Negr¨ªn: elogio de un hombre odiado
Conocer la vida del ¨²ltimo presidente del Gobierno republicano es conocer la historia de Espa?a. Muri¨® solo, enfermo, traicionado y derrotado despu¨¦s de una vida de entrega en una ¨¦poca de deslealtad de nacionalistas y anarquistas
Corr¨ªa mayo de 1937 y Aza?a acab¨® de decidir el nombre de quien ser¨ªa el ¨²ltimo presidente del Gobierno republicano. Largo Caballero hab¨ªa dimitido tras los ¡°sucesos de Barcelona¡±, que hab¨ªan dejado 400 muertos y mil heridos. Eran tiempos dif¨ªciles para la Rep¨²blica y Juan Negr¨ªn habr¨ªa de lidiar con ellos.
El hasta entonces ministro de Hacienda se hab¨ªa formado principalmente en medicina, aunque posteriormente hab¨ªa estudiado qu¨ªmica y econom¨ªa. Negr¨ªn ten¨ªa claro que las opciones de victoria republicana pasaban por la maximizaci¨®n de los recursos del Estado, que habr¨ªan de garantizar la provisi¨®n de armas y municiones al ej¨¦rcito, pero tambi¨¦n los suministros necesarios para el mantenimiento de la poblaci¨®n civil en las zonas leales, menos productivas y m¨¢s pobladas que las ¨¢reas bajo influencia sublevada. A las dificultades militares se a?ad¨ªan el oportunismo desleal de nacionalistas, anarquistas y colectivistas.
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Negr¨ªn, perteneciente a una familia de comerciantes de Las Palmas, era un hombre ilustrado que hablaba seis idiomas. Se hab¨ªa formado en Alemania y era catedr¨¢tico desde los 30 a?os. Aunque era un socialista moderado, un simpatizante del SPD alem¨¢n favorable al mercado (fue el primer suscriptor en Espa?a de The Economist), a las libertades individuales y contrario al comunismo, su relaci¨®n con el PCE no era hostil. De ¨¦l se ha dicho que quiso entregar Espa?a a Stalin y, sin embargo, no guardaba simpat¨ªa a la URSS. De hecho, la familia de su primera mujer, que era rusa, hab¨ªa perdido sus propiedades y se fue al exilio tras la revoluci¨®n de 1917.
Digo su primera mujer porque Negr¨ªn acabar¨ªa separ¨¢ndose. Nunca dej¨® de atender las necesidades y el bienestar de su exesposa, incluso cuando ella se esmer¨® en propagar falsas acusaciones de infidelidad. Uno de sus hijos, tambi¨¦n m¨¦dico, confirmar¨ªa a?os m¨¢s tarde que su madre ten¨ªa ¡°una personalidad esquizoide con tendencias paranoicas¡±. Poco despu¨¦s de su ruptura matrimonial, Negr¨ªn conocer¨ªa a su gran amor, Feliciana L¨®pez, que lo acompa?ar¨ªa el resto de su vida.
El peso creciente de sus competencias pol¨ªticas oblig¨® al doctor a abandonar su carrera cient¨ªfica, decisi¨®n que lamentar¨ªan sus alumnos, pues Negr¨ªn, adem¨¢s de cient¨ªfico, fue un profesor muy querido por sus estudiantes, entre ellos el futuro Nobel Severo Ochoa. Ochoa alcanz¨® la gloria cient¨ªfica lejos de nuestro pa¨ªs, despu¨¦s de que Negr¨ªn hubiera facilitado su salida de Espa?a durante la contienda civil en una maniobra diplom¨¢tica arriesgada: su pupilo solicit¨® que lo enviaran a Alemania, una potencia enemiga.
Intercedi¨® por muchos presos an¨®nimos en las infames checas y despu¨¦s logr¨® clausurarlas
No fue el primero ni el ¨²ltimo que obtendr¨ªa un salvoconducto de Negr¨ªn para salir de Espa?a. El doctor se implic¨® para que decenas de personas pudieran partir al exilio, entre ellas intelectuales, cient¨ªficos, sacerdotes o profesionales a los que su ideolog¨ªa conservadora o su fe cat¨®lica hab¨ªan puesto en peligro. Tambi¨¦n orden¨® la excarcelaci¨®n de Serrano S¨²?er, cuando se encontraba preso y enfermo en la c¨¢rcel de Madrid.
