El fin del dinero en efectivo
EL PR?XIMO 19 de octubre, el municipio c¨¢ntabro de Suances se convertir¨¢ en la primera localidad de Espa?a ¡°libre de dinero¡±. Sus 8.000 habitantes y 260 establecimientos est¨¢n llamados a afrontar voluntariamente y durante un mes este reto: ¡°?Te atreves a salir de casa sin la cartera y pagar con el m¨®vil o la tarjeta?¡±. Es la apuesta que lanza Diego Vizca¨ªno, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), consultora que promueve esta experiencia piloto.
Europa cada vez usa menos efectivo. Los pa¨ªses n¨®rdicos apenas lo emplean. Pero naciones como Alemania y Espa?a se resisten.
Todo empez¨® la pasada primavera. Con el impulso del Foro por la Modernizaci¨®n de Cantabria, el Gobierno regional puso en marcha la iniciativa Cantabria Pago Digital y los analistas de AFI eligieron a Suances como el enclave id¨®neo para su nacimiento. Entre las razones, el tama?o y diversidad de edades de su poblaci¨®n y la peculiaridad de su econom¨ªa, impulsada por un sector tur¨ªstico que convive en armon¨ªa con los peque?os establecimientos y el comercio tradicional. La noticia ha puesto a Suances y a su alcalde, Andr¨¦s Ruiz Moya, en el mapa. ¡°En una gran urbe, con comercios preparados y poblaci¨®n adaptada al pago electr¨®nico, esta experiencia no habr¨ªa supuesto un desaf¨ªo¡±, explican desde AFI Diego Vizca¨ªno y Ver¨®nica L¨®pez. ¡°En Suances, 3 de cada 10 establecimientos no aceptan pago con tarjeta y el efectivo es el medio m¨¢s utilizado en compras cotidianas por 7 de cada 10 ciudadanos. No aspiramos a eliminar el efectivo, sino su dependencia¡±.
Para intentarlo, los suancinos est¨¢n invitados a olvidarse del monedero. La iniciativa, que cuenta con Banco Santander como apoyo tecnol¨®gico y con la colaboraci¨®n de MasterCard, brindar¨¢ contenidos de educaci¨®n financiera y promover¨¢ el acceso a tarjetas de pago a los ciudadanos que no las tengan y terminales de puntos de venta (TPV) a los comercios que carezcan de ellos. Los analistas de AFI estudiar¨¢n la evoluci¨®n de la experiencia y elaborar¨¢n una monograf¨ªa. Como dice Emilio Ontiveros, presidente de AFI, ¡°el objetivo es que la gente entienda las ventajas de la digitalizaci¨®n y abra sus vidas a una realidad nueva¡±.
Durante un mes, los vecinos de Suances vivir¨¢n como los suecos. El pa¨ªs n¨®rdico ha eliminado el dinero en efectivo incluso en los bancos. ?Consecuencia? Al no haber nada que robar, se desploman los atracos. En 2008 se denunciaron 110 asaltos; tres a?os m¨¢s tarde, solo 16. Incluso el cepillo en las iglesias se pasa a trav¨¦s del m¨®vil y las tarjetas de cr¨¦dito. Suecia ha convertido al dinero en un fugitivo y en muchos locales se lee: ¡°We don¡¯t accept cash¡± (no aceptamos efectivo). Las m¨¢quinas expendedoras de billetes de metro y autob¨²s solo admiten pl¨¢stico y cada vez m¨¢s bares y restaurantes rechazan el pago en met¨¢lico. Los suecos se sienten c¨®modos en este mundo digital. El 95% de las compras al por menor se hacen sin efectivo y los cajeros son igual de escasos que las cabinas telef¨®nicas en Espa?a.
Esta renuncia al cash resuena en Estocolmo por todas partes. El Museo ABBA (santuario del famoso cuarteto musical sueco) no admite met¨¢lico. Detr¨¢s est¨¢ la cruzada de Bj?rn Ulvaeus, uno de los integrantes del grupo, quien ha hecho del pago electr¨®nico una causa personal despu¨¦s de que atracaran a su hijo en casa.
