Siete pasos para hablar a los ni?os sobre la muerte
Lo mejor es abordar el tema de la manera m¨¢s natural para que los peque?os est¨¦n preparados
Seguramente, a la mayor¨ªa de madres y padres nos gustar¨ªa proteger a nuestros hijos del hecho de que todas las vidas llegan a su fin, sobre todo por el dolor y sufrimiento que genera la p¨¦rdida de alguien querido.
Pero incluso los ni?os m¨¢s peque?os est¨¢n expuestos a la muerte y no podemos controlar cu¨¢ndo morir¨¢ alguien cercano a ellos. La conocen bien, porque se la encuentran en el jard¨ªn: en los insectos muertos, en los cuentos o pel¨ªculas que ven, en un abuelo enfermo, en la p¨¦rdida de una mascota o en los personajes de videojuegos.
Sin embargo, pocos adultos plantean el tema a los ni?os antes de que ocurra y cuando se presenta, tendemos a sentirnos inc¨®modos, sentimos que no tenemos recursos para hacerlo y cambiamos de tema lo m¨¢s r¨¢pido posible.
Lo cierto es que deber¨ªamos hablar de la muerte de la manera m¨¢s natural posible cuando surja la ocasi¨®n: cuando veamos un animal muerto en el campo, o cuando muera alguien en una pel¨ªcula o en nuestro entorno.
Hablar de ello sin la presencia de emociones intensas porque hablamos de algo que no nos toca de muy cerca, puede resultar m¨¢s f¨¢cil que hacerlo cuando muere alguien querido.
Para hablar con nuestros hijos sobre la muerte, es recomendable:
- Estar preparado: reflexionar sobre nuestras propias preguntas o creencias sobre la muerte para que, cuando hablemos con nuestro hijo, tengamos claro lo que queremos decir y lo que les queremos transmitir.
- Ser sincero: las mentiras o ciertas met¨¢foras, que a veces utilizamos para que el tema de la muerte sea menos aterrador, pueden causar m¨¢s malestar que alivio. Si no estamos seguros de una respuesta o no estamos preparados para discutir algo, es mejor decir "no lo s¨¦" que mentir. Los ni?os a cierta edad se toman las cosas ¡°al pie de la letra¡±, literalmente, con lo que un ni?o puede creer que alguien que practica parapente est¨¢ muerto (porque est¨¢ en el cielo).
- Ser sensible a la etapa de desarrollo del ni?o/a: dado que a menudo se representa la muerte en la pantalla, los ni?os peque?os pueden tener dificultades para tomarla en serio. Primero, pueden verla como algo de corta duraci¨®n y reversible, como con un personaje de videojuego que vuelve a la vida, pero a medida que van creciendo, comprender¨¢n que la muerte es grave y compleja, aunque les sea dif¨ªcil entender que puede afectar a alguien querido o que es permanente.
- Estar cerca: es mejor partir de la base de lo que cada ni?o sabe o cree acerca de la muerte, sobre todo para ayudarle a comprender. Quiz¨¢s se est¨¦ haciendo una idea equivocada y que sufra por ello. Debemos aprovechar cada ocasi¨®n (en la vida cotidiana) para explorar como entiende la muerte. Hablar de lo que le ocurre a alguien (un personaje de una pel¨ªcula, alg¨²n conocido o alguna noticia en el peri¨®dico o la televisi¨®n) les puede resultar m¨¢s f¨¢cil que hablar de s¨ª mismos.
- Ser claros: Debemos ser simples y breves en nuestras explicaciones. Debido a que la mente de los ni?os piensa en t¨¦rminos concretos, puede ser m¨¢s f¨¢cil hablar de la muerte en t¨¦rminos biol¨®gicos, como un cambio en una funci¨®n. Por ejemplo, decir: " la ara?a est¨¢ muerta, por ello, ya no puede caminar" o "cuando alguien muere, deja de respirar, ver y hablar¡° los eufemismos sobre "descansar" o "marcharse" pueden ser confusos para los ni?os. Es mejor usar t¨¦rminos m¨¢s precisos.
- Esperar: despu¨¦s de hablar con nuestro hijo sobre la muerte, puede parecer que se quede satisfecho porque regresa a sus juegos. Est¨¢ bien dejarle marchar. Probablemente regrese al rato o vuelva a sacar el tema en unos d¨ªas (despu¨¦s de haber ¡°procesado¡± lo que hemos estado hablando) y ese ser¨¢ un buen momento para comprobar lo que ha entendido y preguntarle si tiene m¨¢s preguntas.
- Tranquilizar: cuando se habla de la muerte, es frecuente que los ni?os peque?os pregunten a los padres: "?t¨² tambi¨¦n te morir¨¢s?". Quiz¨¢s sean demasiado peque?os para comprender que la muerte es permanente, pero lo que realmente les asusta es quedarse ¡°solos¡±. Es una buena idea confirmarlo, pregunt¨¢ndoles: "?Te preocupa que no pueda cuidarte?". Si esa es su preocupaci¨®n, podemos tranquilizarles diciendo: "probablemente no muera en mucho, mucho tiempo, as¨ª que estar¨¦ aqu¨ª todo el tiempo que me necesites". Un ni?o mayor podr¨ªa necesitar m¨¢s consuelo y se le puede decir: "si muriera, hay muchas personas que se ocupar¨ªan de ti, como la t¨ªa y el t¨ªo".
Es una triste realidad que la muerte nos alcanzar¨¢ a todos. Por mucho que queramos proteger a nuestros hijos de este dolor, no podemos hacerlo para siempre. Hablar sobre esto ahora, cuando no sufren por ninguna p¨¦rdida significativa, les ayudar¨¢ a prepararse para cuando ocurra.
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