La enfermedad del siglo XXI

De WhatsApp a Instagram, de Twitter al correo electr¨®nico y Facebook para el final. Apps para ligar, para leer los peri¨®dicos, para retocar fotos... Todo eso sin levantar la vista de una pantalla de unas cuantas pulgadas que nos cabe perfectamente en el bolsillo del pantal¨®n y a la que llegamos a prestar m¨¢s atenci¨®n que al trabajo, los estudios y, en el peor de los casos, que a la gente que nos rodea. As¨ª nos encontramos la gran mayor¨ªa de los adolescentes. Somos incapaces de salir y no llevarlo encima, nos metemos en la ducha y lo llevamos con nosotros para escuchar m¨²sica; quedamos con amigos y no podemos evitar echarle un ojo a nuestros nuevos mensajes o notificaciones, exponer todo lo que hacemos, d¨®nde estamos o con qui¨¦n mediante las redes sociales. Nosotros, los j¨®venes, los m¨¢s adictos, lo vemos normal, pero, ?todo esto tendr¨¢ una mala repercusi¨®n en nuestro futuro? Debemos apostar por el autocontrol y ser responsables con el uso que le asignamos a nuestro m¨®vil, porque cuando se abusa de ¨¦l podemos resultar perjudicados, nosotros y nuestro futuro.¡ª Aroa Feijoo Santiago. Alcorc¨®n (Madrid).

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