Menos mal que al socialismo le queda Portugal
Buena noticia para la izquierda europea, aunque sirva como un ramo de flores en la habitaci¨®n del enfermo
No sabemos si donde unos vamos otros vuelven o es al rev¨¦s pero Portugal, donde el Partido Socialista logr¨® formar Gobierno en 2015 desde la minor¨ªa en las urnas, ha regalado una buena noticia a la izquierda europea, aunque sirva tanto como un ramo de flores frescas junto a la cama del enfermo. Sus constantes vitales no mejorar¨¢n entre cables, ox¨ªgeno y sueros, pero desde un rinc¨®n de la habitaci¨®n le llegar¨¢ una peque?a luz luminosa para consolarse, al menos.
El Partido Socialista de Portugal logr¨® el 32,3% de los votos en 2015 frente al 36,9% que sum¨® el centroderecha, pero sum¨® mayor¨ªa con los comunistas y otras fuerzas de izquierda y por ello su l¨ªder, Ant¨®nio Costa, se convirti¨® en primer ministro. Dos a?os despu¨¦s, los portugueses le han premiado con un 38% de los votos en las municipales del domingo, el mejor dato de su historia en este tipo de elecciones, conseguido tras ara?ar votos a izquierda y derecha.
Es posible que Portugal haya vivido en efecto espejo lo mismo que ha sacudido a los dem¨¢s pa¨ªses europeos: el centroderecha que aplic¨® los duros programas de austeridad sufri¨® el castigo de la poblaci¨®n y el p¨¦ndulo gir¨® hacia el socialismo, mientras en el resto de Europa son los socialistas los m¨¢s castigados por su falta de respuestas propias a la crisis.
En Francia, despu¨¦s de una presidencia socialista de Fran?ois Hollande y unas primarias muy re?idas, el candidato elegido lleg¨® a desaparecer de una segunda vuelta en la que Macron se impuso a Marine Le Pen. En Reino Unido, Corbyn logr¨® ara?ar votos a Theresa May en las ¨²ltimas generales, pero fueron los graves errores de c¨¢lculo, de comunicaci¨®n y de estrategia de la primera ministra conservadora los adjudicatarios de su pinchazo en un contexto adem¨¢s viciado por el brexit. En Alemania, el SPD de Schultz se hundi¨® hace unos d¨ªas hasta el 20,5% de los votos en los peores resultados de su historia. Este partido ha perdido nueve millones de votos desde 1998. En Italia, el PD de Matteo Renzi se estrell¨® con su refer¨¦ndum sobre la reforma constitucional y, este verano, en las ¨²ltimas elecciones municipales. En Espa?a, el PSOE a¨²n bucea en el pantano de su guerra interna sin decidirse a alcanzar la orilla del centro o la de Podemos.
La antropolog¨ªa de los casos es distinta en cada pa¨ªs y en cada partido, pero un mismo hilo une los puntos de sutura de todos ellos: el desgaste por las medidas de austeridad tomadas durante la crisis sin un perfil diferenciado de la derecha; la ambig¨¹edad entre la defensa de posiciones m¨¢s moderadas o los populismos de izquierda que se van abriendo paso en distintos formatos; la falta de originalidad; de liderazgo; la inseguridad; la impopularidad o invisibilidad de su discurso frente a propuestas hoy m¨¢s medi¨¢ticas y pol¨ªticamente incorrectas; la vela a Dios y al diablo, en suma.
En todo caso el ramo ha llegado a la habitaci¨®n y bien har¨ªa el enfermo en estudiar las razones de su vitalidad porque ¡ªmenos mal¡ª hoy le queda Portugal.
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