El esc¨¢ndalo sexual del todopoderoso Harvey Weinstein conmociona Hollywood
El productor, uno de los nombres fundamentales del cine estadounidense de los ¨²ltimos a?os, es despedido de su compa?¨ªa en medio de informaciones de abusos a mujeres


Sexo y Hollywood. Cualquiera se frotar¨ªa las manos. Sexo, Hollywood y Harvey Weinstein, el productor y distribuidor de cine m¨¢s poderoso del mundo fuera de una major (un gran estudio de Hollywood). Palabras mayores. Carne de titular por todo el mundo. Hasta el presidente Donald Trump decidi¨® dar su opini¨®n el s¨¢bado sobre el esc¨¢ndalo: "Conozco a Harvey Weinstein desde hace mucho tiempo, no me sorprende para nada". Ten¨ªa sentido el ataque: durante d¨¦cadas Weinstein ha sido uno de los grandes recaudadores de fondos para las campa?as dem¨®cratas, ejerciendo de apoyo en el cine de los Clinton y de Barack Obama. Incluso Malia Obama, la hija mayor del expresidente, ha sido becaria en su empresa hasta finales del pasado verano. Varios senadores y congresistas han enviado las donaciones que les hizo el productor a ONG que luchan contra los abusos sexuales. Anoche, lo que quedaba del consejo de administraci¨®n de The Weinstein Company, encabezado por su hermano Bob, anunci¨® su despido. Ahora nadie parece saber nada de Harvey Weinstein, impulsor de la carrera de Quentin Tarantino y productor de pel¨ªculas como Shakespeare enamorado o The Artist.
La tormenta estall¨® el jueves, cuando The New York Times public¨® un amplio reportaje sobre la cara oculta de Weinstein como depredador sexual. Entre los detalles, que en al menos ocho ocasiones, desde mediados de los a?os noventa hasta 2015, el productor hab¨ªa llegado a acuerdos extrajudiciales con sus v¨ªctimas de acosos y abusos. A cambio de dinero callaron. Una secretaria, tres asistentes, actrices, modelos... Otras s¨ª han tenido la valent¨ªa de dar el paso adelante. Ashley Judd contaba en el diario neoyorquino c¨®mo durante el rodaje de El coleccionista de amantes Weinstein le cit¨® para una reuni¨®n de trabajo en el hotel Pen¨ªnsula en Beverly Hills. All¨ª Judd se encontr¨® al productor que, vestido solo con una bata, le propuso darle un masaje en el cuello o si quer¨ªa observarle mientras se duchaba. Judd logr¨® huir de la encerrona, no como algunas de las asistentes del cineasta. Entre quienes firmaron esos contratos de confidencialidad est¨¢n la actriz Rose McGowan, que recibi¨® 100.000 en d¨®lares en 1997, o la modelo italiana Ambra Battilana, la ¨²ltima que le denunci¨®, en 2015.
Tras la publicaci¨®n de la historia, Weinstein remiti¨® un comunicado en el que ped¨ªa perd¨®n por su comportamiento, confesaba recibir terapia y aseguraba: ¡°Estoy tratando de hacer las cosas mejor, pero s¨¦ que todav¨ªa me queda un largo recorrido". Finalmente, anunciaba que se retiraba temporalmente -desde anoche, de forma definitiva- de la copresidencia de su empresa The Weinstein Company, que a partir de ahora lidera en solitario su hermano Bob.
Sin embargo, ese alejamiento del cine no ha silenciado la historia. En The New York Times, Judd dec¨ªa: ¡°Hasta ahora las v¨ªctimas hab¨ªamos hablado de esto entre nosotras, pero es hora de que lo hagamos p¨²blico¡±. Muchos miembros de la industria del cine llevan desde el viernes recalcando: ?c¨®mo puede ser que algo que toda la industria conoc¨ªa no haya salido a luz antes? ?Ninguna v¨ªctima pens¨® que al callar estaban permitiendo que siguiera con sus abusos? La misma McGowan escribi¨® en Twitter: "Mujeres de Hollywood, ?d¨®nde est¨¢is? Vuestro silencio es ensordecedor". De las grandes estrellas de Hollywood, solo Jessica Chastain, Brie Larson, Lena Durham y el director Judd Apatow han entrado en el debate, apoyando a Judd y McGowan. Ha habido m¨¢s apoyos de la clase media, de buenos int¨¦rpretes que no son de la lista A, como Mark Ruffalo, America Ferrara, Thomas Sadoski, Amber Tamblyn, Ellen Barkin o Seth Rogen. El resto, silencio.
