Vivir un divorcio en plena crisis de los 40, un paso m¨¢s complejo para las mujeres
El paso de familia tradicional a monoparental implica una ruptura de los patrones establecidos, por lo que puede ser complicado para muchas
La crisis de la mediana edad nos contrapone la cruda realidad a las fantas¨ªas que, a?os antes y siendo m¨¢s j¨®venes, imagin¨¢bamos que se concretar¨ªan cuando alcanz¨¢ramos esta etapa de nuestra vida. Pongamos el ejemplo de Isabel, que nos cuenta en la sesi¨®n de coaching que supon¨ªa que a los 40 a?os tendr¨ªa una vida resuelta, una familia configurada y un trabajo estable. La verdad de su d¨ªa a d¨ªa es que habiendo cumplido 43 est¨¢ divorciada, no tiene hijos y profesionalmente se siente estancada
Esta situaci¨®n describe aproximadamente en qu¨¦ consiste la crisis de los 40, en el certificado con sello de autenticidad del hecho cierto de que nuestros anhelos quedaron truncados en alg¨²n vericueto del camino de la vida y se hace necesario gestionar este cambio de d¨¦cada para poder pasar a una siguiente etapa.
Lo importante en cada ciclo vital es seguir creciendo, cada una de estas fases es como una estaci¨®n en la que hay que bajarse y tomar un nuevo tren (con su correspondiente crisis evolutiva). Algunos se apean y no contin¨²an en el viaje progresivo de la vida, pero tambi¨¦n entonces se produce una perturbaci¨®n motivada por el constante inconformismo.
Las herramientas de gesti¨®n emocional que pueden proporcionar las sesiones de coaching son muy ¨²tiles para transitar por los distintos ciclos de una manera amena y exitosa, incidiendo en los procedimientos para dotar de confianza a la persona de forma que pueda pasar sin perturbaciones a la siguiente etapa, incluso en el caso de que esta venga acompa?ada de procesos dolorosos como una separaci¨®n, la p¨¦rdida del trabajo o de un ser querido.
Charo es directora de Recursos Humanos en una empresa de cuya plantilla forma parte desde que se gradu¨® en Ciencias Empresariales. Nos cuenta que era una persona satisfecha personal y profesionalmente, tiene dos hijos de 12 y 10 a?os que no le han ocasionado nunca problema alguno, acaba de cumplir unos espl¨¦ndidos 40 a?os celebrados entusi¨¢sticamente en compa?¨ªa de unas muy buenas amigas que le prepararon una gran fiesta conmemorativa. ¡°Hab¨ªa escuchado a mis amigas hablar de la muy manida crisis de los cuarenta", explica, "en la que no cre¨ªa en absoluto, de esa sensaci¨®n de punto de inflexi¨®n sin retorno en el que se tiene la percepci¨®n de que la vida debe sufrir un gran cambio para seguir sintiendo el est¨ªmulo de la superaci¨®n y de las ganas de pelear"."A diferencia de ellas, no hab¨ªa sentido esa necesidad de renovaci¨®n absoluta o de hacer cosas ignotas y arriesgadas para seguir sinti¨¦ndome feliz", a?ade.
Su vida era normal, previsible y c¨®moda hasta que le sobrevino de sopet¨®n, a los pocos meses de su cumplea?os, el desamor y el divorcio. Su exmarido, padre responsable y muy protagonista en el d¨ªa a d¨ªa de sus hijos, cambi¨® por completo y se desentendi¨® bastante de su atenci¨®n cotidiana, por lo que tuvo que tomar solo las riendas de la familia, dedic¨¢ndole buena parte de sus horas laborales y la casi totalidad de sus horas personales. La inevitable consecuencia fue que cayera en una espiral de sensaciones de angustia, desaz¨®n y ausencia de proyecto vital propio que no acab¨® de asumir ni de asimilar. Se pregunt¨®: ?c¨®mo se pasa de ser una familia tradicional a ser una familia monoparental?
