Karen Armstrong: ¡°Los yihadistas no son particularmente religiosos¡±

DE DIOS A TWITTER. De la m¨²sica al yihadismo. Karen Armstrong convierte una conversaci¨®n en una monta?a rusa de conceptos donde aparece recurrentemente la palabra ¡°compasi¨®n¡± como b¨¢lsamo a muchos de los problemas que acucian a esta sociedad que, en su opini¨®n, no es lo que cree ser. Desde la organizaci¨®n Charter for Compassion, lucha por transformar un mundo agobiado por pensar demasiado en s¨ª mismo y muy poco en los dem¨¢s.

Menuda y en¨¦rgica, Armstrong habla durante este encuentro en Oviedo, con motivo de su reciente Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, de las similitudes entre las religiones. Y manifiesta estupefacci¨®n ante ciertas modas actuales que se presentan como liberadoras. Apasionada del fen¨®meno religioso, ha explicado en profundidad desde las p¨¢ginas de Los or¨ªgenes del fundamentalismo (Tusquets) por qu¨¦ se produce la radicalizaci¨®n religiosa y ha reclamado en su ensayo En defensa de Dios (Paid¨®s) la importancia que para el ser humano tiene creer en su trascendencia.

Usted dice que vivimos en una sociedad ¡°esencialmente conversadora¡± pero ¡°altamente dogm¨¢tica¡±. Sin embargo, si salimos a la calle a preguntar casi nadie se reconocer¨¢ como dogm¨¢tico e incluso muchos presumir¨¢n de ser tolerantes. Realmente no me gusta la palabra tolerante. Si echamos un vistazo a su origen, tiene una ra¨ªz latina que significa ¡°soportar algo¡±. Es el lenguaje del vencedor que dice que tolerar¨¢ a la minor¨ªa. Tenemos que ir m¨¢s all¨¢ de eso, porque vivimos en un mundo global cada vez m¨¢s interdependiente. Si la Bolsa cae en un lugar determinado, los mercados bajar¨¢n alrededor del mundo ese mismo d¨ªa. Estamos conectados electr¨®nicamente. Lo que sucede en Siria hoy puede tener repercusiones aqu¨ª ma?ana, y lo hemos visto. No podemos vivir m¨¢s los unos sin los otros, y aun as¨ª vemos gente que se recluye en guetos nacionalistas. Y, aunque todo el mundo sabe que tiene que ser tolerante, esto sucede. Creo que los medios tambi¨¦n tienen su parte de responsabilidad.

Pedro ?lvarez

?En qu¨¦ sentido? Le pongo un ejemplo. Yo escribo sobre el islam. Desde el 11-S se han realizado investigaciones que deber¨ªan ser relevantes para el p¨²blico en general, pero de las que la gente nunca ha o¨ªdo hablar. Despu¨¦s del 11-S, un psiquiatra forense que no es precisamente un liberal, sino un antiguo agente de la CIA, fue enviado a Guant¨¢namo a entrevistar a los reclusos encerrados all¨ª y se encontr¨® con que solo el 20% de los presos ten¨ªa una educaci¨®n musulmana. El resto eran o conversos ¡ªalgunos autodidactas¡ª o no eran practicantes hasta que se convirtieron al radicalismo. No responden, por tanto, a la imagen que tenemos de los fundamentalistas. ?Pero si incluso dos j¨®venes que dejaron Reino Unido para luchar con el ISIS en Siria hab¨ªan encargado en Amazon un libro llamado Islam para tontos, lo que muestra su absoluta ignorancia! Tras los atentados del 11-S, Gallup hizo la mayor encuesta que nunca ha realizado: en 35 pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana y durante cinco a?os. Preguntaron a los encuestados si justificaban los atentados del 11-S. El 93% dijo que no y las razones fueron totalmente religiosas, citando el Cor¨¢n. Lo interesante es que para el 7% que lo justificaba, las razones no eran religiosas, sino pol¨ªticas. Este tipo de cosas deber¨ªan aparecer en portadas de medios como The New York Times para que el p¨²blico tuviera una idea m¨¢s completa del problema al que nos enfrentamos. Es muy f¨¢cil decir que esto es cosa de la religi¨®n, pero el terrorismo, sea cual sea su motivaci¨®n, es siempre pol¨ªtico.

¡°Solo el 20% de los presos de Guant¨¢namo ten¨ªa educaci¨®n musulmana. El resto eran o conversos o no religiosos hasta que se radicalizaron¡±.

