Los riesgos ocultos de la dieta macrobi¨®tica
Popular entre pacientes de c¨¢ncer, se basa en pseudociencia y supone muchos problemas para la salud
Una de las caracter¨ªsticas de las dietas fraudulentas (tambi¨¦n llamadas ¡°dietas milagro¡±) es que o bien aseguran nacer de un reciente descubrimiento cient¨ªfico o bien afirman basarse en planteamientos milenarios. Aunque la dieta macrobi¨®tica pertenece a este ¨²ltimo supuesto, lo cierto es que fue en 1961 cuando su creador, George Ohsawa, dio a conocer este planteamiento. Es decir, esta dieta no es ni reciente ni milenaria.
Sus fundamentos ofenden a cualquier conocimiento cient¨ªfico de la nutrici¨®n o de la biolog¨ªa humana: es un ¡°sofisma nutricional¡±
Pero antes de hablar de la macrobi¨®tica es conveniente empezar mencionando a la dieta mediterr¨¢nea. Porque uno de los dos motivos por los que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en ingl¨¦s) no permite acompa?ar a este patr¨®n diet¨¦tico con declaraciones de salud, como por ejemplo ¡°puede prevenir eventos cardiovasculares¡±, es que no queda claro cu¨¢l es su composici¨®n. En las investigaciones cient¨ªficas disponibles existe una gran variedad de definiciones del concepto dieta mediterr¨¢nea, lo que lleva a la EFSA a declarar lo siguiente: ¡°La dieta mediterr¨¢nea [¡] no est¨¢ suficientemente caracterizada¡±. El segundo motivo por el que la EFSA no tolera que la dieta mediterr¨¢nea se acompa?e de declaraciones de salud es la presencia de vino en su definici¨®n. Tiene toda la l¨®gica si tenemos en cuenta que el consumo de alcohol supone la segunda causa de mortalidad prevenible en Espa?a y que, incluso en bajas dosis, aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de c¨¢ncer.
?Qu¨¦ tiene que ver lo expuesto sobre la dieta mediterr¨¢nea con la macrobi¨®tica? Pues que tampoco tenemos claro cu¨¢l es su composici¨®n y adem¨¢s existen en ella componentes que pueden poner en riesgo la salud, como veremos m¨¢s adelante.
Hay varios casos descritos de fallecimientos por intentar alcanzar el nivel de la dieta en la que solo se come arroz
Es dif¨ªcil concretar en qu¨¦ consiste la dieta macrobi¨®tica. Como hemos visto, ni siquiera la EFSA consigue encontrar una definici¨®n consensuada de la dieta mediterr¨¢nea (hay quien llega considerar que no es m¨¢s que un constructo intelectual), qu¨¦ no suceder¨¢ con la desacreditada ¡°dieta macrobi¨®tica¡±. En 2010 indiqu¨¦, en el libro No m¨¢s dieta, que la falta de rigor cient¨ªfico de esta dieta comienza en sus cimientos, dado que se fundamenta en la divisi¨®n de los alimentos seg¨²n un par¨¢metro invisible: su energ¨ªa interior (yin y yang). George Ohsawa, clasific¨® las dietas macrobi¨®ticas en diez niveles, eliminando en cada nivel un grupo de alimentos. En el nivel superior solo podremos comer arroz integral. Hay varios casos descritos de fallecimientos por intentar alcanzar este nivel. Por eso el Departamento de Alimentos y Nutrici¨®n de la Asociaci¨®n Americana de Medicina conden¨® abiertamente este m¨¦todo en 1971. Afortunadamente, pocas personas siguen a rajatabla las pautas propuestas por esta dieta.
En todo caso, si nos adentramos en la literatura cient¨ªfica encontraremos que Cunningham y Marcason indicaron que podemos destacar las siguientes caracter¨ªsticas de esta dieta:
Una presencia prioritaria de granos integrales.
Una presencia elevada de hortalizas, aunque no tan grande como la de granos integrales.
Existe un porcentaje de un 5% al 10% de sopas.
La presencia de legumbres y algas es tambi¨¦n de un 5% al 10%.
