¡®Forajidos¡¯

Los etim¨®logos han establecido que la palabra castellana forajido se form¨® a partir de la catalana antigua foraexit, foraxit, que a su vez ser¨ªa un calco del italiano fuoruscito. Formas, todas ellas, que significan, literalmente, ¡°salido fuera¡± y se aplicaban al que hu¨ªa para escapar de la acci¨®n de la justicia. Mera curiosidad.¡ª Pedro ?lvarez de Miranda. Madrid.

En ocasiones, si un bumer¨¢n se lanza con demasiada fuerza y no impacta en el objetivo, el proyectil golpea al lanzador. Imagino que el depuesto president encuentra fundados temores de persecuci¨®n pol¨ªtica en Espa?a y decide huir. Esto me hace pensar que quiz¨¢ las intenciones de Puigdemont van m¨¢s all¨¢ de reclamar un refer¨¦ndum para Catalu?a. Las intervenciones del expresident indican que est¨¢ poniendo en cuesti¨®n la democracia espa?ola, los valores y principios sobre los que la Espa?a de 2017 est¨¢ s¨®lidamente construida. Cabe pensar que pretende agrietar los pilares que sostienen una de las democracias m¨¢s avanzadas y modernas de Europa; y que, con m¨¢s o menos acierto, prospera pac¨ªficamente. Puigdemont ha lanzado con fuerza su bumer¨¢n, y creo acertar si digo que el arma no impactar¨¢ en el objetivo, que es la democracia espa?ola; sino que retornar¨¢ a ¨¦l con tal fuerza que le dejar¨¢ legal y democr¨¢ticamente aturdido.¡ª Pablo Gavira D¨ªaz. Kiel (Alemania).

De desprop¨®sito en desprop¨®sito las ocurrencias del expresident se encuadran en un surrealismo esperp¨¦ntico, c¨®mico, que deja en un rid¨ªculo espantoso a quienes de buena fe han confiado en ¨¦l. Ridiculiza a Catalu?a y lastima a Espa?a queri¨¦ndola poner a la altura de una naci¨®n en la que no se respeta la democracia. Que espect¨¢culo tan lamentable. ?Qu¨¦ bochornosa su actuaci¨®n! Y en su fuga se equivoc¨® de pa¨ªs: su refugio debe ser Venezuela. Aunque es probable que ni all¨ª lo admitan por cantama?anas.¡ª Enrique Garc¨ªa Quintela. Pontevedra.

Habiendo firmado todos los compromisos internacionales sobre respeto a los derechos humanos, pocos podemos entender c¨®mo en pleno siglo XXI un pa¨ªs como Espa?a somete a un preso a la tortura de compartir celda con el independentista Jordi S¨¤nchez. Menos mal que las autoridades competentes han mostrado magnanimidad atendiendo a la petici¨®n de dicho preso de ser trasladado con urgencia a otra celda. En la pel¨ªcula de Woody Allen Toma el dinero y corre re¨ªamos a carcajadas el castigo que sufr¨ªa el protagonista al tener que compartir celda varias horas con un vendedor de seguros. S¨ª, pero es que era pura ficci¨®n, y esta es la vida real; menos mal que ha habido clemencia.¡ª Carlos Lorenzo. Madrid.