El mundo laico identifica dogmatismo con religi¨®n. En muchos ambientes, declarar que se profesa una religi¨®n es colgarse un cartel con la palabra dogm¨¢tico escrita en ¨¦l. Sigamos con el ejemplo del islam. El dogmatismo que se vive en ¨¦l es una cosa relativamente reciente. Hasta el siglo XIX, el sufismo era la tendencia dominante, y un suf¨ª le dir¨¢ que ¨¦l no es ni musulm¨¢n, ni cristiano ni jud¨ªo. Que se siente en casa en una mezquita, en una iglesia y en una sinagoga. Desafortunadamente, eso ha cambiado por Arabia Saud¨ª, que goza de un gran apoyo de Occidente gracias al petr¨®leo y que ha exportado una forma muy peculiar del islam que se remonta solo al siglo XIX. Varias generaciones de j¨®venes musulmanes han crecido con esta versi¨®n tan limitada de su religi¨®n.

Usted asegura que durante el siglo pasado el fanatismo ha ganado terreno en las tres grandes religiones, pero la percepci¨®n en las sociedades occidentales no es esa. No hay un terrorismo cristiano matando gente. Ya, pero s¨ª hay un terrorismo budista matando gente en Sri Lanka y, perdone que le diga, estoy sentada en un hotel que se llama Reconquista, recordando que aqu¨ª se luch¨® en el nombre de Dios. Aunque suene complicado, los yihadistas no son particularmente religiosos. Si lo fueran no har¨ªan esas cosas, insisto. Y los medios son responsables por no resaltar con la suficiente determinaci¨®n ideas que van contra esta imagen. Desde que hemos comenzado a convertirnos en un mundo global, en el siglo XX, ha ganado terreno la idea de lo diferentes que son las religiones: juda¨ªsmo, cristianismo e islam. Y hay gente que se ha refugiado en peque?os grupos que denominamos fundamentalistas. Esto comenz¨® en EE UU y posteriormente lleg¨® a Oriente Pr¨®ximo a partir de la guerra de los Seis D¨ªas. La derrota ¨¢rabe en esa contienda se vivi¨® como un drama, y todo eso llev¨® a un sentimiento de profundo miedo a la aniquilaci¨®n del que se aprovechan estos grupos.

Karen Armstrong, reci¨¦n galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, en su casa de Londres.Pedro ?lvarez

Desde la Revoluci¨®n Francesa resulta complicado el encaje de la religi¨®n en la sociedad moderna. Usted subraya que es un factor que ayuda a tener las cosas tranquilas, pero la realidad parece que va en direcci¨®n contraria. Actualmente escribo un libro sobre la importancia de la escritura en las religiones y, para mi sorpresa, he encontrado que todas pueden ayudarnos a lidiar con nuestro presente. Por ejemplo, la religi¨®n hind¨² trata del medio ambiente¡­ y tenemos un hurac¨¢n en direcci¨®n a Irlanda. Las religiones monote¨ªstas han insistido siempre en la igualdad y la justicia. Es el mensaje del Cor¨¢n, del Evangelio y de los profetas de Israel, pero no hemos encontrado todav¨ªa una motivaci¨®n racional para promover la universalizaci¨®n de los derechos humanos. Y son las religiones, y no los Estados, las que hoy est¨¢n hablando por los pobres. Ah¨ª est¨¢ el Papa ¡ªjam¨¢s me imagin¨¦ diciendo esto¡ª, por ejemplo. Realmente me gusta lo que est¨¢ haciendo. Est¨¢ metiendo el dedo en la llaga, y no escucho a muchos otros hacer lo mismo. La separaci¨®n Iglesia-Estado siempre es buena, pero la religi¨®n puede servir de contrapeso.

Hagamos un silogismo. Las religiones, seg¨²n su obra, son algo esencialmente pr¨¢ctico. La tecnolog¨ªa tambi¨¦n es pr¨¢ctica. ?Es la nueva religi¨®n? Da un poco de miedo. Tomemos como ejemplo Twitter. La idea de que puedes expresar pensamientos sustanciosos en 140 caracteres, o los que sean, es peligrosa, porque est¨¢ reduciendo la complejidad. Por no mencionar todo el odio que aparece, y que la gente puede desplegar sin estar cara a cara con sus interlocutores. Se supone que es algo que sirve para unir, pero, a la vez, est¨¢ haciendo aflorar algunos de nuestros peores defectos. A pesar de eso, es curioso c¨®mo la gente prefiere hablar de esta manera en vez de hacerlo a la cara. Es hasta dram¨¢tico ver c¨®mo un grupo sentado alrededor de una mesa en vez de charlar se dedica a concentrarse individualmente en sus tel¨¦fonos. Es extra?o, porque es como salirse del propio cuerpo. Los neur¨®logos dicen que aprendemos a trav¨¦s de ¨¦l; por esa raz¨®n los rituales son importantes. No es una casualidad que un musulm¨¢n se postre mirando a La Meca o que en la Edad Media el canto fuera tan importante. Este aprendizaje con el cuerpo se est¨¢ perdiendo, especialmente desde la Ilustraci¨®n, y la tecnolog¨ªa es el ¨²ltimo paso en esa direcci¨®n.

