Iglesias: romper la baraja
El l¨ªder de Podemos apunta de modo directo a la demolici¨®n del r¨¦gimen democr¨¢tico
Ante el espect¨¢culo del golpe parlamentario y la convocatoria del refer¨¦ndum del s¨ª o s¨ª, ambas cosas aderezadas con el aplastamiento de los constitucionalistas, Pablo Iglesias tuvo la ocasi¨®n de demostrar que su radicalismo se deten¨ªa ante el asalto a la democracia. La desperdici¨® conscientemente, al lanzar el grito de "viva a la Catalunya libre y soberana" y disfrazar como Ada Colau el plebiscito de "movilizaci¨®n". Al igual que la alcaldesa, hab¨ªa encubierto la baza previamente elegida: hacer remilgos y acabar defendiendo el s¨ª. Luego la protesta contra el supuesto el Estado de excepci¨®n ¨Cas¨ª llama a hacer cumplir la ley¨C, fue la llave para salir del escondite de la falsa cr¨ªtica y trazar su tercera v¨ªa, no de conciliaci¨®n, sino de aprovechamiento del conflicto para satanizar al Gobierno y afirmar su propia estrategia de asalto a la Constituci¨®n. El cuarto de espejos tipo La dama de Shangh¨¢i, se abre entonces a una contribuci¨®n abierta a la fractura del Estado, en l¨ªnea con la vocaci¨®n antisist¨¦mica evidenciada por Podemos desde sus or¨ªgenes.
Iglesias conoce el coste electoral en Espa?a de apostar sin tapujos por la independencia catalana y dise?a entonces una maniobra c¨ªnica susceptible de contribuir a la demolici¨®n del Estado de derecho: se suma a la troika independentista, mientras finge no integrarse en ella. Lo esencial es que nadie podr¨¢ encontrar una l¨ªnea suya de an¨¢lisis sobre el tema, m¨¢s all¨¢ de reivindicar el refer¨¦ndum pactado. Pura demagogia, ya que el Govern solo admitir¨¢ el pacto de que Rajoy acepte al cien por cien su decisi¨®n. Heredera del antecedente leninista, la autodeterminaci¨®n es en Iglesias un instrumento ¨²til para derribar el orden socio-econ¨®mico existente y llegar al poder sobre sus ruinas. ?Para qu¨¦ pensar en los dem¨¢s? Basta con destruir.
Nada confirma mejor esta l¨®gica de destrucci¨®n, exhibida por los suyos frente al "r¨¦gimen del 78" en el acto proindependencia de Lavapi¨¦s, que su ¨²ltima iniciativa, consistente por una parte en formar un frente ¨²nico antigubernamental y por otra en reunir una "asamblea de cargos p¨²blicos" para imponer el "refer¨¦ndum pactado" y deslegitimar a las instituciones representativas, del Gobierno al Congreso. Un "contrapoder" como en los or¨ªgenes del movimiento. Chavismo puro. Por lo menos, los catalanes buscan su objetivo soberanista, sin importarles lo que le suceda al conjunto del pa¨ªs. Iglesias apunta en cambio de modo directo a la demolici¨®n del r¨¦gimen democr¨¢tico, suscitando un movimiento en pinza enfrentado al orden constitucional. La misma finalidad de siempre, sirvi¨¦ndose ahora de la crisis catalana. Democracia aclamativa catalana, democracia de masas en Iglesias: sombras de dictadura.
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