Infantilismo, victimismo¡­ nacionalismo

D¨ªas atr¨¢s, entre el caudal de grandes titulares impactantes del proc¨¦s, se public¨® un episodio delicioso: Jordi S¨¢nchez, el l¨ªder de la ANC, solicitaba un traslado de m¨®dulo en la c¨¢rcel porque un preso le hab¨ªa gritado ¡°?Viva Espa?a!¡±. La an¨¦cdota, elevada a categor¨ªa como propon¨ªa d¡¯Ors, es de una potencia muy reveladora. Este Jordi S¨¢nchez es el mismo tipo que se encarg¨® de organizar el aquelarre del 26-A para convertir la manifestaci¨®n contra el terror yihadista en una encerrona b¨¢rbara contra el Rey y Rajoy, cercados por tipos malencarados con pancartas insidiosas; s¨ª, el mismo l¨ªder de masas sin escr¨²pulos de los altercados del 20, siempre dispuestos a practicar o justificar ofensas a los s¨ªmbolos de Espa?a ¨Cdesde quemar banderas a pitar el himno en los estadios¨C como acto sagrado de libertad de expresi¨®n¡­ Y resulta que ese agitador se arrug¨® afligido por un ?Viva Espa?a! Qu¨¦ cosas, no por un grito brutal contra Catalu?a, sino por un modesto Viva Espa?a. Toda una alegor¨ªa del farise¨ªsmo moral nacionalista: pu?o de hierro, mand¨ªbula de cristal.

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Declaraci¨®n de independencia y art¨ªculo 155, ¨²ltimas noticias

El independentismo ha recorrido el proc¨¦s hasta la declaraci¨®n de independencia este viernes embistiendo al Estado a su antojo como si tuvieran una legitimidad ilimitada. Y, eso s¨ª, rasg¨¢ndose las vestiduras a cada respuesta del Estado. Se trata de una expresi¨®n, muy caracter¨ªstica en el nacionalismo, de ¡®la tentaci¨®n de la inocencia¡¯ de Pascal Bruckner, ese infantilismo social consistente en disfrutar de todos los beneficios de la libertad sin sufrir ninguna de sus desventajas. Y por supuesto sin asumir ninguna responsabilidad. Los indepes act¨²an como si desafiar al Estado de derecho debiera ser gratis total, avalados por el tongo del 1-O o ficciones como su anexi¨®n en 1714. Est¨¢n convirtiendo en real la vieja co?a de Francesc Pujol de que llegar¨ªa un tiempo en que los catalanes, por ser catalanes, podr¨ªan ir por el mundo con todo pagado. ¡°Se quiere humillar a Catalu?a¡± claman si se reacciona. Dan un golpe, pero denuncian que sufren ellos el golpe con el 155. "El mundo est¨¢ loco cuando un l¨ªder electo que exige el cumplimiento de una constituci¨®n democr¨¢tica es acusado de dar un golpe de estado, pero eso es lo ocurrido en Catalu?a este mes", editorializaba esta semana WSJ.

Los indepes act¨²an como si desafiar al Estado de derecho debiera ser gratis total

Las mentiras secesionistas son insostenibles ¨Cdesde el derecho a decidir o la permanencia en la UE hasta multiplicar la recaudaci¨®n aunque huyen cientos de empresas¨C pero es f¨¢cil construir el relato de la culpa de Espa?a, incluso aferrase al franquismo y vender ¡°un golpe de Estado del nacionalismo espa?ol¡±. Y percuten las falacias ventajistas: usar el 155 como causa para vulnerar la legalidad, no como consecuencia de vulnerar la legalidad. Pero en definitiva el victimismo es el combustible del nacionalismo, como advert¨ªa Tzvetan Todorov en Los abusos de la memoria. Todo es culpa de los otros. Y as¨ª se legitiman desde el Espanya ens roba a las cargas policiales, bautizadas imp¨²dicamente Bloody Sunday por la se?ora Puigdemont. Esto ha sido de locos. El proc¨¦s, en fin, sin duda va a hacer Historia: ser¨¢ estudiado en universidades de todo el mundo como una delirante excrecencia del viejo nacionalismo en la pr¨®spera Europa democr¨¢tica del siglo XXI, un caso de enajenaci¨®n colectiva.