Qu¨¦ cambian unas elecciones
Los partidos independentistas en Catalu?a acaban de darse de bruces con los dilemas electorales que se abren ante una convocatoria electoral inesperada
Las elecciones lo cambian todo. Hace m¨¢s de un siglo provocaron un dilema en los partidos de masas entre el socialismo revolucionario y el camino electoral que abr¨ªan la expansi¨®n de las democracias parlamentarias y el sufragio universal. La competici¨®n electoral impuso un dilema entre el largo plazo de la transformaci¨®n socialista y la consecuci¨®n de logros espec¨ªficos e inmediatos para la clase trabajadora.
Hoy las elecciones siguen imponiendo dilemas similares en los partidos, que se debaten entre el ideal con el que movilizan las identidades colectivas y sus bases, por un lado, y el pragmatismo que impone la b¨²squeda de aliados y la formaci¨®n de mayor¨ªas, por otro.
Los partidos independentistas en Catalu?a acaban de darse de bruces con los dilemas electorales que se abren ante una convocatoria electoral inesperada. Las elecciones del 21 de diciembre rompen con dos l¨®gicas en las que quiz¨¢s dichos partidos planeaban instalarse durante los pr¨®ximos meses. Una es la de la resistencia y el agravio frente a la aplicaci¨®n del 155. No queda tiempo para el conflicto de legitimidad ante la urgencia de decidir si y con qui¨¦n intentar recuperar el poder.
La segunda es la l¨®gica de bloque y el discurso unitario en el que se han diluido las diferencias ideol¨®gicas. Mantenerlo significa reeditar la coalici¨®n independentista, lo cual depende esencialmente de si ERC, favorito para convertirse en el nuevo partido hegem¨®nico del soberanismo, considera un activo o un lastre acudir a las urnas de la mano de PDeCAT. El problema de no reeditar la coalici¨®n es que la confrontaci¨®n electoral acabe debilit¨¢ndolos. Si se pretende dar continuidad al proc¨¦s (y a sabiendas de que seguramente nadie pueda formar Gobierno en solitario), es posible que opten por reeditar la coalici¨®n para ahorrarse ese desgaste.
Estas elecciones no resolver¨¢n la crisis. Pero, al menos, trasladar¨¢n su foco desde el enfrentamiento Madrid-Catalu?a, predominante en los ¨²ltimos meses, hacia el desacuerdo esencial en el que se origina todo: la profunda divisi¨®n en la sociedad catalana sobre cu¨¢les son sus aspiraciones dentro y fuera del Estado.
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