?Le preocupa que una gran parte de las nuevas generaciones sean incapaces de procesar ideas complejas? Podr¨ªa suceder. La tecnolog¨ªa est¨¢ cambiando el lenguaje y la manera de hablar y escribir. Mucha gente es incapaz de escribir. Pero, siendo sinceros, tampoco hemos escrito durante tanto tiempo; apenas unos pocos pod¨ªan hacerlo hasta el siglo XIX. Y tengo que decir que, aparte del Papa, tampoco veo a la gente en el campo de la religi¨®n utilizar la complejidad. El islam, por culpa de la influencia saud¨ª, est¨¢ sufriendo el crecimiento del dogmatismo y de la simplicidad mal entendida. Y no son los ¨²nicos. Representantes de la Iglesia de Inglaterra se reunieron una vez para debatir el tema de los curas gais. Pudimos verlo, porque la BBC lo retransmiti¨®, y se hablaban unos a otros con tanto odio¡­

?Hay remedio para eso? Recordar la regla de oro: nunca trates a los dem¨¢s como no quieres que te traten a ti. A no ser que aprendamos a aplicar esto de una manera global, con todos, nos gusten o no, el mundo simplemente no ser¨¢ un lugar donde se pueda vivir. Es muy interesante ver c¨®mo mucha de la gente que ofrece ayuda no son los l¨ªderes religiosos, sino hombres de negocios, lo cual tiene su lado bueno porque saben c¨®mo hacer las cosas de una manera pr¨¢ctica. Algunos han descubierto que la avaricia y el ego¨ªsmo son malos para el negocio en s¨ª mismo. Deber¨ªamos estar hablando de c¨®mo hacer que la gente piense en los dem¨¢s. Buda, Cristo o Mahoma no vivieron en sociedades pac¨ªficas, sino sumidas en la inestabilidad, y los tres insistieron en que no se puede aplicar la compasi¨®n solo a los tuyos.

¡°El aprendizaje con el cuerpo se est¨¢ perdiendo, especialmente desde la Ilustraci¨®n, y la tecnolog¨ªa se posiciona como el ¨²ltimo paso en esa direcci¨®n¡±.

Sin embargo, en estos tiempos, ?c¨®mo se convence a alguien de que ser compasivo no es ser d¨¦bil? Es un asunto peliagudo. Parte del problema no va de ser fuerte o d¨¦bil, sino de que estamos convirtiendo la religi¨®n en una especie de viaje sobre uno mismo. Hay mucho yoga que termina pareciendo un juego del cubo de Rubik, algo que va de que t¨² seas m¨¢s feliz. Lo del mindfulness, por ejemplo, es una locura. Todo se basa en estar en contacto contigo mismo, con tus sentimientos, ?cuando resulta que el punto central del mindfulness budista consiste precisamente en lo contrario, en renunciar completamente a ti! Hay gente que te dice: ¡°Vale, pero yo empiezo a ser compasivo conmigo mismo¡±. Eso es quedarse muy corto en el camino. Hay que ir hasta el final y comprender y amar a los enemigos entendiendo lo que esto significa realmente. No se trata de algo sentimental, sino de una cosa de car¨¢cter m¨¢s pr¨¢ctico. No es quererse, sino ayudarse y mirar por los intereses del otro. Si el Imperio Brit¨¢nico se hubiera comportado seg¨²n esa regla de oro, no tendr¨ªamos tantos problemas hoy en Oriente Pr¨®ximo.