EL DINERO TINTINEA entre la creaci¨®n social y la ficci¨®n colectiva. Como el lenguaje, es fruto de la abstracci¨®n. Ha conformado la coartada de inmensos logros y de grandes atrocidades. Una liberaci¨®n y una condena que ha acompa?ado siempre a este concepto ideado hace m¨¢s de 5.000 a?os. De aquellos d¨ªas, y de Mesopotamia, datan los primeros registros escritos de su existencia. Vivi¨® la decadencia del Imperio Romano y su denario. Estuvo presente cuando el emperador Kublai Kan urdi¨® la estrategia de emitir papel moneda en el siglo XIII para unificar China. Y tambi¨¦n protagoniz¨® el invento de la banca moderna en las ciudades-Estado italianas del medievo. Ya en el siglo XX, atraves¨® las alambradas de dos guerras mundiales y monopoliz¨® la conferencia de Bretton Woods en 1944, que impuso el d¨®lar como nuevo patr¨®n del orden financiero del mundo. Aquellos tiempos de gloria se desvanecen. Al menos, para el dinero f¨ªsico. Las monedas y los billetes se escapan de los bolsillos.
Europa cada vez usa menos efectivo. Una desaparici¨®n a dos velocidades. Siguiendo los pasos de Suecia, el Gobierno dan¨¦s quiere suprimir el papel moneda en 2030 y permitir¨¢ a gasolineras, restaurantes y peque?as tiendas rechazar abonos en met¨¢lico. Pero naciones como Alemania y Espa?a se resisten. Los espa?oles todav¨ªa hacen un 80% de sus operaciones igual que en la ¨¦poca de Kublai Kan. ¡°Existe una justificaci¨®n cultural en este apego¡±, reconoce Rodrigo Garc¨ªa de la Cruz, director de Innovaci¨®n Financiera del Instituto de Estudios Burs¨¢tiles (IEB). El factor generacional es decisivo. Fernando Canales y Mar¨ªa Mor¨¢n ten¨ªan una relaci¨®n tan distinta con el dinero como sus vidas. ?l trabaja de restaurador en Bilbao. Ella, en una empresa de marketing de Madrid. ?l, 55 a?os, dirige el restaurante Etxanobe; ella, 35 a?os, se licenci¨® en Comunicaci¨®n Audiovisual. Dos d¨¦cadas de distancia. Y una fractura en los bolsillos. ¡°Soy hijo del d¨¦ficit de atenci¨®n¡±, ironiza Canales. ¡°Leer un contrato o firmar una hipoteca para m¨ª es un suplicio. Huyo de las complicaciones. Por eso siempre ten¨ªa efectivo¡±. Una tarde extravi¨® la cartera. Se fue al banco. ¡°Sin saberlo llevaba una aplicaci¨®n en el tel¨¦fono con la que pod¨ªa pagar todo. Descubr¨ª que por primera vez controlaba mi dinero¡±. El de Mar¨ªa Mor¨¢n, en cambio, es el relato de un millennial. Nunca ha retirado efectivo de la ventanilla, apenas ha pisado una entidad y su mundo financiero sucede en el espectro digital. ¡°Me gusta la facilidad y la inmediatez de las transferencias por el m¨®vil¡±. Algunos estudios aseguran que los j¨®venes prefieren ir antes al dentista que al banco.
Enamorado de su rutina, el mundo a¨²n se aferra al efectivo. Se utiliza en el 85% de todas las transacciones, pero las predicciones vislumbran un descenso dr¨¢stico en los pr¨®ximos 10 a?os. El volumen de intercambios globales mediante pagos digitales, sin utilizar monedas ni billetes, alcanz¨® en 2014 los 328.000 millones de euros.
ESTE HORIZONTE REPRESENTA muchas promesas. ¡°Los pagos digitales y el dinero electr¨®nico tienen claras ventajas en t¨¦rminos de comodidad, valor a?adido y trazabilidad¡±, sintetiza Francisco Gonz¨¢lez, presidente del BBVA. ¡°Abaratan los procesos para los clientes y permiten combatir mejor el fraude y las actividades il¨ªcitas¡±. Precisamente con el objetivo de terminar con la defraudaci¨®n, la democracia m¨¢s poblada del planeta se embarc¨® el pasado noviembre en un experimento econ¨®mico. El Gobierno del primer ministro indio, Narendra Modi, elimin¨® por sorpresa los billetes de 500 (6,5 euros) y 1.000 rupias (13 euros): sus dos denominaciones m¨¢s elevadas.
