La amenaza de extinci¨®n de los gatos en Latinoam¨¦rica
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fragmento de textil peruano con motivo felino."
EN AM?RICA Latina hemos convivido durante siglos con especies a las que hemos considerado como una sola, aunque gracias a la formaci¨®n cada vez m¨¢s sofisticada de et¨®logos y zo¨®logos, de pronto la ciencia y la naturaleza se ponen de acuerdo para regalarnos individuos rotundos y definitivos. Esa ser¨ªa la buena noticia. La mala es que cada una de esas nuevas especies podr¨ªa estar en peligro de extinci¨®n, porque apenas quedan cuatro gatos. A saber, el gato andino (Leopardus jacobita), el gato de la pampa (Leopardus pajero), la hui?a (Leopardus guigna) y el gato de los pajonales (Leopardus colocolo), salvajes mininos de los Andes todos, esparcidos desde Ecuador hasta Chile, pasando por Per¨², Bolivia y Argentina.
En la cer¨¢mica precolombina abundan estas figuras, mas no resultaba muy convincente suponer que siempre se trataba de representaciones de pumas y jaguares, porque el h¨¢bitat de los grandes felinos sudamericanos no coincide necesariamente con el ¨¢rea de desarrollo de todas las culturas prehisp¨¢nicas. Por lo tanto, el reconocimiento de las nuevas especies no s¨®lo tiene consecuencias etol¨®gicas, sino hist¨®ricas, arqueol¨®gicas, iconogr¨¢ficas y antropol¨®gicas.
El reconocimiento de las nuevas especies no s¨®lo tiene consecuencias etol¨®gicas, sino hist¨®ricas, arqueol¨®gicas, iconogr¨¢ficas y antropol¨®gicas.
El jesuita chileno Juan Ignacio Molina clasific¨® al gato de los pajonales en 1782 y durante m¨¢s de 200 a?os se crey¨® que todos los peque?os gatos salvajes de los Andes eran de la misma especie, con excepci¨®n de la hui?a, clasificada tambi¨¦n por el naturalista chileno. A mediados del siglo XX, el gato de la pampa adquiri¨® su denominaci¨®n propia con tanto ¨¦xito que en 1973 Mitsubishi present¨® un todoterreno llamado Pajero y que por razones comerciales en Am¨¦rica Latina tuvo que denominarse Montero. Sin embargo, a fines del siglo XX, antrop¨®logos y et¨®logos repararon en la singularidad de ciertas pieles omnipresentes en los rituales andinos y llegaron a la conclusi¨®n de que se trataba de una especie distinta bautizada como gato andino. As¨ª, las primeras fotograf¨ªas del felino en libertad fueron tomadas en 1998, y en 2004 fue capturado en el noroeste argentino el primer ejemplar de esta especie, la m¨¢s amenazada del continente americano.
Uno de los grandes especialistas en peque?os felinos en general y en el andino en particular es el profesor Jim Sanderson, miembro de la Feline Conservation Federation y promotor de Small?cats.org, una ONG dedicada a la protecci¨®n de los gatos salvajes de Asia, ?frica y Am¨¦rica del Sur. En su estudio Sacred Cat of the Andes (2006), Sanderson incluy¨® al gato andino entre los cuatro felinos m¨¢s amenazados, junto al tigre de Bengala, el leopardo de las nieves y el gato de Borneo.
Gracias a Sanderson existe la Alianza Gato Andino (AGA), integrada por especialistas de Chile, Bolivia, Per¨² y Argentina. Estos pa¨ªses no s¨®lo presionan a sus Gobiernos para que protejan los ecosistemas andinos. Tambi¨¦n se enfrentan a las multinacionales mineras, los cazadores furtivos y las constructoras que destruyen los manantiales y fuentes naturales de los Andes, adem¨¢s de recaudar fondos para seguir analizando la vida del gato sagrado de los incas.
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