Si tienes m¨¢s de 30 a?os te costar¨¢ entender por qu¨¦ Cameron es tan, tan, tan famoso
Es uno de los mayores 'influencers'. Los fans pagan por un selfi con Cameron Dallas lo mismo que sus hermanos mayores por ver a Madonna en directo. Le entrevistamos. Mezcla de estrella del pop, colega y emprendedor, Dallas, imagen de 212 VIP Black de Carolina Herrera, es la respuesta a cada pregunta sobre qu¨¦ es ser famoso hoy
Cameron Dallas llega tarde y con aspecto algo cansado al estudio donde tiene lugar la sesi¨®n fotogr¨¢fica para ICON. Bosteza al hablar y, en determinado momento, oculta la cara entre las rodillas. Dan ganas de taparle con una mantita. ¡°?Qu¨¦ tal?, ?fiesta anoche?¡±, aventuramos. Al fin y al cabo, el chaval tiene 23 a?os, una cuenta bancaria abultada y el f¨ªsico de un hipot¨¦tico nieto surfero de James Dean.
Est¨¢ en Nueva York con sus amigos y la modelo con la que algunos medios le relacionan, Hailey Baldwin, sobrina de otra portada de ICON, Alec Baldwin. Normal que no se quede en su hotel viendo series con una taza de t¨¦ de hierbas. ¡°Qu¨¦ va, no sal¨ª¡±, asegura, sin trazos de iron¨ªa. Habr¨¢ que creerle, entonces. Por otro lado, ese cansancio aparente no afecta en absoluto al trabajo del equipo ni impide a Dallas ser educado y profesional en todo momento. En cuanto acabe la sesi¨®n de fotos, le llevar¨¢n a conocer a Carolina Herrera, algo que le motiva especialmente ¨C¡°es una verdadera leyenda¡±, dice¨C y por la tarde asistir¨¢ a un peque?o guateque entre amigos, la gala del MET.
"Asesoro a marcas en campa?as de ¡®marketing¡¯ y se?alo lo que podr¨ªan mejorar. Soy muy abierto. A veces, les digo: ¡®Esto no me gusta nada¡±
El modelo-youtuber-estrella de las redes sociales es consciente de lo que supone convertirse en imagen del perfume 212 VIP Black de Carolina Herrera, un crossover, que dir¨ªa ¨¦l, que ampliar¨¢ su perfil y su p¨²blico base. Habla de eso, de su intenci¨®n de ¡°hacerse mainstream¡±, en los ¨²ltimos cap¨ªtulos de la docuserie que protagoniza en Netflix, Chasing Cameron, de la que es productor ejecutivo. El programa sigue a Dallas y a sus compa?eros de MAGCON ¨Cprimera convenci¨®n-ej¨¦rcito homologado de influencers¨C durante una de sus giras europeas y da una visi¨®n un tanto pasteurizada pero iluminadora de lo que significa ser muy, muy famoso en 2017, o por lo menos serlo ¡°entre la demograf¨ªa de 12 a 18 a?os, con un 85 % de p¨²blico femenino y un 15 % de masculino¡±, que es la suya, como explica el propio Cameron.
Todo aquel que no entre en esta horquilla de poblaci¨®n o no trabaje en marketing digital, probablemente necesite algunos apuntes a modo de explicaci¨®n. Aqu¨ª van: Dallas naci¨® en 1994 en Chino, California, y se crio con una madre soltera, Gina, y su hermana, Sierra. En 2012 empez¨® a colgar nanov¨ªdeos en la red social Vine en los que sal¨ªa haciendo payasadas o gastando bromas inocentes a sus amigos.
Contar algo que tenga sentido y haga gracia en seis segundos de audiovisual no es tan f¨¢cil como parece, y sus historias, disparando, por ejemplo, a sus amigos con un arco de juguete tras ver Los juegos del hambre, o saltando en una especie de chiquiparque gigante, o ech¨¢ndose cereales y leche a la boca tumbado en el suelo (Domingo perezoso se titulaba este hitazo viral) empezaron a acumular millones de visionados.
En 2014, Dallas ya acumulaba m¨¢s de ocho millones de seguidores en Vine y estaba entre las 10 cuentas m¨¢s seguidas. Ahora anda por los 20,4 millones de seguidores en Instagram, casi seis en su canal de YouTube ¨Call¨ª el contenido es m¨¢s sofisticado, un v¨ªdeo puede sobrepasar los 10 minutos y requerir cierta producci¨®n, como cuando invade el apartamento de otro youtuber con un castillo hinchable gigante¨C, m¨¢s de 13 en Twitter y un n¨²mero similar en Snapchat. Ha coqueteado con la tele tradicional, apareciendo en un par de cap¨ªtulos de la serie de NBC American odissey, con el cine ¨Crod¨® unas cuantas escenas de la pel¨ªcula Malditos vecinos 2, pero desapareci¨® del montaje final¨C y con la m¨²sica. En 2015 lanz¨® el tema She bad y asegura que est¨¢ trabajando para grabar m¨¢s temas.