La decisi¨®n trataba de responder a la econom¨ªa sumergida en un pa¨ªs donde el 99% de sus 1.357 millones de habitantes no paga impuestos. Al principio fue un caos. Pero 10 meses despu¨¦s, el 97% del efectivo circula dentro del sistema. ¡°Una cantidad enorme de dinero se emplea en la evasi¨®n fiscal, el crimen y la corrupci¨®n¡±, alerta Kenneth Rogoff, profesor en Harvard y ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI). Su lucha ¡ªaclara el docente¡ª no le enfrenta al efectivo, sino a esos grandes billetes de 100 d¨®lares o 500 euros que apenas emplea la gente normal. Un mill¨®n de d¨®lares en billetes de 100 pesa casi 10 kilos en un malet¨ªn. Si la denominaci¨®n m¨¢s alta fuera de 10 d¨®lares ocupar¨ªa m¨¢s espacio y resultar¨ªa dif¨ªcil moverlo u ocultarlo.
¡°Una cantidad enorme de efectivo se emplea en la evasi¨®n fiscal, el crimen y la corrupci¨®n¡±, advierte Kenneth Rogoff.
El Banco Central Europeo (BCE) sabe que esas elevadas acu?aciones son un refugio de lo il¨ªcito y ha decidido algo ins¨®lito. A finales de 2018 dejar¨¢ de producir billetes de 500 euros. Es la primera vez que la autoridad monetaria elimina una denominaci¨®n en los 16 a?os de vida del euro. Elimina, eso s¨ª, a medias. No emitir¨¢ m¨¢s, pero se conserva su valor. ¡°Es un error. Tendr¨ªan que haber desa?parecido¡±, lamenta Jos¨¦ Mar¨ªa Mollinedo, secretario general del Sindicato de T¨¦cnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). ¡°Los billetes morados suponen el 75% del valor en circulaci¨®n en Espa?a¡±, refrenda. ?Qui¨¦nes los usan? F¨¢cil imaginarlo. ?D¨®nde est¨¢n? El Banco de Espa?a lo ignora. Kenneth Rogoff cree que est¨¢n cruzando las fronteras con el crimen organizado y en dep¨®sitos de seguridad en Suiza. Una reciente noticia lo confirma: el atasco de varios inodoros en Ginebra con grandes masas de billetes de 500 euros, cortados con tijera. Ocurri¨® este verano en una sucursal del banco USB, en la planta de las cajas privadas, y en tres restaurantes cercanos. La polic¨ªa tiene en el radar a dos mujeres espa?olas, cuyo abogado ya ha pagado los desperfectos. Sospecha que quer¨ªan deshacerse de dinero opaco antes que declararlo al fisco.
Pero ser¨ªa injusto criminalizar al efectivo, forzar un apag¨®n del met¨¢lico en las grandes econom¨ªas del planeta y reemplazarlo por pagos electr¨®nicos. ¡°La gran belleza del dinero en met¨¢lico es que es una forma directa y sencilla de transacci¨®n entre todo tipo de gente distinta, no importa lo rico o pobre que seas¡±, escribe en el diario brit¨¢nico The Guardian el escritor especializado en finanzas Dominic Frisby. Si contin¨²a esta presi¨®n hacia una sociedad ajena a monedas y billetes, los excluidos sufrir¨¢n m¨¢s en las ciudades. No solo el que pide unas monedas para subsistir, sino tambi¨¦n los vendedores ambulantes, los artistas callejeros o una parte considerable de personas mayores que viven en zonas rurales. Incluso Suecia ¡ªArcadia de la tierra sin¡ª ha encontrado resistencia dentro de casa. Lo han llamado Kontantupproret, ¡°la sublevaci¨®n del efectivo¡±. Agrupa a miles de pensionistas, peque?os empresarios e inmigrantes que luchan por que al menos las personas mayores puedan seguir retirando su dinero de los bancos. El efectivo, como un ser vivo, se defiende frente a quienes aspiran a arrinconarlo.