?El lema de la diplomacia deber¨ªa ser algo as¨ª como ¡°no hagas lo que no quieras que te hagan¡±? S¨ª. Tras el atentado de Charlie Hebdo en Par¨ªs estuve en Jordania en un encuentro con la familia real, pol¨ªticos y diplom¨¢ticos. Hab¨ªa una persona que hab¨ªa trabajado en el Tratado de Paz con Israel y en un determinado momento dijo: ¡°Occidente ha perdido su humanidad¡±, y eso me dej¨® conmocionada. Lo dec¨ªa por la cantidad de personas que mueren ¡ªincluso hoy¡ª en pa¨ªses como Irak, Siria, Afganist¨¢n o Pakist¨¢n por ataques de drones occidentales y que nunca son mencionados. Estamos dando la impresi¨®n al mundo de que unas vidas valen m¨¢s que otras. Deber¨ªamos hermanar ciudades, pero no como cuando se hace en Europa con un bonito pueblo alem¨¢n, sino con lugares como Karachi; con gente a la que se le puede decir: ¡°Dime qu¨¦ estamos haciendo mal¡±.

Y en medio de este panorama usted reivindica la m¨²sica. Claro. La m¨²sica es significado sin palabras. Nos toca profundamente. Es un arte f¨ªsico, no un viaje mental. Durante mucho tiempo los instrumentos han sido fabricados con tripas y tendones, algo muy f¨ªsico, pero a la vez es misteriosa porque nos llega sin palabras y nos ayuda a trascendernos a nosotros mismos. Ahora que me he hecho mayor, lo que llena mi coraz¨®n son los cantos gregorianos que aprend¨ª siendo monja. Lo que hacen los monjes griegos es incre¨ªble: el canto hace brotar el sentido. Limitarse a leer las escrituras religiosas no logra eso. Por eso Haendel y Bach entran al rescate de las ceremonias protestantes, para darles esta dimensi¨®n. El silencio tambi¨¦n es important¨ªsimo. Por ejemplo, ese momento que se produce al final de un concierto, cuando la orquesta ha terminado de tocar pero todav¨ªa nadie ha empezado a aplaudir. Es un momento muy intenso.

¡°Lo del ¡®mindfulness¡¯ es una locura. Todo se basa en estar en contacto contigo mismo, cuando el ¡®mindfulness¡¯ budista supone lo contrario: renunciar a ti¡±.

Si esa m¨²sica es tan importante, ?lo que escuchamos todo el d¨ªa en todas partes es una perversi¨®n de la m¨²sica? No lo s¨¦. Yo era una gran fan de Bob Dylan. Es inconformista y tiene unas letras maravillosas. Cuando dej¨¦ de ser monja, fue la primera voz moderna que escuch¨¦. Lo de ahora, sin embargo, no lo entiendo. Dum-dum-dum. La m¨²sica debe llevar tu atenci¨®n hacia algo, no solo rememorar una especie de tambor tribal. Es algo que deber¨ªa empujarte fuera de ti. Como dec¨ªa Buda, despu¨¦s de lograr la iluminaci¨®n debes volver a ponerte en el lugar de un mono y practicar la compasi¨®n con todos los seres humanos. Ninguna de estas grandes personas se qued¨® en lo alto de una colina practicando mindfulness y esas cosas. Buda mand¨® a sus monjes entre la gente. Jes¨²s no se qued¨® sentado a la mesa; es m¨¢s, se le consideraba un creador de problemas. Confucio se fue a hablar con un emperador sobre c¨®mo cambiar China y Mahoma regres¨® a La Meca para enfrentarse al caos que hab¨ªa all¨ª en ese momento.

La religi¨®n, entonces, ?no es algo sobre el cielo sino sobre el mercado? Hay que ir al mercado y llevar algo. Mahoma dec¨ªa que no puedes ser creyente si puedes dormir tranquilo sabiendo que alguien pasa hambre. Y nosotros hoy sabemos del hambre y la devastaci¨®n a gran escala porque todas las noches lo vemos en una pantalla. Esto deber¨ªa hacernos estar profundamente inc¨®modos porque nos muestra lo incre¨ªblemente privilegiada que es nuestra vida. Como pr¨¢ctica espiritual deber¨ªamos tomar una de esas terribles im¨¢genes que vemos y recordarla unas tres veces al d¨ªa. Pensar en ese ni?o enfermo y hambriento desde primera hora de la ma?ana. Podemos creer que no se puede hacer nada, pero no debemos caer en la autoindulgencia de decir: ¡°Soy muy sensible a esto, pero no puedo¡±. La incomodidad es lo que nos har¨¢ salir de nuestro caparaz¨®n.

Pero ahora podemos calmar nuestras conciencias con unos likes o unas fotos compartidas en Facebook. Pero no es suficiente. Es un poco perverso tener un instante de compasi¨®n y luego pasar a otra cosa. Sentirse inc¨®modo con la realidad es bueno, de lo contrario algo raro est¨¢ pasando. ?Usted deber¨ªa sentirse inc¨®modo!