Lo que importa de verdad en el cine
Harvey Weinstein cuenta que su pasi¨®n por el cine empez¨® de crio: "Sigo siendo el joven que caminaba dos millas hasta el cine The May?fair, en Flushing Mea?dows, para ver las pel¨ªculas de los grandes, Lelouch, Godard, Renoir y de mi favorito, Fran?ois Truffaut", contaba cuando recibi¨® la Legi¨®n de Honor francesa. Sin embargo, uno de los grandes enemigos de Weinstein, el periodista y escritor Peter Biskind, refutaba esta bonita historia en 2004 en su m¨ªtico libro Sexo, mentiras y Hollywood (que desgrana los tejemanejes de Miramax y del festival Sundance) con numerosos testimonios que contradec¨ªan esta educaci¨®n cin¨¦fila. Biskind asegura que ambas instituciones prostituyeron econ¨®mica y art¨ªsticamente al cine indie, la marca de la casa de Miramax, aunque incluso Weinstein siempre tuvo problemas con esa palabra: "No creo que nadie vaya al cine porque una pel¨ªcula sea independiente", dijo en Madrid hace dos a?os. "Es una etiqueta que no vende tanto". Y respond¨ªa a que si de verdad cre¨ªa que importan m¨¢s las pel¨ªculas que una campa?a de promoci¨®n: "De verdad. Es el t¨ªpico cuento de la prensa: la magia de la publicidad. Si no, ?de qu¨¦ escribir¨ªais? ?Que una pel¨ªcula es sencillamente buena? Esa es una historia aburrida. S¨¦ lo que digo, porque empec¨¦ como periodista".
Lisa Bloom, una de las abogadas de Weinstein, especializada adem¨¢s en casos de acoso sexual, dijo en una declaraci¨®n el jueves que su cliente "niega muchas de las acusaciones y las califica de claramente falsas". Y que se planteaban demandar al diario. El s¨¢bado, Bloom anunci¨® por Twitter la renuncia de su puesto, sin dar m¨¢s explicaciones. La noche anterior el consejo de administraci¨®n de The Weinstein Company -formado por nueve miembros de los que dimitieron tres, otro se neg¨® a firmar y Harvey no fue convocado- hab¨ªa criticado los primeros pasos de la estrategia de Bloom. La empresa anunci¨® en ese momento (48 horas antes de despedirle) que apoyaba a Weinstein en su retirada temporal y abr¨ªa una investigaci¨®n interna sobre los hechos, porque entre las v¨ªctimas hay ejecutivas de la compa?¨ªa, como Lauren O'Connor. Curiosamente, O'Connor ya elabor¨® un informe interno en 2015 sobre el acoso a ella y a otras compa?eras. Otra demostraci¨®n de la presunta hipocres¨ªa de Weinstein, que dio carpetazo a la investigaci¨®n a la vez que prosegu¨ªa con su imagen de adalid de la causa feminista, produciendo un documental de O'Connor sobre abusos sexuales en campus universitarios, o sum¨¢ndose este mismo a?o a las marchas de mujeres en enero en protesta por la investidura de Trump. A lo largo del fin de semana han aparecido m¨¢s v¨ªctimas de abusos. Seg¨²n ha contado en The Huffington Post, Lauren Sivan, una presentadora de noticias, fue obligada hace diez a?os por el productor a ver c¨®mo se masturbaba en un restaurante. Liza Campbell, guionista y artista, describ¨ªa en Sunday Times c¨®mo hace 20 a?os el productor le invit¨® a ba?arse con ¨¦l, y que logr¨® escaparse de la habitaci¨®n del hotel Savoy, a la que le hab¨ªa convocado cuando le anunci¨® que abandonaba de la empresa.
Weinstein (Nueva York, 1952) siempre ha navegado por mares de controversias. Con su hermano Bob cre¨® Miramax -nombre que fusiona el de sus padres, Miriam y Max- en 1979, con la que revolucionaron el cine indie en los a?os 80. Despu¨¦s de vender la empresa a Disney (agobiados por las deudas), fueron despedidos de ella en 2005 y fundaron The Weinstein Company. En ese camino han logrado m¨¢s de 80 oscars y cerca de 350 candidaturas a los premios de Hollywood, incluidas las pel¨ªculas extranjeras que distribuyeron en EE UU. Su nombre est¨¢ detr¨¢s del ¨¦xito de The Artist, La vida es bella, Tigre y drag¨®n, Cinema paradiso, El paciente ingl¨¦s, La dama de hierro o Shakespeare enamorado, que le report¨®, como productor, el ¨²nico Oscar ganado por ¨¦l mismo. Los Weinstein impulsaron las carreras de los creadores del cine indie de los ochenta, como?Steven Soderbergh, Quentin Tarantino (su ni?o bonito) o Kevin Smith, que acab¨® repudi¨¢ndole. Porque Weinstein se considera a s¨ª mismo un cineasta, y Smith acab¨® harto de sus presiones. En Hollywood al productor le conocen como El castigador o Harvey Manostijeras, por su tendencia a remontar las pel¨ªculas que importa a EE UU sin consultar a los directores.
La Academia de Hollywood ha cambiado varias veces sus reglas para poner coto a sus agresivas campa?as en los Oscar. ?l mismo estuvo detr¨¢s de la promoci¨®n para las estatuillas de Meryl Streep, Kate Winslet, Pen¨¦lope Cruz, Jennifer Lawrence o Gwyneth Paltrow. A pesar de eso, hace dos a?os en una visita a Madrid dijo: ¡°Lo importante no es el marketing, sino las pel¨ªculas¡±. Hoy, si quiere volver al cine, necesitar¨¢ su mejor campa?a de promoci¨®n.
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