Este ¨²ltimo detalle, la presencia de algas, la convierte en arriesgada, sobre todo en personas con problemas de tiroides o con riesgo de padecerlos, dado el elevad¨ªsimo contenido de yodo en numerosas algas marinas. Sin olvidar que el contenido en ars¨¦nico en muchas algas comestibles es tambi¨¦n considerable.
En su texto, Cunningham y Marcason enumeraron los siguientes riesgos potenciales de seguir una dieta macrobi¨®tica:
Deficiencia de prote¨ªnas, vitamina B12 y calcio.
Riesgo de deshidrataci¨®n.
Los riesgos potenciales son la deficiencia de prote¨ªnas, vitamina B12 y calcio y el riesgo de deshidrataci¨®n
Fuerte carga emocional sobre el individuo y la familia.
En 2008, otra publicaci¨®n a?adi¨® que conviene que toda persona que siga una dieta macrobi¨®tica, aunque se encuentre bien, sea visitada por un profesional sanitario que est¨¦ alerta ante posibles deficiencias nutricionales.
Es de las dietas m¨¢s seguidas por personas que padecen c¨¢ncer aunque no haya demostrado que ayude
Es por todo lo anterior que en el libro M¨¢s vegetales, menos animales, publicado en 2016, Juanjo C¨¢ceres y yo desaconsejamos la dieta macrobi¨®tica, sobre todo en ni?os. Pero no solo por posibles deficiencias nutricionales o por la peligrosidad de la inclusi¨®n de algas en la dieta, sino, tambi¨¦n, porque:
Los promotores de esta dieta suelen desacreditar a la medicina y niegan avances cient¨ªficos que han logrado aumentar nuestra esperanza de vida
Sus fundamentos (la divisi¨®n de los alimentos en yin y yang o la creencia que hay alimentos que ¡°dan fr¨ªo¡± o que ¡°dan calor¡±) son un sinsentido sin ninguna clase de explicaci¨®n racional ni sustento alguno en investigaciones serias, algo que puede generar una confusi¨®n de impredecibles consecuencias.
Los promotores de esta dieta suelen desacreditar a la medicina y niegan avances cient¨ªficos que han logrado aumentar nuestra calidad y esperanza de vida.
Las quim¨¦ricas atribuciones o incumplibles promesas que suelen promover quienes defienden las bondades de esta dieta, adem¨¢s de crear falsas esperanzas, pueden generar culpabilidad en las personas que la siguen o, peor a¨²n, desconfianza en tratamientos m¨¦dicos de eficacia probada, lo que pondr¨¢ en riesgo su salud.
Hoy a?adir¨ªamos dos motivos m¨¢s para desaconsejarla: la posibilidad de contraer una infecci¨®n alimentaria a causa del rechazo a la utilizaci¨®n de conservantes y que seguir esta dieta puede resultar car¨ªsimo, comprometiendo la capacidad adquisitiva del individuo. Pero el peor de los riesgos de seguir la dieta macrobi¨®tica es la muerte a causa de una malnutrici¨®n severa, algo que puede ocurrir si se sigue esta dieta de forma estricta.
Es momento de mencionar que investigaciones publicadas en 2003, 2013 y 2016 han revelado que la dieta macrobi¨®tica es una de las m¨¢s seguidas, por desgracia, por las personas que padecen alguna clase de c¨¢ncer. No hay pruebas que nos hagan pensar que esta propuesta pueda prevenir de forma efectiva el c¨¢ncer, ni tampoco las hay de que permita curarlo o contribuir a su curaci¨®n. Sin embargo, s¨ª tenemos motivos para detallar unos cuantos riesgos a los que se expone cualquier paciente con c¨¢ncer que siga una dieta macrobi¨®tica:
Puede demorar la aplicaci¨®n de un tratamiento m¨¦dico del que puede depender la vida del paciente, como sucedi¨® en el caso de Steve Jobs, fundador de Apple.
Puede deteriorar el estado psicol¨®gico del paciente debido a las limitaciones sociales que tiene seguir este patr¨®n diet¨¦tico, complicad¨ªsimo de combinar con cualquier comida familiar o cualquier evento social.