ADEM?S DE FACILITAR la lucha contra el fraude, las transacciones electr¨®nicas han mejorado la vida en los pa¨ªses en desarrollo. En el mundo hay unos 2.500 millones de personas que carecen de servicios bancarios, pero a los que les suena el tel¨¦fono m¨®vil todo el tiempo. Una paradoja muy com¨²n en el ?frica subsahariana. El 90% de los hogares kenianos posee uno de estos dispositivos. Y en 18 millones de terminales funciona la aplicaci¨®n M-Pesa. Un sistema de pagos y env¨ªo de fondos a trav¨¦s de mensajes de tel¨¦fono, sin necesidad de tener una cuenta bancaria. Antes, la ¨²nica forma de mandar efectivo desde la ciudad a un pueblo remoto era el autob¨²s. ¡°Se lo dabas al conductor, y le dec¨ªas: ¡®Cuando llegues a la aldea de Kakamega, ver¨¢s a alguien en el cruce de caminos; entr¨¦gale el dinero¡±, cont¨® en CBS News Bob Collymore, consejero delegado de la teleco Safaricom, que desde 2007 opera M-Pesa. ¡°?Adivina qu¨¦ ocurr¨ªa? Se evaporaba¡±. Ahora, los usuarios acuden a uno de los miles de peque?os comercios asociados a la red por todo el pa¨ªs y entregan una suma en efectivo que quedar¨¢ ¡°cargada¡± en la cuenta del m¨®vil. Y desde el tel¨¦fono pueden transferirlo o efectuar pagos. La aplicaci¨®n canaliza 20.400 millones de euros ¡ªla mitad de la riqueza de Kenia¡ª, con costes m¨¢s bajos que los de las compa?¨ªas de env¨ªo de dinero.
La transformaci¨®n del tel¨¦fono en monedero ha saltado de ?frica a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados con la tecnolog¨ªa NFC (que permite pagar directamente con el m¨®vil, acerc¨¢ndolo al terminal de la tienda). La aplicaci¨®n Wallet del BBVA suma ya 9,2 millones de descargas globales. Plataformas de pago como Apple Pay, Samsung Pay o Android Pay apuntalan la premisa de que quiz¨¢ no existe mejor tarjeta de cr¨¦dito o d¨¦bito que la pantalla del tel¨¦fono. Los pr¨®ximos: las redes sociales, los ¨²ltimos sublevados. Facebook, WhatsApp y Messenger ensayan servicios de env¨ªo de dinero. Un escenario en el que lo ¨²nico imprescindible al salir de casa ser¨¢n las llaves y el m¨®vil. El dinero tradicional se ve amenazado no solo por las plataformas digitales de pr¨¦stamo e intercambio, sino tambi¨¦n por monedas locales y criptodivisas. ¡°Es la alborada de una revuelta¡±, dice Juan Jos¨¦ Toribio, profesor del IESE. ¡°La lideran miles de j¨®venes y empresarios a los que la Gran Crisis expuls¨® de las v¨ªas cl¨¢sicas de financiaci¨®n¡±.
En Europa, surgen multitud de monedas complementarias impregnadas de una ¨¦tica libertaria. En el distrito brit¨¢nico de Brixton, cualquiera puede introducir una libra oficial en una m¨¢quina expendedora y obtener su contrapartida en Brixton Pounds, o libras Brixton. Se aceptan en m¨¢s de 250 establecimientos y es un empe?o por revitalizar la econom¨ªa del barrio. ¡°Prefiero un futuro de multidivisas donde los Gobiernos locales, comunidades y redes empresariales acu?en sus propias monedas¡±, admite Jem Bendell, experto en creaci¨®n de divisas.
Cada vez m¨¢s ciudadanos quieren controlar el dinero. Entienden que as¨ª dirigen su destino. Y ninguna moneda permite mayor autonom¨ªa que el bitcoin, una versi¨®n online del efectivo que no depende de la supervisi¨®n de ning¨²n banco central ni est¨¢ sometida a comisiones de las entidades financieras ni al filtro de Hacienda. Cada bitcoin es un archivo inform¨¢tico con un c¨®digo que se compra en Internet y se guarda en el m¨®vil o el ordenador. Se puede usar en la Red (hoy en d¨ªa, por ejemplo, se puede comprar un ordenador o pagar una reserva de hotel) y cada una de las transacciones queda registrada en una lista p¨²blica (llamada blockchain), pero que es an¨®nima, por lo que es muy dif¨ªcil vincular una operaci¨®n con un usuario identificado. No es de extra?ar que ese sistema sea uno de los favoritos en el tr¨¢fico de drogas, el cibercrimen y el lavado de dinero.
¡°No recuerdo un momento m¨¢s apasionante para la industria financiera¡±, dice Francisco Gonz¨¢lez, presidente del BBVA.
