?Una democracia digital?
Los nacionalistas han convertido a miles de so?adores ¡®YOU¡¯ en seres que se sienten superiores
En 2006, la revista Time eligi¨® persona del a?o a YOU, tres letras sobreimpresionadas sobre la pantalla de un ordenador, bajo cuyo teclado pod¨ªa leerse: ¡°You control the Information Age. Welcome to your world¡±. No iba desencaminada la revista, el mundo viv¨ªa la eclosi¨®n de la nueva ¡°democracia digital¡± tras el nacimiento de Google, Wikipedia, Twitter, los blogs o YouTube. YOU era el reconocimiento al quinto poder, el de los ciudadanos. A los medios de comunicaci¨®n convencionales se les acusaba de vaciar el cuarto poder del periodismo, por congraciarse con los intereses econ¨®micos y el establishment.
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El debate arranc¨® con el cambio de era de 2001. Nacieron iniciativas como Media Watch Global, el Observatorio Internacional de Medios. Su cofundador, Ignacio Ramonet, advert¨ªa entonces de que la abundante informaci¨®n desbordaba las mentes, porque ¡°nos contamina el cerebro, manipula, intoxica, intenta instalar en nuestro inconsciente ideas que no son las nuestras¡±. Y propon¨ªa elaborar una ¡°ecolog¨ªa de la informaci¨®n¡± para separar la verdad de la ¡°marea negra¡± de las mentiras y las manipulaciones.
Andando el siglo, las mentes en masa aceptaron los populismos que se colaron por los medios, y les dieron cabida en el ordenado mundo occidental. Nos dejamos invadir por falsos profetas, oportunistas rebuscadores de votos entre el miedo de la gente a perder el bienestar por la crisis global. Frente a los nuevos mes¨ªas, Berlusconi o Le Pen padre quedaban como personajes anal¨®gicos. Los populismos ven¨ªan del brazo de las fake news, las mentiras fabricadas en masa circulando de los medios convencionales a Internet, y viceversa. Una realidad que se nos ha impuesto vertiginosa, y que una d¨¦cada atr¨¢s nos habr¨ªa parecido la ficci¨®n de una mente enferma.
Aquel YOU de Time es pasado. Ni usted ni t¨² ni yo ni los ciudadanos podemos f¨¢cilmente salir del oleaje en que se ha convertido este nuevo quinto poder, usurpador del individuo y la verdad, espoleados con fuerte persistencia desde partidos o grupos de presi¨®n. As¨ª funcionan los populismos y los nacionalismos que nos invaden. Lo vemos en Catalu?a, donde el Govern ha pretendido montar su ¡°construcci¨®n nacional¡± a base de manipulaciones, incluyendo pretendidos ciberataques.
En esta vor¨¢gine de desorden de ideas en la que abundan las mentiras, la prensa ha vuelto a poner orden desenmascarando las??'fake news'
Me pregunto qu¨¦ pasar¨¢ por la cabeza de un independentista cuando lee estas noticias, reveladas por EL PA?S. Probablemente nada. Lo mismo que cuando Europa advierte que una Catalu?a independiente quedar¨ªa fuera de la Uni¨®n, 805 empresas abandonan el para¨ªso prometido o se les advierte de recesi¨®n. El relato de la ilusi¨®n construido desde el poder independentista y difundido machaconamente desde sus diferentes plataformas medi¨¢ticas ha sido m¨¢s poderoso que la cruda realidad, que iguala a los catalanes con el resto de los espa?oles. Los avances en el mundo de la neurociencia han hecho posible que el marketing o la publicidad capten las mentes dejando huellas imborrables. Con estas t¨¦cnicas, los nacionalistas han convertido a miles de so?adores YOU en minirrobots, seres que se sienten superiores, herederos de una ¨¦pica Historia aunque sea falsa, ricos en lugar de quebrados, adoctrinados por los obscenos medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, para verg¨¹enza de sus periodistas. Sin caerse del caballo ni siquiera cuando Assange pide que la rebeli¨®n de Catalu?a ¡°se extienda por todo Occidente¡±. Sospechoso, ?no?
En esta vor¨¢gine de desorden de ideas en la que abundan las mentiras, la prensa ha vuelto a poner orden desenmascarando la catarata de fake news de los secesionistas. Para las mentes l¨²cidas quedar¨¢ la portada de EL PA?S desvelando ¡°los mitos y falsedades del independentismo¡±. Para desmontar con argumentos que 1714 no fue una secesi¨®n, que la Constituci¨®n no es hostil a Catalu?a, que la autonom¨ªa no ha fracasado, que el Estado no es autoritario y que Espa?a no roba a los catalanes. ?Qu¨¦ Estado autoritario permitir¨ªa llegar a donde hemos llegado?
En estos tiempos convulsos, ¡°la mayor¨ªa de la gente no est¨¢ interesada en la verdad porque est¨¢n encerrados en una ideolog¨ªa¡±, ha advertido Carl Bernstein, el periodista que revel¨® el Watergate. Quien menos ese CAC, el Consejo Audiovisual Catal¨¢n nacido para, ?ojo al dato!, ¡°verificar las informaciones¡±. Una ignominia de organismo incapaz de sacar la tarjeta roja a TV3, a Catalunya Radio, al Govern o a s¨ª mismo.
Y entretanto, ?d¨®nde est¨¢s, YOU? entre tantas mentiras¡ vestidas con grandes palabras¡
Gloria Lomana es periodista, analista pol¨ªtica y premio Fedepe 2016 (Federaci¨®n de Mujeres Directivas y Ejecutivas).
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