Las severas deficiencias nutricionales de quien sigue esta dieta de forma estricta pueden empeorar seriamente el pron¨®stico del paciente con c¨¢ncer.
Al formar parte de las llamadas ¡°terapias alternativas¡±, el paciente se expone a un mayor riesgo de mortalidad, tal y como han mostrado diversas investigaciones.
?Qu¨¦ debemos hacer los profesionales sanitarios cuando acude a nuestra consulta un paciente que sigue una dieta macrobi¨®tica? Para responder a esta pregunta, nada mejor que recurrir a la magistral ponencia ¡°La relaci¨®n en la consulta m¨¦dica con el paciente que utiliza terapias alternativas¡±, que imparti¨® el doctor Vicente Baos (@vbaosv) en el Hospital de La Paz de Madrid el 18 de febrero de 2017. Su intervenci¨®n se enmarc¨® en el evento de divulgaci¨®n cient¨ªfica?Terapias peligrosas: parasitando la salud, organizado por ARP Sociedad para el Avance del Pensamiento Cr¨ªtico y Fisioterapia sin Red.
En su ponencia, el doctor Baos deja claro que es imprescindible escuchar con amabilidad, con empat¨ªa, con comprensi¨®n, sin juzgar, sin prepotencia y sin rechazo, siendo en todo momento conscientes de que el paciente no es m¨¢s que una v¨ªctima. Que debemos fomentar la confianza mutua, intentar acercar distancias siempre mostrando inter¨¦s por la salud del paciente para conseguir establecer un canal de comunicaci¨®n y ayuda. Que resulta necesario atender a las razones que argumenta el paciente y comprenderlas para, a continuaci¨®n, aproximar nuestros conocimientos y consejos sin imposici¨®n alguna, teniendo en cuenta que es poco probable, e incluso ilusorio o irreal, que el paciente cambie en unos pocos minutos sus creencias o su escala de valores. Es el paciente quien debe reconsiderar, en funci¨®n de nuestros consejos, si la v¨ªa que ha escogido es la correcta, tras exponerle otras opciones que, eso s¨ª, deben estar bien argumentadas y sustentadas en los mejores conocimientos disponibles hasta la fecha. Y, por supuesto, si existen elementos reales en la terapia que pueden poner en grave peligro la salud del paciente (algo que puede llegar a suceder en el caso de la dieta macrobi¨®tica, como hemos visto), nuestra posici¨®n debe ser muy clara y debemos alertarle sin titubeos de los riesgos existentes.
El doctor Vicente Baos concluy¨® su ponencia alentando a toda la sociedad a que, en leg¨ªtima defensa:
Denuncie, desde todos los ¨¢mbitos posibles, a quienes promueven terapias peligrosas o a quienes se benefician econ¨®micamente de ellas.
Fomente el desprestigio de dichas terapias mostrando p¨²blicamente su irracionalidad.
Luche para que exista una legislaci¨®n que controle su difusi¨®n.
Para finalizar, insistir en que toda persona que escuche hablar de la dieta macrobi¨®tica debe ser consciente de que sus fundamentos ofenden a cualquier conocimiento cient¨ªfico de la nutrici¨®n o de la biolog¨ªa humana. Podemos afirmar que es un ¡°sofisma nutricional¡±, un concepto que podr¨ªamos definir como: planteamiento nutricional falso o capcioso que se pretende hacer pasar por verdadero. Un sofisma que, adem¨¢s, puede poner en riesgo nuestra salud.
Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) es un Dietista-Nutricionista que intenta convencer al mundo de que comer mal no se compensa con una zanahoria. Tambi¨¦n imparte conferencias, ejerce como docente en varias instituciones acad¨¦micas, colabora con diferentes medios de comunicaci¨®n y es autor de numerosas publicaciones cient¨ªficas y divulgativas (www.juliobasulto.com).
NUTRIR CON CIENCIA es una secci¨®n sobre alimentaci¨®n basada en evidencias cient¨ªficas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho m¨¢s que un placer y una necesidad: la dieta y los h¨¢bitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud p¨²blica que m¨¢s puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de c¨¢ncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudar¨¢ a conocer mejor la importancia de la alimentaci¨®n y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
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