En datos: as¨ª seremos en 2050
Habr¨¢ m¨¢s de 9.800 millones de personas en el planeta, India ser¨¢ el pa¨ªs m¨¢s poblado y la gran amenaza para la salud ser¨¢n las superbacterias
Los seres humanos tenemos una capacidad prodigiosa para reproducirnos. Durante los a?os noventa del siglo pasado, cada mujer ten¨ªa de media tres hijos, uno m¨¢s de los necesarios para sustituir a los padres en la siguiente generaci¨®n. De hecho, la poblaci¨®n humana nunca ha dejado de crecer, siglo tras siglo. Hist¨®ricamente, este crecimiento ha sido modesto. Las familias eran grandes pero mor¨ªan muchos. Sin embargo, a ra¨ªz de la revoluci¨®n industrial las cifras se dispararon. Pasamos de unos 1.000 millones de personas, en el a?o 1800, por los 2.500 millones de 1950, a 7.600 millones de personas en 2017.
?C¨®mo crecer¨¢ la poblaci¨®n mundial?
Las familias cada vez son m¨¢s peque?as, pero actualmente, Europa y Norteam¨¦rica son los ¨²nicos continentes donde las mujeres tienen de media menos de dos beb¨¦s a lo largo de su vida, y en todo el mundo la poblaci¨®n sigue en aumento. La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) estima que, por suerte, la velocidad de crecimiento de la poblaci¨®n ya no est¨¢ sujeta a la aceleraci¨®n insostenible y sin precedentes del pasado siglo, pero la humanidad seguir¨¢ creciendo en 83 millones de personas cada a?o. En 2050, la Tierra tendr¨¢ 9.800 millones de habitantes.
Como ahora, casi un quinto de la poblaci¨®n futura se concentrar¨¢ en un solo pa¨ªs, pero esta vez no ser¨¢ China: India va a ser la naci¨®n m¨¢s poblada, al reunir el 17% de las personas en 2050. Este dato est¨¢ ligado a la brusca reducci¨®n de la mortalidad que se observar¨¢, sobre todo, en los pa¨ªses menos desarrollados. Son precisamente pa¨ªses pobres ¨Ccomo India, Nigeria, la Rep¨²blica del Congo y Pakist¨¢n¨C los que lideran las tasas de crecimiento de poblaci¨®n a nivel mundial, y el motivo puede ser que mantienen familias numerosas pero cada vez gozan de una mayor esperanza de vida.
?Cu¨¢ntos a?os viviremos?
Los datos de la ONU corroboran que la distancia entre la esperanza de vida de los pa¨ªses m¨¢s ricos y de los m¨¢s pobres se estrecha. Esta homogeneizaci¨®n se debe a la ca¨ªda dram¨¢tica de la mortalidad infantil y de la mortalidad por VIH, adem¨¢s de mejoras en el tratamiento y prevenci¨®n de enfermedades infecciosas. A¨²n as¨ª, la brecha no desaparecer¨¢ en 2050: la esperanza de vida al nacer actualmente es de unos 72 a?os, y llegar¨¢ a los 77 a?os de media mundiales para entonces. Pero si se consideran solo los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, la cifra ser¨¢ bastante mayor, cerca de los 85 a?os.
Estas tendencias, junto con la disminuci¨®n global de los nacimientos, apuntan a un futuro seguro: la humanidad ser¨¢ cada vez m¨¢s vieja. Concretamente, la media de edad de todo el mundo ¨Cque ahora ronda los 30 a?os¨C ascender¨¢ hasta los 36. En Espa?a, por ejemplo, que ser¨¢ uno de los pa¨ªses con mayor esperanza de vida, ser¨¢ 52 a?os (hoy es 44 y hace solo medio siglo era 30 a?os). El envejecimiento de la poblaci¨®n supone un reto tremendo para toda la sociedad: al duplicarse el n¨²mero de personas jubiladas, aumentar¨¢ la presi¨®n sobre los sistemas sanitarios y sobre los programas de pensiones y de ayudas para personas dependientes.
La migraci¨®n internacional podr¨ªa mitigar los efectos adversos del envejecimiento de la poblaci¨®n, al viajar j¨®venes trabajadores de pa¨ªses m¨¢s pobres a los pa¨ªses desarrollados, donde se concentra una gran proporci¨®n de personas mayores. Sin embargo, no se prev¨¦ ni mucho menos que esto vaya a solucionar el problema, dados los niveles relativamente bajos de inmigraci¨®n a estos pa¨ªses y las tensiones internacionales que ya causan. Adem¨¢s, los expertos advierten sobre un tipo de migraci¨®n forzosa que podr¨ªa agravar los problemas de convivencia: es el caso de los llamados refugiados ambientales, v¨ªctimas de fen¨®menos clim¨¢ticos repentinos o muy r¨¢pidos ¨Ccomo sequ¨ªas o subidas del nivel del mar¨C que se quedan sin hogar. Resulta dif¨ªcil predecir los efectos del cambio clim¨¢tico sobre las poblaciones humanas, ya que ni siquiera se conocen las cifras actuales de refugiados ambientales. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que sus n¨²meros crecen, y que, para muchos de ellos, la marcha del hogar no incluye viaje de vuelta.
