Motos, ch¨¢ndales y rap: as¨ª son los guetos de las capitales europeas
Diego S¨¢nchez y Borja Larrondo (Aquellos Que Esperan) fotograf¨ªan Madrid, Par¨ªs y Bruselas. Ahora las exponen en 'La m¨ºme indiff¨¦rence' en CentroCentro (Madrid)
Desde 2012 hasta 2015, Borja Larrondo y Diego S¨¢nchez trabajaron en el barrio madrile?o de Orcasur para dar forma al proyecto Aquellos Que Esperan,?t¨ªtulo que ahora da nombre al colectivo que ambos forman, con el que ganaron la beca FotoPres de ¡°la Caixa¡± dos a?os. El suyo fue un trabajo de meses de inmersi¨®n, para entrar en contacto con el barrio y documentar la vida en este lugar del extrarradio de Madrid, concebido como un espacio moderno de la ciudad en la d¨¦cada de los cincuenta del siglo pasado y que acabo siendo una de las zonas m¨¢s deprimidas del sur de la capital. Se trataba de un trabajo de campo, con el que pretend¨ªan formular muchos interrogantes (m¨¢s que buscar conclusiones) y que tiene el urbanismo y las pol¨ªticas institucionales en torno a ¨¦l como principales argumento narrativo.
¡°A Orcasur fuimos al principio m¨¢s a repartir comida que a hacer fotos, fueron muchos meses de ir all¨ª y no tomar ni una sola imagen. Era una rutina diaria que ten¨ªamos interiorizada, pero en ese momento es que no pens¨¢bamos en hacer fotos. Hab¨ªa que vivirlo antes. Otra gente supongo que hubiera ido m¨¢s a saco. Son muchas horas de hablar con la gente, muchas conversaciones. Creo que es una labor de empat¨ªa, hay que conseguir cierta afinidad. Eso es una parte muy importante del trabajo de un fot¨®grafo¡±, asegura Diego S¨¢nchez. Y tras la experiencia, decidieron repetir en 2016 en la zona de La Corneuve, en la periferia norte de Par¨ªs. El resultado de ambas experiencias se puede ver desde ma?ana jueves, 18 de octubre, en CentroCentro, en el Palacio de Cibeles de Madrid, en la exposici¨®n La m¨ºme indiff¨¦rence?(comisariada por Sandra Maunac y que cuenta con la colaboraci¨®n de la plataforma Urbiquity) que se incluye dentro del programa anual T¨¢ndem Par¨ªs-Madrid.
"Son muchas horas de hablar con la gente, muchas conversaciones. Creo que es una labor de empat¨ªa, hay que conseguir cierta afinidad. Eso es una parte muy importante del trabajo de un fot¨®grafo¡±
Tras las experiencias en Madrid y Par¨ªs, Diego y Borja tuvieron la oportunidad de conocer La Cit¨¦ Moderne, un lugar ¡®vendido¡¯ tras la Expo Universal de Bruselas de 1958 como la ciudad del futuro que emerg¨ªa en lo que antes era un gigantesco poblado charolista. Una gran cantidad de edificios que acabaron siendo viviendas protegidas, propiedad del Estado, que las concede en alquiler. As¨ª que de este modo, la capital belga acaba siendo la tercera etapa de este proyecto en el que, entre otros muchos temas, la juventud que habita en estos barrios en los l¨ªmites de las grandes urbes tiene un protagonismo muy importante. J¨®venes que, a pesar de las diferencias geogr¨¢ficas, tienen mucho en com¨²n. Comenzando por la est¨¦tica que muestran.
¡°Nuestra experiencia en estas tres ciudades es que aunque los factores geogr¨¢ficos y de clima son diferentes -unas son ciudades m¨¢s grises que otras- la est¨¦tica de la gente joven es b¨¢sicamente igual. Al final estamos hablando de los mismos referentes. La gente va uniformada de arriba a abajo. El f¨²tbol, por ejemplo, es superimportante. En las campa?as de publicidad de firmas de ropa deportiva en Francia aparecen chicos de La Corneuve que entran en el campo del Real Madrid a jugar. Y, por otra parte, existe el fen¨®meno contrario: la cultura de barrio se extrapol¨® ya a otras esferas. Las grandes marcas se aprovechan mucho de la calle ahora mismo. Hip-hop o grafitis, que est¨¢n tan presentes en estos sitios que fotografiamos, tienen un gran protagonismo en la moda. El chandal y las zapatillas son la moda que ahora se lleva tambi¨¦n en el centro de las capitales¡±.
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"Nuestra experiencia en estas tres ciudades es que aunque los factores geogr¨¢ficos y de clima son diferentes -unas son ciudades m¨¢s grises que otras- la est¨¦tica de la gente joven es b¨¢sicamente igual"
Todos estos j¨®venes viven ahora en los restos de lo que fue una id¨ªlica utop¨ªa urban¨ªstica a nivel europeo. Lugares a los que sus padres y abuelos llegaron bajo la ilusi¨®n de tener all¨ª un futuro prometedor, y que acabaron sepultados entre otros barrios y autov¨ªas. En definitiva, aislados del resto de la ciudad. ¡°El fen¨®meno se repite de la misma manera en Bruselas, Madrid o en Par¨ªs. En su origen estos lugares eran el final de las ciudades, m¨¢s all¨¢ todo era campo. Estaban siempre en los l¨ªmites. Los j¨®venes que viven all¨ª ahora mismo se identifican mucho con el lugar donde viven, el centro de las ciudades lo ven como si fuera en otro pa¨ªs. Por ejemplo, los chicos de La Corneuve de Par¨ªs hablan de Panam¨¢ cuando se refieren al centro de Par¨ªs. Les han dado un mensaje de esperanza durante muchos a?os y acaba calando, aunque sea mentira. Tengo pocas oportunidades aqu¨ª, suelen pensar, pero sin embargo llevan ese lugar en el coraz¨®n. Cuando derriban un edificio es como si perdieran algo. Hay un sentimiento de barrio muy grande. Y, al final, el ¨²nico ocio que tienen es estar en la calle¡±.
Tras montar la exposici¨®n La m¨ºme indiff¨¦rence, que permanecer¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 14 de enero, Borja y Diego tienen pensado extender su proyecto a otros 30 destinos posibles, en los que se repiten los modelos de Par¨ªs, Bruselas y Madrid. Para ello, quieren contar con una red de colaboradores que se impliquen sobre el terreno, como han hecho hasta el momento ellos. ?Eso les ha implicado alg¨²n riesgo? ¡°El riesgo depende de tu prudencia. Yo no tuve casos graves, sustos, s¨ª. Pero tambi¨¦n me han intentado robar en la Calle Arenal de Madrid, mientras hac¨ªa fotos. En general todo lo que me ha pasado se ha acabado arreglando. Y cuando alguien me ha tenido que avisar de que no gustaba lo que hac¨ªa, le he hecho caso. As¨ª se evitan problemas¡±.
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