155 horas
Mariano Rajoy y Carles Puigdemont deber¨ªan dialogar con Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨²
Una de las cosas que me quedaron claras del momento Parlament del pasado martes es que el n¨²mero 155 est¨¢ de moda. Se trata de un art¨ªculo, pero podr¨ªa ser un sustantivo. O la duraci¨®n de una pel¨ªcula. Es un n¨²mero sugerente para una habitaci¨®n de hotel, donde tener un encuentro r¨¢pido, una conversaci¨®n o iniciar un nuevo amor.
Llevo una semana viviendo a 155 pulsaciones por minuto. La noche anterior a la sesi¨®n en el Parlament estaba en un restaurante japon¨¦s en Miami, rodeado de camareros cubanos con pantalones h¨ªper ce?idos y discutiendo con j¨®venes empresarios espa?oles. La cena termin¨® con gyozas medio mordidas, vasos de sake o tequila y algunos de los j¨®venes cantando el Viva Espa?a que llevamos escuchando m¨¢s de 155 horas. Me sorprendi¨® que ninguno supiese la letra. La murmuraban as¨ª como se hace con el rosario y se ven¨ªan arriba en el estribillo. ¡°La cantamos as¨ª desde que volvi¨® a ponerse de moda tras ganar el Mundial¡±, me confes¨®, muy ca?¨ª, uno de ellos. Euf¨®ricos decidieron llevarme a Eleven, un bar m¨ªtico entre la poblaci¨®n heterosexual porque te reciben strippers que simulan sexo l¨¦sbico a ritmo de reggaeton. Reconozco que tem¨ª porque mi reputaci¨®n se viniera al piso en menos de 155 segundos, pero decid¨ª quedarme cuando observ¨¦ a una pareja, ella vestida de Chanel y sorbiendo champagne rosado y ¨¦l, con traje cruzado de color pastel, arrojando d¨®lares sobre los senos descubiertos de las strippers. Cuando se giraron, descubr¨ª, oh, que eran chinos. ?Miembros de la rep¨²blica popular disfrutando la decadencia del capitalismo! Ah¨ª s¨ª me dije: fin del mundo. Y mis amigos agregaron: ¡°Mientras Catalu?a se independiza, Boris se heterosexualiza¡±.
Por eso, agradezco a Puigdemont que contuviera ese desmadre apocal¨ªptico y mi identidad se mantuviera unida a m¨ª. Me hizo ver con m¨¢s inter¨¦s ese momento en que los del Govern firmaban el acta de la sesi¨®n. Me encant¨® que los fot¨®grafos les pidieran a Puigdemont y a Forcadell, muy tranquis ¡ªella con una casaca roja muy Dr. Zhivago y ¨¦l con su peinado emo¡ª, ambos con aspecto de reci¨¦n salidos de la farmacia, que posaran bol¨ªgrafo en mano despu¨¦s de firmar. Muy teatral todo, como debe ser un momento hist¨®rico.
Otras casi 155 horas han pasado desde que el New York Times destapara los acosos que Harvey Weinstein habr¨ªa cometido contra actrices, becarias, asistentas de producci¨®n. El todopoderoso productor ingres¨® en una cl¨ªnica de rehabilitaci¨®n para tratar su adicci¨®n al sexo. Su esposa, la dise?adora Georgina Chapman, ha anunciado su divorcio para salvar su negocio, Marchesa, la marca que visti¨® a m¨¢s de 155 estrellas de Hollywood, entre ellas Jennifer Lopez y Pen¨¦lope Cruz. El reinado de Marchesa lleg¨® a tal punto que ganarte un Oscar era el mejor accesorio para sus majestuosos trajes inspirados en las diosas de la mitolog¨ªa griega o persa. Otra se?al de los tiempos que vivimos: que el esposo de la dise?adora de los trajes majestuosos sea ahora el acusado de abusos a las mujeres que modelaban las creaciones de su esposa. Ella vest¨ªa y ¨¦l desvest¨ªa.
Muchos comentan que detr¨¢s de la ca¨ªda en desgracia de Weinstein podr¨ªa estar la mano tuitera de Donald Trump. Mientras, su primera esposa Ivana est¨¢ a punto de rebasar las 155 entrevistas promocionando su nuevo libro, Criando Trumps, provocando un debate abierto con Melania sobre qui¨¦n es realmente la primera dama. Todos sabemos que esa es Ivanka, pero la guerra sorda entre las dos se?oras Trump empieza a ser divertida y promocional. Ivana ha reconocido que le ofrecieron a dedo la embajada de su pa¨ªs de origen, la Rep¨²blica Checa, pero ella prefiri¨® mantener su estilo de vida, dividido en estaciones y ciudades. Oto?o en Manhattan, verano en Saint-Tropez. Tambi¨¦n le preguntaron si envidia el cargo de primera dama. Respondi¨®, muy tranqui, con una sonora carcajada.
India ha sido la inspiraci¨®n para que Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² encontrara, de nuevo, el amor. Timothy McKeague naci¨® en Australia hace 32 a?os y seg¨²n Carmen se conocieron este verano en Saint-Tropez. ?l estaba trabajando como coach emocional. Carmen lo define como ¡°un alma libre. Con ¨¦l hay que vivir el momento¡±. Timothy ha estudiado en un centro espiritual y spa ayurv¨¦dico, a dos horas al norte de Delhi que se ha puesto de moda entre las jet sets de Madrid y Barcelona. Un punto de encuentro alejado del centro. ?Qu¨¦ grande es Carmen! Mientras Espa?a iza banderas, cierra y abre parlamentos, ella descubre el budismo, la introspecci¨®n y consigue novio. Rajoy y Puigdemont deber¨ªan dialogar con Carmen, antes que pasen otras 155 horas.
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