Pero su mayor contribuci¨®n al mundo del espect¨¢culo en esta d¨¦cada de mudanzas ser¨¢ probablemente el propio formato de MAGCON, siglas de meet and greet convention. El acr¨®nimo da nombre tanto al grupo como a las giras en las que las estrellas de las redes sociales ofrecen una serie de actuaciones y despu¨¦s dedican unos segundos a cada fan para que este pueda sacarse selfis con sus ¨ªdolos. ¡°Es como un cruce de Coachella y la Comic-Con¡±, resume Dallas.
Cuando la gira recal¨® en Espa?a el a?o pasado, Razzmatazz, en Barcelona, y Vistalegre, en Madrid, las entradas oscilaron entre los 22 euros por ver simplemente el espect¨¢culo (una combinaci¨®n de discursos, actuaciones musicales y dj) y los 135 euros por una foto individual con alguno de los ¨ªdolos. El selfi de grupo sale por unos 66 euros y la organizaci¨®n tiene el detalle de poner un precio popular ¡°para padres y acompa?antes¡± de solo 17 euros. El 99 % de las asistentes a estos encuentros son chicas muy j¨®venes, algunas con intenciones claramente libidinosas con los miembros de la neo-boy band, como puede verse en la serie.
?C¨®mo manejan esa situaci¨®n? Lo mantenemos muy para todos los p¨²blicos. En los meet and greet a veces nos piden un beso en la mejilla, pero es todo lo lejos a lo que llegamos.
Pero muchas de ellas deben querer m¨¢s. No lo s¨¦, no se lo pregunto.
?Tienen los miembros de MAGCON un dec¨¢logo o contrato que especifique lo que se puede y no se puede hacer con una fan? Todos tenemos unas serie de ideas bastante claras sobre c¨®mo ser respetuosos.
En ocasiones como esta, Dallas da la impresi¨®n de hablar como si estuviera evitando una hipot¨¦tica querella o un titular malvado. Recuerda un poco al personaje que cre¨® el novelista Teddy Wayne en La canci¨®n de Jonny Valentine, un trasunto de Justin Bieber que maneja igual de bien el lenguaje de los preadolescentes y el de los CEO de Hollywood o Silicon Valley. De ah¨ª proceden algunos de los referentes de Cameron, una colecci¨®n heterog¨¦nea que desgrana as¨ª: ¡°Elvis, Johnny Cash, Frank Sinatra, Chris Pratt, Drake. Johnny Depp cuando era joven era muy guai. Tambi¨¦n admiro a Mark Zuckerberg y a Bill Gates, la gente que emprende. Es algo que estoy explorando ahora mismo, aprendiendo sobre distintos negocios¡±.
Ha estado tan ocupado que no le ha dado tiempo a ir a la universidad. ?Le hubiera gustado? Querr¨ªa hacerlo en el futuro, pero ahora no tengo tiempo. Quiero ir a Harvard o a Stanford, a una universidad de la Ivy League, a estudiar negocios o psicolog¨ªa aplicada a los negocios.
No le ha hecho falta ninguna licenciatura para actuar como asesor de facto para empresas que se rompen los sesos para saber c¨®mo vender a los millennials y a sus hermanos peque?os. ?Qu¨¦ les dice? Miro sus campa?as de marketing y les se?alo lo que podr¨ªan mejorar. Depende de qu¨¦ est¨¦n vendiendo y qu¨¦ quieran sacar. Soy muy abierto. A veces, les digo: ¡°Esto no me gusta nada¡±.
?A qu¨¦ marcas ha asesorado? A unas cuantas, no puedo mencionarlas.
Su propia intuici¨®n para dirigir su carrera es innegable. Cuando empezaba en esto, su madre descubri¨® por casualidad que Cameron estaba ganando dinero en Internet. Fue el d¨ªa en que le dieron 200 d¨®lares (170 euros) por ponerse unas pulseras en Instagram. ¡°Ella no entendi¨® nada, pero me apoy¨® en todo¡±, recuerda.
Sin embargo, su modelo de negocio no ha seguido por ah¨ª. En las cuentas de Dallas en las redes sociales apenas aparecen posts patrocinados, no le gustan. Se autogestion¨® como modelo hasta que entr¨® bajo las alas de IMG, la agencia que representa a Kaia Gerber y Bella Hadid y que en su apartado de talentos tiene a nombres tan dispares como Julianne Moore, Gal Gadot, Hari Nef, Lucky Blue Smith y Garbi?e Muguruza.
Forbes lo coloc¨® en el s¨¦ptimo puesto de su lista de influencers m¨¢s potentes y Variety le llam¨®, para que lo entendieran sus lectores m¨¢s senior, ¡°el Tom Cruise del mundo digital¡±. La revista cont¨® adem¨¢s que, en un primer momento, Netflix rechaz¨® emitir su serie y que fue el propio Dallas quien pidi¨® entonces reunirse con los mandamases del canal. Logr¨® convencerles.