La situaci¨®n se vuelve m¨¢s compleja en el caso de las mujeres, puesto que provienen casi siempre de patrones tradicionales de familia y no existe una pauta de actuaci¨®n para abordar el nuevo modelo monoparental que deben asumir forzosamente. Soraya nos detalla la angustia que le produjeron las primeras vacaciones, sola con sus hijos, cuando en su derredor hab¨ªa ¨²nicamente familias t¨ªpicamente tradicionales. Son momentos de arduos ajustes emocionales para los que no existe un manual de gesti¨®n al que atenerse, lo que obliga a la mujer a ir encontrando paulatinamente su br¨²jula personal.
La inevitable consecuencia fue que cayera en una espiral de sensaciones de angustia, desaz¨®n y ausencia de proyecto vital propio que no acabo de asumir ni de asimilar
C¨®mo hacer nuestro cambio de etapa vital m¨¢s ameno
En muchas ocasiones, por temor o desconocimiento, cuando resulta evidente que debemos cambiar de etapa vital, tratamos de aferrarnos a ella, de seguir anclados en lo que reconocemos como una zona de seguridad y confianza, nos producimos un denominado autoboicot evolutivo.
- Confianza: sabemos que la vida es una concatenaci¨®n de decisiones, no algo que nos ocurre aleatoriamente. La confianza en el resultado de esas decisiones es la fe que uno deposita en uno mismo, es acci¨®n, movimiento, proactividad. Confianza es convicci¨®n y certeza de que todo aquello que uno se proponga lo va a alcanzar.
- Calidad de vida: Esta no depender¨¢ de las capacidades individuales sino de la manera en que cada sujeto las utilice. No consiste solo en una buena alimentaci¨®n o en tener satisfechas las necesidades b¨¢sicas, sino que depende de la salud de nuestro sistema emocional y de nuestros pensamientos. Todos debemos enfrentarnos a fracasos o a decisiones equivocadas, pero si eres excesivamente r¨ªgido con tus pensamientos, tender¨¢s a machacarte en vez de realizar un aprendizaje constructivo. Recuerda que muchos de los obst¨¢culos y l¨ªmites que encontramos est¨¢n en nuestros pensamientos y eso configura una realidad que nos puede generar un nivel alto de estancamiento personal
Grupos de apoyo para los cambios de rumbos
Una modalidad de trabajo muy en auge en estos momentos es la que consiste en participar en unos denominados grupos de apoyo, que permiten socializar, aprender a gestionar el tiempo y el espacio individual y, en definitiva, a crear nuevas perspectivas en la vida, reto muy importante para, esencialmente, personas que han estado casadas durante much¨ªsimos a?os.
En estas personas, reci¨¦n divorciadas tras largos a?os de matrimonio, confluyen y colisionan de un lado la sensaci¨®n agradable de libertad y, de otro, el sentimiento de soledad
En estas personas, reci¨¦n divorciadas tras largos a?os de matrimonio, confluyen y colisionan de un lado la sensaci¨®n agradable de libertad y, de otro, el sentimiento de soledad y vulnerabilidad, por lo que deben realizar el ejercicio insoslayable de compatibilizar ambos sentimientos para alcanzar su equilibrio emocional.
?Qu¨¦ aporta un grupo en un cambio de rumbo?
En los grupos que se desarrollan en nuestro centro, a trav¨¦s de din¨¢micas de juegos y de distintas t¨¦cnicas de desarrollo, se toma conciencia de que, imperceptiblemente, todos mantenemos un di¨¢logo interior con nosotros mismos que puede provocar estr¨¦s, depresi¨®n u otros trastornos emocionales si no se gestiona adecuadamente.
La experiencia positiva de compartir ese proceso y ese di¨¢logo interior posibilita que la persona pueda modificarlo a su favor y contribuir de manera m¨¢s eficiente a su restablecimiento y a su valoraci¨®n personal. De esta forma, un proceso doloroso como es el divorcio se convierte en una experiencia de aprendizaje compartido.
*Ver¨®nica Rodr¨ªguez Orellana es directora de COACHING CLUB. Especialista en Terapia de la Gestalt y experta en Cooperaci¨®n Internacional.?
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