Asimismo, Negr¨ªn intercedi¨® por muchos presos an¨®nimos en las infames checas controladas por elementos sindicales y partidistas, en ocasiones arriesgando la vida. Despu¨¦s conseguir¨ªa clausurarlas y restaurar el orden en la retaguardia. Los que lo conocieron coincidieron en se?alar el arrojo del doctor, que no dudaba en visitar las zonas m¨¢s expuestas del frente de batalla para insuflar ¨¢nimo a los soldados republicanos, conocidos como los ¡°cien mil hijos de Negr¨ªn¡±. Dos de ellos eran, adem¨¢s, hijos suyos en sentido literal: Juan y R¨®mulo Negr¨ªn servir¨ªan en el cuerpo de carabineros y en la aviaci¨®n de combate, respectivamente.
Pero quiz¨¢ sea el ¡°oro de Mosc¨²¡± la raz¨®n por la que m¨¢s se conoce a Negr¨ªn. Aunque circulan leyendas que involucran al ¨²ltimo presidente de la Rep¨²blica en su desaparici¨®n, la realidad es prosaica. Al comienzo de la guerra Negr¨ªn orden¨® sacar todo el oro del Banco de Espa?a para evitar que cayera en manos de los sublevados en caso de que tomaran la capital. Los registros de dep¨®sitos y movimientos de ese oro, perfectamente documentados, fueron devueltos al Estado espa?ol por uno de sus hijos. Hasta la ¨²ltima peseta se hab¨ªa invertido en conseguir suministros que permitieran sostener civil y militarmente a la Rep¨²blica, casi siempre a los precios abusivos que establec¨ªa Stalin, debido a la falta de otros apoyos internacionales.
Estaba convencido de que pod¨ªa ganar la guerra, pero con una intervenci¨®n aliada
Durante mucho tiempo Negr¨ªn estuvo convencido de que la Rep¨²blica pod¨ªa ganar la guerra, pero sab¨ªa que esa opci¨®n depend¨ªa de una intervenci¨®n aliada en Espa?a. Incluso cuando su optimismo y su salud se fueron apagando, el doctor se esforz¨® por aparentar fortaleza moral ante los suyos. Cuando Prieto andaba derrumb¨¢ndose por las embajadas internacionales y Aza?a ya hab¨ªa perdido la fe, Negr¨ªn insist¨ªa en que una nueva guerra mundial estaba a punto de estallar en Europa, y que este conflicto obligar¨ªa a una intervenci¨®n aliada en Espa?a.
Tambi¨¦n se ha acusado al doctor de prolongar innecesariamente la guerra para sufrimiento de los espa?oles. De poner en marcha, junto al general Rojo, uno de sus m¨¢s leales y brillantes colaboradores, campa?as militares que no supon¨ªan ning¨²n avance republicano. Eran batallas que pretend¨ªan distraer y ralentizar el avance enemigo sobre Madrid, pues, a partir de 1938, la estrategia republicana habr¨ªa de centrarse en ganar tiempo. Negr¨ªn no ten¨ªa duda de que no cab¨ªa pactar una paz sin represalias con Franco, aunque busc¨® sin descanso una salida internacional negociada que reflej¨® en sus famosos ¡°13 puntos¡±.
La historia se encarg¨® de vaciar de sentido la acusaci¨®n del sufrimiento innecesario. Cuando se consum¨® la traici¨®n de Casado que entreg¨® la Rep¨²blica a los sublevados, tuvo lugar la temida represi¨®n franquista, que historiadores como Antony Beevor han cifrado en 350.000 muertos. La ¨²ltima obsesi¨®n de Negr¨ªn antes de que la Rep¨²blica colapsara hab¨ªa sido la organizaci¨®n de las evacuaciones masivas, as¨ª como la provisi¨®n de barcos que trasladaran a M¨¦xico los fondos necesarios para financiar el exilio. A finales de ese mismo verano de 1939 se desatar¨ªa el conflicto en Europa que Negr¨ªn hab¨ªa vaticinado. Para entonces, el doctor ya se encontraba lejos de Espa?a, con la salud muy fr¨¢gil. Difamado por todos y expulsado de su partido, morir¨ªa en Par¨ªs en 1956.
El PSOE rehabilitar¨ªa su figura en 2009, a la luz del trabajo historiogr¨¢fico de investigadores como Santos Juli¨¢, ?ngel Vi?as o Enrique Moradiellos. Este ¨²ltimo nos ha legado una descomunal obra biogr¨¢fica del doctor, un retrato mortificante de un hombre de talento desmedido, comprometido, hiperactivo, esperanzado. Y, finalmente, solo, enfermo, traicionado, derrotado. Conocer su vida es conocer un poco mejor la historia de Espa?a.
Aurora Nacarino-Brabo es polit¨®loga.
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