?Cu¨¢ndo va demasiado lejos un chiste y cu¨¢ndo debe un c¨®mico pedir perd¨®n?

Si esto fuese un chiste, ir¨ªa as¨ª: un c¨®mico hizo un chiste tan malo y ofensivo que nadie se ri¨®, pero cuando tuvo que disculparse consigui¨® que los dem¨¢s c¨®micos se rieran de ¨¦l por hacerlo. James Corden (Londres, 1978) ¨Cfamoso en Estados Unidos por su programa The late show with James Corden y en el resto del mundo por los segmentos de Carpool Karaoke en los que canta subido a un coche con superestrellas del pop¨C hizo unos cuantas bromas sobre Harvey Weinstein (el productor denunciado recientemente por acosar sexualmente a actrices, entre ellas Angelina Jolie o?Gwyneth Paltrow) durante su mon¨®logo como presentador de la gala amfAR en Los ?ngeles el pasado domingo. Tres, en concreto, todos seguidos y en menos de cuarenta seguidos.

James Corden

Y nadie se ri¨®. Es duro ver a un c¨®mico soltando una retah¨ªla de cosas supuestamente graciosas sin que nadie se r¨ªa, pero aqu¨ª est¨¢ el v¨ªdeo subtitulado por si alguien quiere pasar por eso.

El primer chiste dice as¨ª:

"Hoy hace una noche tan bella aqu¨ª en Los ?ngeles que Harvey Weinstein ya le ha pedido [a la noche] que suba a su habitaci¨®n a darle un masaje"

El segundo dice as¨ª:

"Ha sido extra?a esta semana, ?verdad? Ver a Harvey Weinstein en esas aguas caldeadas¡­ Preguntad a cualquier de las mujeres que lo vieron d¨¢ndose un ba?o, es raro ver a Harvey Weinstein en aguas caldeadas"

El tercero dice as¨ª:

"Harvey Weinstein quer¨ªa venir esta noche, pero se conformar¨¢ con la maceta m¨¢s cercana"

Los dos primeros son un poco malos. El tercero necesita una explicaci¨®n: establece un juego de palabras entre dos de los significados de "come" en ingl¨¦s: venir y eyacular. Una de las historias m¨¢s desagradables que se han sabido de Weinstein esta semana es que, seg¨²n una periodista de Fox News, Lauren Sivan, el todopoderoso productor la arrincon¨® en un club de Nueva York y despu¨¦s, delante de ella, eyacul¨® sobre una maceta (una historia que el due?o del local ha confirmado en la p¨¢gina web de The Hollywood Reporter).?

En todo caso, al p¨²blico presente no le gust¨® ninguno de los tres chistes. Tampoco al grueso de las redes sociales ni a algunas de las mujeres v¨ªctimas del comportamiento de Weinstein. La actriz Rose McGowan, v¨ªctima de?Weinstein, fue tal vez la m¨¢s lac¨®nica: "Cerdo hijo de puta", le lanz¨® en Twitter enlazando el v¨ªdeo que has podido ver arriba.

Y Anthony Bourdain, el chef reconvertido en estrella multimedia, le record¨® que esto no va de masturbaci¨®n, sino de violaci¨®n:

"James Corden revela al Hollywood m¨¢s maleducado en su lado m¨¢s grotesco. No se trata de masturbaci¨®n, imb¨¦cil. Se trata de violaci¨®n".

James Corden pidi¨®, horas despu¨¦s, disculpas a trav¨¦s de su cuenta oficial de Twitter:

"Para ser claro, el abuso sexual no es un asunto del que re¨ªrse. No intent¨¦ restar importancia al inexcusable comportamiento de Harvey, sino avergonzarlo a ¨¦l, al agresor, no a sus v¨ªctimas. Lamento de verdad que alguien se haya ofendido, esa no fue nunca mi intenci¨®n".

Los que tengan memoria no podr¨¢n evitar pensar en Ricky Gervais (Reading, Reino Unido, 1961) en los Globos de Oro de 2011?al ver a James Corden en la gala amfAR del pasado domingo. En aquel mon¨®logo Gervais dispar¨® hacia todos lados, sac¨® a la luz los fracasos laborales de las estrellas sentadas a metros de ¨¦l e hizo referencias a leyendas sobre la sexualidad y la religi¨®n de algunos de los nombres m¨¢s grandes de la industria.

De alguna manera, inaugur¨® una nueva manera de hacer humor en las grandes galas de Hollywood en la que apenas exist¨ªan l¨ªmites. Tal vez uno: que el p¨²blico se riese. En aquel caso los murmullos y las quejas iban acompa?ados de carcajadas entre el p¨²blico. No es la primera vez que la comparaci¨®n entre los dos c¨®micos ingleses?sale a la luz y que algunos admiradores se?alan que Corden ha intentado, m¨¢s de una vez, imitar el estilo de Gervais.

