Elogio de la moderaci¨®n
La izquierda ha confundido la autonom¨ªa con ceder la hegemon¨ªa al nacionalismo
No corren buenos tiempos para los moderados. Cuando se imponen los extremos, la convivencia se resiente. El moderado no es d¨¦bil ni equidistante en sus convicciones; al contrario, serlo en los momentos de exacerbaci¨®n requiere firmes convicciones. Norberto Bobbio citaba a un izquierdista que criticaba a los comunistas por ¡°contentarse¡± con la democracia despu¨¦s de la liberaci¨®n del fascismo renunciando a la revoluci¨®n. Citaba al tiempo a un neofascista: ¡°Nuestro drama actual se llama moderaci¨®n. Nuestro principal enemigo son los moderados. El moderado es por naturaleza democr¨¢tico¡±.
Otros art¨ªculos del autor
El extremismo siempre est¨¢ acompa?ado de intransigencia, que nunca es santa. Al contrario, anida el odio y tiende a ¡°barrer¡± a los moderados, es decir, a los dem¨®cratas. Las primeras v¨ªctimas de la violencia son el di¨¢logo y la b¨²squeda del pacto porque las partes concluyen que la ¨²nica opci¨®n pasa por vencer al adversario, convertido ya en enemigo al que se debe aniquilar.
Los detractores del ¡°r¨¦gimen del 78¡± desprecian un modelo de convivencia construido democr¨¢ticamente sobre las ascuas de la Guerra Civil. No hubo ruptura, ni continuismo: hubo democracia que no se levant¨® sobre el olvido. El pasado estuvo presente para construir el futuro. Santos Juli¨¢ ha recordado que hubo una explosi¨®n de obras sobre la guerra y la dictadura y prevaleci¨® el deseo de evitar el cainismo.
Las Autonom¨ªas no han desarrollando todas sus potencialidades, paralizadas por el centralismo de los gobiernos de Espa?a y por la tensi¨®n nacionalista
En el 66, Raimon cantaba: ¡°A l¨¢ny 40 jo crec que tots, tots haviem perdut¡±. En el 78, todos ganamos porque nadie venci¨®. La elaboraci¨®n de la Constituci¨®n evit¨® el ¡°exclusivismo de partido¡±. Reflej¨® la correlaci¨®n de fuerzas surgidas en 1977, pero el resultado fue un razonable acuerdo que evit¨® a UCD hacer su Constituci¨®n y la tentaci¨®n bipartidista de hacerla s¨®lo con el PSOE. El resultado fue la ponencia que conocemos.
Aprecio a Jordi Sol¨¦ Tura, el ponente del PCE. Compart¨ªamos el an¨¢lisis: en el T¨ªtulo VIII de la CE se reflejaron todas las contradicciones de la Transici¨®n. Sosten¨ªa que el art¨ªculo 2 ¡ªla indisoluble unidad y el derecho a la autonom¨ªa¡ª sienta las bases, si se hubiera tenido voluntad pol¨ªtica, para la superaci¨®n del aparente antagonismo. En ¨¦l se habla de unidad proclamando la diversidad, diferenciando entre regiones y ¡°nacionalidades¡±. La complejidad del modelo obliga a un esfuerzo permanente, empezando por aceptar que las CC?AA son Estado. Las ambig¨¹edades son consecuencia del equilibrio entre fuerzas opuestas. Sol¨¦ Tura repet¨ªa que durante su elaboraci¨®n nuestra historia pes¨® en las cuestiones de la Monarqu¨ªa y de la organizaci¨®n territorial. El resultado fue un reparto de ¨¦xitos y derrotas. La equilibrada correlaci¨®n de fuerzas entre reformistas y rupturistas facilit¨® las cosas.
Las contradicciones se deben al mantenimiento del modelo centralista. El resultado es ¡°que las CC?AA no aparecen como una forma nueva de organizaci¨®n, sino que se superponen como un nivel m¨¢s a la estructura centralista¡±. Las autonom¨ªas no han desarrollado todas sus potencialidades, paralizadas por el centralismo de los Gobiernos de Espa?a y la tensi¨®n de nacionalistas empujando siempre la l¨ªnea reivindicativa hacia la independencia.
Permitir el derecho de autodeterminaci¨®n abrir¨ªa una brecha que alentar¨ªa esa reivindicaci¨®n. Toda naci¨®n quiere su Estado. La autodeterminaci¨®n dejar¨ªa al Estado de las autonom¨ªas sin soporte. No es coherente defender el modelo de la Constituci¨®n proponiendo su conversi¨®n federal y mantener ese derecho que lo cambia por completo.
La izquierda ha confundido el desarrollo de la autonom¨ªa con la cesi¨®n de la hegemon¨ªa al nacionalismo. Las pol¨ªticas de izquierdas se caracterizan por propugnar la igualdad, entre los territorios y las personas. La trilog¨ªa revolucionaria de 1789 sigue vigente. La solidaridad debe ser el v¨ªnculo fundamental de la naci¨®n, pese a la indefinici¨®n jur¨ªdica del concepto. La cooperaci¨®n propia del federalismo es imprescindible; las CC?AA deben participar en las decisiones que les afectan. Asimismo, la duplicaci¨®n de recursos debe desaparecer.
Tenemos dos opciones: desarrollar todas las potencialidades de las autonom¨ªas hasta su funcionamiento federal u organizar un Estado federal para lo cual hay que reformar la Constituci¨®n. Es evidente que esto ¨²ltimo puede hacerse jur¨ªdicamente, pero ?puede abordarse pol¨ªticamente en la actualidad? En todo caso, el proceso debe realizarse con moderaci¨®n, es decir, siendo radicalmente dem¨®cratas. Y conviene recordar que la democracia es profundamente transformadora.
Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda Fontes es expresidente de Castilla-La Mancha y es diputado por Ciudad Real.
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