La sedici¨®n ser¨¢ televisada

Durante los ¨²ltimos meses, los integrantes del Gobierno de la Generalitat han estado cometiendo delitos. Han trabajado para construir estructuras de Estado paralelas. Han vulnerado abierta y vocalmente resoluciones judiciales. Han impulsado leyes, decretos y acuerdos que han sido rechazados como ilegales por los propios letrados de la administraci¨®n y del Parlamento. Han votado a favor, y prometido implementar, una ley que declara expl¨ªcitamente que la Constituci¨®n no es aplicable en el territorio catal¨¢n. Han gastado cantidades ingentes de dinero p¨²blico, movilizando una extensa red de ¡°embajadores¡±, agencias gubernamentales y expertos para llevar todo esto a cabo.

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Todo lo han hecho en televisi¨®n, delante de las c¨¢maras, explicando qu¨¦ estaban tramando a cada paso. Han concedido un mont¨®n de entrevistas diciendo que quer¨ªan desafiar al Estado, que la Constituci¨®n era una cosa superada y que estaban felices y orgullos de vulnerar una legalidad que ellos consideraban superada. Se han filmado en poses heroicas en el Parlament, d¨¢ndose ba?os de masas.

El jueves, ocho integrantes de este Gobierno acudieron a un tribunal, se negaron a responder a preguntas del fiscal, y fueron enviados a la c¨¢rcel de forma preventiva. Se les acusaba de cometer esos mismos delitos que hab¨ªan explicado durante los ¨²ltimos meses que estaban cometiendo delante de las c¨¢maras.

Como de costumbre, el debate inmediatamente despu¨¦s ha degenerado en lamentos sobre presos pol¨ªticos y la politizaci¨®n de la fiscal¨ªa y la justicia. Se ha vuelto a hablar de franquismo, represi¨®n larga y feroz, y sobre c¨®mo se encarcela a gente por sus ideas.

Por mucho que la prisi¨®n preventiva sea en este caso discutible, la cosa es mucho m¨¢s sencilla: los integrantes del Gobierno de la Generalitat han dicho en voz alta una y otra vez que quieren quebrantar el orden constitucional, desgajar una regi¨®n del pa¨ªs con una mayor¨ªa parlamentaria exigua, y hacer que la mitad de catalanes sean extranjeros en su propia casa. Eso no s¨®lo es ilegal, sino que vulnera por completo los derechos fundamentales de millones de ciudadanos espa?oles. En cualquier democracia occidental hacer esto te llevar¨ªa a un juzgado, y ciertamente a la c¨¢rcel.

La secesi¨®n es una causa perfectamente leg¨ªtima. No hay constituci¨®n perfecta, ni pa¨ªs perfecto; uno puede defender reformas, y puede querer largarse. Nadie en Espa?a ha ido a la c¨¢rcel por defender estas ideas. Lo que no es leg¨ªtimo, ni legal, ni aceptable en un estado de derecho es que pol¨ªticos se salten incontables leyes para llevar a cabo esa secesi¨®n, lo digan y alardeen de ello en televisi¨®n, y esperen no pagar las consecuencias por ello.

Los encarcelamientos ser¨¢n m¨¢s o menos convenientes para solucionar el conflicto (no lo son), pero no estamos hablando de presos pol¨ªticos.