Si fu¨¦ramos colores ser¨ªamos iguales
Aceptar la diversidad que viene de fuera es el primer paso para aceptar la diversidad que tenemos dentro
Una de las cosas que m¨¢s nos distingue a unas personas de otras es la ropa. Dos personas exactamente iguales, gemelas, con ropas muy diferentes pueden resultar muy distintas. La ropa da un posici¨®n y proyecta a la persona en el imaginario de los que la ven.
Quita la ropa a dos individuos, uno sin techo y otro de la lista de Forbes y adivina cu¨¢l es cu¨¢l. Es imposible. Lo s¨¦ porque esto lo hizo la brillant¨ªsima Ang¨¦lica Dass para su trabajo HUMANAE en el que ha fotografiado a esos dos hombres y a cientos de personas m¨¢s desnudas. Y por mucho que una se empe?e, es imposible adivinar qui¨¦n es rico o pobre en ese excepcional mural que ha compuesto con los retratos.
Pero adem¨¢s, Ang¨¦lica ha querido hacer apolog¨ªa de la diversidad en su trabajo. Con su trabajo pretende romper con las clasificaci¨®n existentes de las personas. Ha dejado de lado sus diferencias de sexo o edad, y se ha centrado en el color de su piel. Concretamente en el color de la punta de la nariz. La artista explica que la punta de nariz es la parte del cuerpo que m¨¢s cambia, con la temperatura, cuando bebemos, es una parte viva de nuestra piel. As¨ª que la clasificaci¨®n de Ang¨¦lica se basa en el color de la nariz del retrato en el momento de hacer la foto. A ese color, la artista le ha asignado un Pantone?, una clasificaci¨®n alfanum¨¦rica que lo identifica. De modo que cada persona que ha participado se convierte en un pantone.
El resultado es una maravillosa composici¨®n de caras y colores de piel que nos recuerdan que en el fondo lo que nos diferencia es much¨ªsimo menos de lo que nos une.
El proyecto de Ang¨¦lica no es un proyecto reciente. De hecho, lo encontr¨¦ revisando los programas del maravilloso Dani Sese?a en su espacio C¨¢mara abierta que el a?o que viene cumplir¨¢ 10 a?os. Pero es un proyecto activo y que ahora m¨¢s que nunca hay que tener presente. Porque no podemos olvidar que sin nuestra ropa, sin otra identificaci¨®n que el color de nuestra piel, es imposible saber de d¨®nde venimos. Y si no somos tan diferentes por qu¨¦ permitimos que haya gente con derechos y otra sin ellos. Si no somos tan diferentes por qu¨¦ buscamos excusas para serlo, excusas tan tontas como un papel, un pasaporte, una identidad asociada a la arbitrariedad de un nacimiento.
El sentimiento identitario, que distingue en personas de primera clase y de segunda, est¨¢ devorando Europa y no nos estamos queriendo dar cuenta. Y el origen de todo creer que nos tenemos que defender de los que vienen de fuera. Aceptar que la Uni¨®n Europea se gaste millones de euros de evitar que gente de otros pa¨ªses acceda a nuestro territorio. Y ahora ya estamos en un c¨ªrculo vicioso en el que el origen del mal es un objetivo en s¨ª mismo.
Con una izquierda inexistente cada d¨ªa m¨¢s d¨¦bil, encajados en un marco discursivo escorado completamente hacia la derecha m¨¢s sectaria, cada vez nos resulta m¨¢s dif¨ªcil a los que pensamos que todo esto no tiene sentido encontrar un espacio para explicarnos.
Pues en serio les digo, somos muy parecidos todos, da igual donde hayamos nacido. Y existen soluciones para todo lo que est¨¢ pasando, soluciones tan sencillas como invertir el dinero p¨²blico, nuestro dinero, de una forma honrada y ¨¦tica, con inteligencia e informaci¨®n. Aceptar la diversidad que viene de fuera es el primer paso para aceptar la diversidad que tenemos dentro. Que no se nos olvide.
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