨ªa suprema de su interpretaci¨®n uniforme que corresponde al Tribunal de Justicia. Baste, para comprobarlo, el test de resistencia europea ante la sumatoria de normas inconstitucionales que el ultraconservador gobierno polaco (Jaroslaw Kaczynski y Beata Szydlo, del partido Ley y Justicia) vienen imponiendo a golpe de su mayor¨ªa en la Sejm (Asamblea Nacional) para dinamitar cualquier vestigio de independencia de la Justicia (leyes de reforma del TC, del Consejo Judicial, de la Justicia ordinaria y de la Escuela Judicial). Adem¨¢s de establecer retiros coactivos de jueces (con edades que discriminan a las mujeres frente a los hombres), confiere al Ministro de Justicia el poder de nombrar y promover jueces y de asignarles los casos sin filtros de legitimidad, racionalidad, ni objetividad, vale decir, exaltando la arbitrariedad y el despotismo.
Catalu?a est¨¢ m¨¢s pr¨®xima a los retrocesos polacos que nunca: una espiral de populismo y nacionalismo reaccionario han conducido a un ¡°autogolpe¡± sin escr¨²pulos
La Comisi¨®n Europea ha activado, a fines 2016, el llamado¡± mecanismo del Estado de Derecho¡±, establecido en 2014 con el impulso decisivo del Parlamento Europeo (y su Comisi¨®n LIBE). En su actual fase procedimental avanzada, se ha remitido al Gobierno polaco una ¡°carta formal¡± de lanzamiento de un procedimiento de infracci¨®n (28 de junio de 2017). En su comparecencia ante la Comisi¨®n LIBE, expuse con claridad al Vicepresidente Timmermans la determinaci¨®n de los socialistas de apoyar la mayor dureza conminatoria y perentoriedad de la sanci¨®n contra el actual Gobierno de Polonia. Dispuestos adem¨¢s a seguir el camino del art. 7 TUE, cuya actuaci¨®n venimos urgiendo muchos desde que comenz¨® su derrotero regresivo y autoritario, que ha carcomido los cimientos de la integraci¨®n europea. Y no se trata tan s¨®lo del ¡°Grupo de Visegrado¡± (Hungr¨ªa, Polonia, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia), f¨¢cilmente se?alable por componerse de pa¨ªses de reciente adhesi¨®n y escasa tradici¨®n democr¨¢tica, por la fragilizaci¨®n de su oposici¨®n pol¨ªtica, la restricci¨®n del pluralismo informativo y medi¨¢tico y la malversaci¨®n corrupta de los mismos Fondos europeos que han venido recibiendo en los ¨²ltimos a?os.
Esa deriva suscita pareja preocupaci¨®n tambi¨¦n en otras latitudes. Catalu?a, m¨¢s pr¨®xima del paralelo con los retrocesos polacos que nunca: una espiral de populismo y nacionalismo reaccionario han conducido a un ¡°autogolpe¡± sin escr¨²pulos ante la reducci¨®n de garant¨ªas procedimentales y desprecio por las formas democr¨¢ticas que fijan las reglas del juego. Las exigencias del rule of Law¡±no son un mero entretenimiento de juristas y profesores. El respeto a los principios del Estado constitucional es la base de la confianza mutua entre Estados de la construcci¨®n europea y de la garant¨ªa de su civilidad y su ciudadan¨ªa.
Responder con contundencia ante los atropellos del Gobierno polaco no es actuar ¡°contra Polonia¡±, como reza el propagandismo maniqueo de quienes niegan la confluencia de alarmas y preocupaciones del Consejo de Europa, del Comisario Europeo de Derechos Humanos, de la Comisi¨®n de Venecia, del Parlamento Europeo y de la Comisi¨®n y del Tribunal de Justicia. Es defender la dimensi¨®n y ciudadan¨ªa europea de los 40 millones de ciudadanos polacos. Europa tiene el derecho y el deber de proteger a sus ciudadanos frente a cualesquiera agresiones, aun de su propio Gobierno, cuando su impacto sobre el conjunto de la integraci¨®n europea es enorme e innegable.
Si no se act¨²a con firmeza y determinaci¨®n nos abismaremos en una deriva de emulaci¨®n y expansi¨®n potencialmente viral de un s¨ªndrome que amenaza con pr¨¢cticas totalitarias, por m¨¢s que busquen disfrazarse de ¡°nacional-soberanismo¡± o ¡°populismo asambleario¡± cuyo car¨¢cter reaccionario se muestra, m¨¢s pronto que tarde, tal como es: insoportable, por antidemocr¨¢tico y, por ende, antieuropeo.
Juan Fernando L¨®pez Aguilar es Catedr¨¢tico de Derecho Constitucional, eurodiputado y expresidente de la Comisi¨®n de Libertades, Justicia e Interior del Parlamento Europeo
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