?Habremos erradicado las enfermedades modernas?
En el terreno de la salud p¨²blica hay buenas noticias y las hay malas. Por una parte, algunas enfermedades devastadoras, como el sida, son cada d¨ªa una amenaza menor, gracias a los avances en el tratamiento y la prevenci¨®n. Sin embargo, algunas enfermedades infecciosas que ahora tenemos bajo control podr¨ªan volverse realmente peligrosas, dada la explosi¨®n en la resistencia a los antibi¨®ticos. Adem¨¢s, conforme crece la esperanza de vida y la poblaci¨®n envejece, aumentar¨¢ la incidencia de condiciones peligrosas ligadas a la edad, como la enfermedad cardiovascular (la principal causa de muerte actual) o el alzh¨¦imer. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) advierte de que se triplicar¨¢n los casos de demencia para 2050, y pide con urgencia mayor esfuerzo de investigaci¨®n y ayudas para los pacientes y sus cuidadores.
Seguiremos viviendo con sida y con c¨¢ncer en 2050, pero mucha menos gente morir¨¢ de estas enfermedades
El sida, la enfermedad causada por el VIH, ya no est¨¢ entre las 10 causas principales de mortalidad, aunque todav¨ªa se cobra cerca de un mill¨®n de vidas al a?o, y Onusida estima que unas 36,7 millones de personas viven con el virus. No hay cura, pero un estudio del Centro de Excelencia en VIH/sida de British Columbia, en Canad¨¢, predijo hace una d¨¦cada que ya est¨¢ en nuestro poder detener la transmisi¨®n de la epidemia, simplemente tratando con antirretrov¨ªricos a todas las personas infectadas. El ¨²nico problema es el inmenso coste de esta intervenci¨®n.
Un caso parecido es el del c¨¢ncer, que todav¨ªa supone un problema grav¨ªsimo de salud p¨²blica. Hace dos a?os, cient¨ªficos de University College, en Londres, publicaron un informe en el que aseguraban que se pueden eliminar las muertes por c¨¢ncer en la poblaci¨®n menor de 80 a?os para el a?o 2050. Esta predicci¨®n es optimista, y depende de que se logren avances en el tratamiento y prevenci¨®n del c¨¢ncer ¨Clo cual requiere grandes inversiones¨C pero no es imposible, dado que la mortalidad por c¨¢ncer ha disminuido en un punto porcentual cada a?o desde 1990. Solo el c¨¢ncer de pulm¨®n es la cuarta causa de mortalidad mundial, y su incidencia disminuye r¨¢pidamente gracias a que cada vez fuma menos gente. Por desgracia, factores de riesgo para otros tipos de c¨¢ncer, como la obesidad, est¨¢n en aumento, sobre todo en pa¨ªses de ?frica, Oriente Medio y Asia.
Las superbacterias podr¨ªan causar 10 millones de muertes al a?o en 2050, si no se toman medidas
Al margen de estas predicciones, hay un problema reciente y creciente que, junto con el cambio clim¨¢tico, lidera las discusiones internacionales de salud p¨²blica: las superbacterias. No es una exageraci¨®n decir que las infecciones resistentes a los antibi¨®ticos superar¨¢n en muertes ¨Cy, probablemente, en costes¨C a las dem¨¢s epidemias que conocemos. Las bacterias que sobreviven a nuestro abuso de los antibi¨®ticos generan cepas nuevas capaces de resistir los f¨¢rmacos tradicionales. Simples infecciones que hace unos a?os se podr¨ªan haber tratado hoy en d¨ªa causan unas 700.000 muertes anuales. Los expertos barajan proyecciones que llegan a las 10 millones de muertes en 2050, si no se hace nada para remediar esta crisis.
En todo esto se debe recordar que cualquier pron¨®stico es, por naturaleza, tentativo. No cabe duda de que la humanidad se enfrentar¨¢ a nuevos retos en los pr¨®ximos a?os, pero tampoco de que hay motivos para el optimismo. Vivimos una ¨¦poca emocionante para la ciencia: la edici¨®n gen¨¦tica de precisi¨®n pronto ayudar¨¢ a curar enfermedades y a crear cultivos capaces de alimentar a la poblaci¨®n creciente; cada a?o hay nuevas y mejores propuestas para satisfacer la demanda global de energ¨ªa, a¨²n reduciendo las emisiones atmosf¨¦ricas; y los avances en rob¨®tica e inteligencia artificial prometen mejorar la calidad de vida en casi todas sus dimensiones.
En la elaboraci¨®n de esta informaci¨®n han colaborado Jos¨¦ Manuel Abad, David Alameda y Javier Gal¨¢n.
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