La fragilidad de la pol¨ªtica
El ejercicio de victimizaci¨®n de Puigdemont y su respuesta a las delirantes ¡°155 monedas de plata¡± del tuitstar Rufi¨¢n quedar¨¢n en la retina
Ocurri¨®, ya lo saben. La ret¨®rica que ha dominado la conversaci¨®n p¨²blica, plagada de acusaciones cruzadas y acentuada por el subterfugio pol¨ªtico de la culpa, alcanz¨® el cl¨ªmax. Han fingido una victoria disfrazados de impecables justicieros, paladines del bien escapando de la ficticia persecuci¨®n de las diab¨®licas fuerzas del mal. Quedar¨¢ en nuestra retina el ejercicio de victimizaci¨®n universal de Puigdemont y su respuesta, tan cat¨®lica, a las delirantes ¡°155 monedas de plata¡± del tuitstar Rufi¨¢n.
Deber¨ªamos saberlo: la dial¨¦ctica del resentimiento sigue la l¨®gica del escarnio y se modula apelando a una catarsis colectiva bajo el paraguas de ese absurdo ¡°mandato heroico¡± tiznado por el voto secreto. Lo l¨®gico hubiera sido escapar de la moral y entrar en el barro de la pol¨ªtica, especialmente quienes tanto la reclamaban. Pero olvidaron la lecci¨®n de Russell: erigirse en oprimidos no les convierte en virtuosos, ni es en absoluto necesario ¡°para la exigencia de igualdad¡±. Conocemos el consolador efecto de fijar un solo foco, origen de todos los agravios, al que se opone una ¨²nica salida indiscutible. Sin grises o tensiones dolorosas, se elude el deber de juzgar pol¨ªticamente las situaciones.
El lenguaje de la culpa es antipol¨ªtico porque impide pensar los conflictos en t¨¦rminos de responsabilidad e invoca una respuesta defensiva. El peligro es que interiorizamos los dilemas pol¨ªticos como injurias personales que emergen como una herida que supura. La culpa nos estanca en el pasado; la responsabilidad proyecta futuros que es necesario articular colectivamente, abandonando la concepci¨®n del individuo marcado por los pecados cometidos.
Avanzar hacia el futuro era la ¨²nica garant¨ªa para cerrar las cicatrices del pasado. Es de ah¨ª de donde surge la solidaridad pol¨ªtica, antes que de la apelaci¨®n a una suerte de hermandad religiosa. Esta presupone una acr¨ªtica alineaci¨®n homog¨¦nea sobre tradiciones heredadas; aquella, compromiso entre los diferentes. Porque la solidaridad nos vincula a proyectos vivos que miran al futuro. Es tan firme como fr¨¢gil, pero sin ella jam¨¢s nos emanciparemos de los grilletes del pasado. No es tarde para hacerlo. @MariamMartinezB
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