Fronteras movedizas
Mientras los nacionalismos y el aislacionismo est¨¢n a flor de piel, las fuerzas que los socavan son cada vez m¨¢s potentes
Si las arenas movedizas son peligrosas, las fronteras movedizas lo son a¨²n m¨¢s. Mientras que las arenas movedizas se tragan gente, las fronteras que se mueven se tragan sociedades enteras. Hace 70 a?os Hitler quiso cambiar las fronteras de Europa, y el imperio japon¨¦s, las de Asia. Esos intentos le costaron la vida al 3% de la humanidad. Al terminar esas guerras millones de sobrevivientes se encontraron dentro de nuevas l¨ªneas divisorias, algunas de las cuales eran asfixiantes e infranqueables. El muro que parti¨® a Berl¨ªn fue la m¨¢s famosa de las fronteras de la postguerra construidas para encarcelar a una naci¨®n.
Despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial vino un periodo en el que muchas colonias se independizaron, cambiando as¨ª los confines de los imperios que aun sobreviv¨ªan. En la segunda mitad del siglo XX, el movimiento de l¨ªneas fronterizas a gran escala disminuy¨®, pero los intentos de redefinirlas no desaparecieron.
En 2014, por ejemplo, Vlad¨ªmir Putin se trag¨® a Crimea, moviendo as¨ª la frontera rusa. Al otro lado del mundo, los chinos han estado creando nuevas fronteras. Lo que hasta hace unos a?os eran peque?os y deshabitados arrecifes en medio del mar del Sur de China, son ahora microislas capaces de albergar bases militares del Gobierno de Pek¨ªn. Drenando sedimentos y arena del fondo del mar y compact¨¢ndolos alrededor de los arrecifes y atolones coralinos, los hicieron crecer hasta el punto en que les fue posible construir puertos y aeropuertos en los nuevos islotes. De esta manera, China ha creado una nueva realidad geogr¨¢fica y con ella nuevas fronteras que le permiten reclamar la soberan¨ªa sobre el ¨¢rea mar¨ªtima adyacente.
Los chinos no son los ¨²nicos ni los primeros en alterar los lindes en la zona creando islas: Vietnam, Malasia, Filipinas y Taiw¨¢n tambi¨¦n lo han hecho, aunque de manera m¨¢s modesta. Todos quieren o bien proteger el territorio sobre el cual ya ejercen su soberan¨ªa o ampliarlo. Otros quieren que su regi¨®n tenga fronteras que la conviertan en un pa¨ªs soberano. Solo en Europa hay 21 regiones con movimientos independentistas que, de tener ¨¦xito, alterar¨ªan el mapa del continente y transformar¨ªan su pol¨ªtica y su econom¨ªa.
Pero en estos tiempos, una tendencia mundial a¨²n m¨¢s fuerte que el independentismo es el fortalecimiento de las fronteras para hacerlas m¨¢s inexpugnables ¡ªno para los ciudadanos que desean salir, sino para los extranjeros que quieren entrar¡ª. Seg¨²n un an¨¢lisis de Reuters, desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn los pa¨ªses europeos han construido 1.200 kil¨®metros de cercas y vallas antinmigrantes, la gran mayor¨ªa desde 2015. Esa distancia equivale al 40% del largo de la frontera de Estados Unidos y M¨¦xico. Uno de los m¨¢s entusiastas constructores de cercas antinmigrantes es Viktor Orb¨¢n, el primer ministro de Hungr¨ªa, quien, adem¨¢s, acaba de enviar una factura de 400 millones de euros a la Uni¨®n Europea para que le reembolsen los gastos en los que ha incurrido para construir sus cercas.
Como sabemos, Donald Trump tambi¨¦n quiere que M¨¦xico pague los 21.000 millones de d¨®lares (18.000 millones de euros) que costar¨¢ el muro que quiere construir en la frontera com¨²n. Tanto la Uni¨®n Europea como el Gobierno de M¨¦xico han declinado la invitaci¨®n a pagar por el enrejado de Orb¨¢n y el muro de Trump.
Una de las iron¨ªas de estos tiempos tan confusos es que mientras los nacionalismos, el proteccionismo y el aislacionismo est¨¢n a flor de piel, las fuerzas que los socavan son cada vez m¨¢s potentes. Los virus cibern¨¦ticos y las pandemias no respetan las fronteras. Los cada vez m¨¢s frecuentes y m¨¢s destructivos huracanes, ciclones y tifones tampoco. Los eventos clim¨¢ticos extremos unen a los pa¨ªses en sus cat¨¢strofes compartidas.
Proteger las econom¨ªas nacionales de los efectos de las crisis financieras que ocurren en otros pa¨ªses es imposible. Impedir la llegada de nuevas tecnolog¨ªas o ideas t¨®xicas que alteran el rumbo econ¨®mico y pol¨ªtico de una naci¨®n es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. ?Qu¨¦ frontera del mundo ha logrado repeler a los contrabandistas de personas, drogas, productos falsificados, armas y mucho m¨¢s? Ninguna.
?Quiere decir todo esto que el Estado naci¨®n est¨¢ en proceso de extinci¨®n y que los nacionalismos no son viables en la pr¨¢ctica? Por supuesto que no. Los Estados, el patriotismo y los nacionalismos est¨¢n aqu¨ª para quedarse. Y las fronteras tambi¨¦n.
Pero tambi¨¦n est¨¢n para quedarse las fronteras movedizas. Y las que, independientemente de las promesas de los pol¨ªticos, en la pr¨¢ctica no logran darle a los ciudadanos la seguridad que ans¨ªan.
Twitter @moisesnaim
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