?Pero qui¨¦n acu?a esos bitcoins? Individuos y peque?as firmas privadas que han visto negocio en este mercado. Cerca del 70% se ha establecido en China, donde la electricidad es muy barata (se trata de una actividad que consume cantidades enormes de energ¨ªa). En naves industriales, se alinean potentes equipos inform¨¢ticos programados para resolver, d¨ªa y noche, una serie de problemas matem¨¢ticos muy complejos por los que sus due?os van recibiendo, a cambio, unidades de ?bitcoin. Estas operaciones fueron concebidas en 2009 por Satoshi Nakamoto (un alias: nadie conoce la verdadera identidad del creador de la criptomoneda) y todos los interesados (con capacidad inform¨¢tica) pueden intentar descifrarlas. As¨ª, en teor¨ªa, nadie tiene el control de la divisa. Pero hay un l¨ªmite: solo puede haber en circu?laci¨®n 21 millones de bitcoins (ahora hay unos 16,5 millones). A medida que se incorporan m¨¢s monedas a ese mercado virtual, la operaci¨®n matem¨¢tica para fabricarla se complica. Recompensa para el productor: se cotizan en el mercado a unos 4.000 euros, gracias a la vieja ley de la oferta y la demanda.
Esta criptomoneda se ha convertido en una alternativa para aquellos que entienden que las divisas emitidas por los bancos centrales son un problema. ¡°La gente se ha levantado contra el abuso financiero del sistema y quiere controlar su propio dinero¡±, dice Llew Claasen, director ejecutivo de la Fundaci¨®n Bitcoin. ¡°Con el bitcoin no hay banco intermediario ni banco central, solo t¨²¡±.
Los bancos desde?aban esta constelaci¨®n digital ina?sible, pero quedaron seducidos por su esencia tecnol¨®gica. El mecanismo de enviar dinero sin intermediarios era una forma de hacer transacciones r¨¢pidas y baratas. Y de controlar los datos. Las entidades financieras tambi¨¦n sintieron, por primera vez, sus d¨ªas contados. Colosos digitales como Alibaba, Apple, Google (que en su d¨ªa baraj¨® la idea de lanzar su propia moneda, Google Bucks) y Amazon podr¨ªan competir con los bancos. Aunque quiz¨¢ la gran amenaza sea Facebook. Esta red social tiene ficha bancaria en Espa?a desde el a?o pasado. Puede subir la ventanilla cualquier d¨ªa. ?Resistir¨¢n las firmas de-toda-la-vida esta oleada? ¡°La revoluci¨®n digital ser¨¢ de tal magnitud que la transformaci¨®n de la banca va a ser absoluta¡±, pronostica el presidente del BBVA, Francisco Gonz¨¢lez. ¡°Solo prosperar¨¢n las entidades que dominen las tecnolog¨ªas exponenciales, como la nube [uso de servidores remotos para almacenar informaci¨®n], la inteligencia artificial o el big data¡±.
Los gigantes tecnol¨®gicos han abierto las esclusas a la llegada de una nueva industria. Es el universo fintech. Empresas, sobre todo j¨®venes y disruptivas, que utilizan la tecnolog¨ªa para ofrecer servicios financieros. Compa?¨ªas que proponen invertir en Bolsa a trav¨¦s de algoritmos y robots inversores. Ser¨¢ una revoluci¨®n con escasos supervivientes. ¡°Nos encaminamos a un entorno en el que las pocas entidades que consigan adaptarse ¡ªstart-ups y grandes jugadores digitales¡ª van a competir ferozmente por un cliente cuyo nivel de exigencia y conocimiento supera cualquier etapa pasada¡±, vaticina Gonz¨¢lez. Los bancos tienen dos opciones: plantar cara o aliarse. Como alerta el vicepresidente de una gran entidad espa?ola que prefiere no ser identificado, ¡°Apple Pay, Amazon o Alibaba pueden ser un caballo de Troya para la banca¡±. Pacto o cambio. ¡°La transformaci¨®n que debe afrontar la banca convencional es un esfuerzo descomunal que lleva a?os y que no se puede improvisar¡±, zanja Gonz¨¢lez. ¡°No recuerdo un momento m¨¢s apasionante para la industria financiera. Los a?os que tenemos por delante van a ser realmente espectaculares¡±.
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