Si a ese carisma y autoconfianza se le a?ade un tup¨¦ rubio y unos rasgos de ¨ªdolo adolescente herencia de sus antepasados ¡°25 % mexicanos, 25 % alemanes y 50? % escoceses¡±, se entiende que acabaran llamando a su puerta Calvin Klein, que cont¨® con ¨¦l para una campa?a global el a?o pasado ¨Cdespu¨¦s de que miles de adolescentes italianas sitiaran un desfile al que hab¨ªa sido invitado en Mil¨¢n¨C, que Dolce & Gabbana le diera un lugar preferencial en sus famosos desfiles con influencers y que ahora Carolina Herrera le haya fichado para su campa?a m¨¢s importante hasta la fecha, junto a Hailey Baldwin. A ambos les ha fotografiado Mario Testino.
La promoci¨®n de 212 VIP Black arranc¨® el a?o pasado en Madrid con una fiesta en una casa de La Moraleja en la que Baldwin y Dallas ejerc¨ªan, junto a la modelo de Victoria¡¯s Secret Taylor Hill, como anfitriones. Por all¨ª pulularon Lucas Satherley, Raury, Steffy Argelich, Stav Strashko, Sonia Ben Ammar e Inka Williams. No sufra: si necesita googlear todos estos nombres es que la campa?a no era para usted.
Aunque Dallas est¨¢ entrando en otro tipo de c¨ªrculo de la fama, el que separa a los famosos a secas de los famosos en Internet, no tiene ningunas ganas de quemar sus puentes. ¡°Soy un emprendedor. Siempre estoy listo para el crossover, pero no quiero dejar detr¨¢s el social media. Lo quiero hacer todo a la vez¡±, declar¨® a Variety. Y en la revista Hero aleccion¨® a los chicos m¨¢s j¨®venes que ¨¦l que llegan a los 200.000 seguidores y piensan: ¡°Ahora voy a actuar y me voy a alejar de las redes¡±. ¡°Miran atr¨¢s como haters y pierden la vista de lo que es nuevo y lo que les hizo grandes, tratan de cruzar al mainstream demasiado pronto, y eso son muy malas noticias¡±.
"Tengo fans j¨®venes y con eso va una responsabilidad. Jam¨¢s har¨ªa una campa?a para una marca de alcohol. Bueno, quiz¨¢ a los 35¡±
Como alguien que, o bien ha estudiado o bien tiene naturalmente implantado en la memoria un chip con todos los errores que las estrellas juveniles cometieron antes que ¨¦l, tampoco alberga ninguna intenci¨®n de alienar a sus fans m¨¢s j¨®venes ensuciando su impoluta imagen. No ser¨¢ ¨¦l quien pase por la fase malota del Justin Bieber de hace dos d¨ªas o del Robbie Williams de los noventa. Es harto improbable que le fotograf¨ªen con una copa en la mano, por ejemplo. ¡°Tengo fans j¨®venes y con eso va una responsabilidad¡±, dice. ¡°Jam¨¢s har¨ªa una campa?a para una marca de alcohol. Bueno, quiz¨¢ cuando cumpla 35¡±.
Los miembros de MAGCON rezan en c¨ªrculo antes de salir al escenario y en Chasing Cameron incluso se le escucha decir fudge en lugar de fuck, una expresi¨®n digna de Ned Flanders, equivalente a c¨®rcholis. ¡°En realidad soy muy malhablado¡±, confiesa. ¡°?Sabes el segundo cap¨ªtulo, cuando estamos en Berl¨ªn? All¨ª dije de todo, lo que pasa es que lo cortamos. Ese es otro ejemplo de c¨®mo prestamos atenci¨®n a nuestros fans m¨¢s j¨®venes¡±. En la serie, sin embargo, s¨ª se percibe que la presi¨®n de tener que actualizar contenidos en siete plataformas distintas le genera cierta angustia. Al fin y al cabo, se hizo famoso grabando gansadas adolescentes en su casa cuando ten¨ªa algo que ahora no tiene: enormes bolsas de tiempo libre.
?C¨®mo se las arregla para seguir grabando sus famosos v¨ªdeos? Los calendarizamos.
Algunas estrellas de las redes sociales admiten sentirse quemadas al cabo de unos a?os. ?Ha empezado a sentir alg¨²n s¨ªntoma? Estoy intentando tomarme m¨¢s tiempo para m¨ª mismo. Antes no lo hac¨ªa, pero ahora s¨ª. Intento ir a mi casa en Chino y he estado en Haw¨¢i un par de veces y en Islas Turcas y Caicos.
Le sigue mucha gente. ?Qu¨¦ follower le gustar¨ªa tener que a¨²n no tiene? A Jesucristo.
Antes de despedirnos, le pedimos por puro capricho que nos ense?e qu¨¦ le pasa a su tel¨¦fono cuando cuelga alg¨²n post (vimos una vez c¨®mo lo hac¨ªa una instagrammer famosa por sus selfis de culo y resultaba bastante impresionante). No podr¨¢ ser. ¡°No recibo notificaciones. Mi m¨®vil se bloquear¨ªa y estallar¨ªa¡±.
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