Gervais es, probablemente, el ¨²nico juez en el que podemos confiar en esta cuesti¨®n. Y acaba de se?alar directamente a Corden a trav¨¦s de un tuit en el que no le echa en cara que sus chistes sobre Weinstein hayan sido apropiados o no o ni siquiera buenos o no, sino en el simple hecho de que haya pedido perd¨®n:

"Un c¨®mico puede sobrevivir e incluso mejorar en una cadena de las bromas m¨¢s ofensivas. Pero pedir perd¨®n por ellas es a menudo irreparable".

Lo cual lleva a la pregunta: ?puede un c¨®mico pedir perd¨®n por sus chistes? Ricky Gervais nunca lo hizo (bueno, s¨ª: una vez pidi¨® perd¨®n por sus chistes en la gala de los Globos de Oro de 2016¡­ una semana antes de hacerlo). Joan Rivers nunca lo hizo (tras hacer una broma sobre una ni?a sorda en un show de Wisconsin y ser increpada por un hombre que estaba entre el p¨²blico, ella le chill¨®: "?Mi madre tambi¨¦n era sorda, est¨²pido, y viv¨ª con un hombre al que le faltaba una pierna y hago chistes sobre ello todo el rato!").

En Espa?a el debate sale, m¨¢s o menos, cada seis meses. Justo en este momento est¨¢ en la brecha gracias a Fe de etarras, la comedia sobre un comando de ETA que Netflix estren¨® el 12 de octubre, D¨ªa de la Hispanidad, condenada de forma en¨¦rgica por la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo y la Uni¨®n de Guardias Civiles. ?Ser¨¢ posible que, si existe un l¨ªmite en el humor, este lo marque la existencia de v¨ªctimas cercanas en el tiempo?

"Uno puede lamentar que un chiste haya herido la sensibilidad de alguien y eso no implica tener que pedir perd¨®n por el chiste en s¨ª", se?ala Xavi Puig, creador junto a Kike Garc¨ªa de la web sat¨ªrica El Mundo Today". Y se?ala que The Onion, su equivalente en Estados Unidos, ya pidi¨® perd¨®n en su d¨ªa por un tuit en el que llamaban "cunt" a la actriz de 15 a?os Quvenzhan¨¦ Wallis ("cunt" no tiene una traducci¨®n exacta al castellano, pero podemos decir que es uno de los insultos m¨¢s graves que existen en ingl¨¦s).

"El problema", prosigue Puig, "es que en un 90 % de las veces la gente que apelas a su sensibilidad herida son falsos ofendidos, trolls. Pero eso se detecta f¨¢cilmente. La gente que est¨¢ en sus cabales suele tener la sensibilidad de un adulto, suficientemente entrenada para que un chiste no te haga da?o. Yo no recuerdo haberme ofendido por un chiste en mi vida".

El c¨®mico ingl¨¦s Jimmy Carr, famoso (o infame, seg¨²n a qui¨¦n se le pregunte) en Reino Unido por hacer bromas sobre ni?os enfermos o polic¨ªas heridos, coment¨® en una entrevista concedida el pasado marzo al Telegraph: "Puedes bromear sobre religi¨®n, yo lo hago a menudo. Puedes bromear sobre la muerte, sobre asesinatos, sobre desastres. La mayor parte de las cosas se curan con el tiempo. Yo no voy gritando esas bromas a trav¨¦s de los buzones de la gente: ellos han venido a ver mi espect¨¢culo. Han pagado. Aprend¨ª hace mucho tiempo que nunca debes defender tus propias bromas, porque son una broma, no un comunicado".

Es posible que el l¨ªmite del humor est¨¦, sencillamente, en la l¨ªnea que separa al p¨²blico que est¨¢ dispuesto a escucharlo y apreciarlo del que no est¨¢ dispuesto a hacerlo. Del que entra a webs sat¨ªricas o paga por ver espect¨¢culos de comedia y el que se ofende desde su casa.

Los asistentes a la gala amfAR del pasado s¨¢bado donde se brome¨® sobre Harvey Weinstein y sus v¨ªctimas sab¨ªan que un mon¨®logo de James Corden abrir¨ªa la velada. Y podr¨ªan imaginarse que un mon¨®logo sobre la actualidad de Hollywood pasa de irremediablemente por hablar del hombre que ocupa todos los titulares y arroja 30 millones de resultados en las b¨²squedas de Google. Tal vez lo mejor ser¨¢ llamar a Ricky Gervais el a?o que viene y confiar en que sus chistes no ser¨¢n menos ofensivos, solamente mejores.