¡®Espa?a a las ocho¡¯, 50 a?os de radio
Con toda certeza, Tarradellas, Taranc¨®n y Tierno sintonizaron con el informativo decano de la radio espa?ola el 24 de febrero de 1981 para comprobar que el golpe de Estado de Milans y Tejero agonizaba en el hemiciclo del Congreso de los Diputados
Hoy lunes 6 de noviembre cumple 50 a?os de vida Espa?a a las ocho, el informativo decano de la radio espa?ola. Victoriano Fern¨¢ndez As¨ªs y Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez Gait¨¢n fueron los encargados de poner en marcha un informativo que en sus inicios (en plena dictadura) sorprendi¨® a los oyentes con el "m¨²ltiplex" de corresponsales extranjeros en directo, convertido de la noche a la ma?ana en una de las grandes referencias de la radio informativa.
Para entender el impacto de aquel Espa?a a las ocho hay que situar su arranque en un tiempo en el que el sonido de las noticias en la radio se identificaba con voces muy cuidadas que le¨ªan con solemnidad "el parte", previamente supervisado por la censura, y que se escuchaba en todos los transistores, puesto que la ley impon¨ªa la conexi¨®n obligatoria a Radio Nacional de Espa?a del resto de emisoras de radio.
Aquella cadencia sonora tan impoluta se transfigur¨® un 6 de noviembre de 1967 en otra cosa radicalmente distinta. Aparecieron las primeras conexiones con las emisoras provinciales y se pudieron escuchar las voces de periodistas como Paco Ojeda, Agust¨ªn Farr¨¦, Rafael Chico, Eduardo Sotillos, Cirilo Rodr¨ªguez, ?ngel Rosell¨®, Jos¨¦ Luis Balb¨ªn o Rafael Campos de Espa?a.
Con toda certeza, Tarradellas, Taranc¨®n y Tierno sintonizaron Espa?a a las ocho el 24 de febrero de 1981 para comprobar que el golpe de Estado de Milans y Tejero agonizaba en el hemiciclo del Congreso
El punto de inflexi¨®n de Espa?a a las ocho, que acaba con aquella configuraci¨®n tradicional del relato de las noticias del d¨ªa, se produjo en octubre de 1974 cuando asume su direcci¨®n, con apenas 24 a?os, Lalo Azcona, un jovenc¨ªsimo periodista asturiano que modifica absolutamente el estilo de presentaci¨®n y el ritmo narrativo del informativo. Las noticias, que siguen siendo entonces un monopolio de RNE y que siguen sometidas a la censura previa, cobran otra dimensi¨®n y es muy notable el aumento progresivo de sus techos informativos.
En julio de 1979 Espa?a a las ocho pasa a ser responsabilidad de Manuel Antonio Rico. Las emisoras comerciales llevan dos a?os haci¨¦ndole la competencia informativa a Radio Nacional de Espa?a, tras la aprobaci¨®n en octubre de 1977 del Real Decreto sobre libertad de informaci¨®n general por las emisoras de radiodifusi¨®n. Y sin embargo, con Rico, Espa?a a las ocho no solo consolida su liderazgo sino que lo refuerza hasta convertirse en la referencia informativa imprescindible al comienzo del d¨ªa.
Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, en una de sus mejores novelas protagonizadas por el detective Carvalho (Asesinato en el Comit¨¦ Central, 1981), escribe: "Le despert¨® la voluntad de despertarse. Conect¨® la radio en plena sinton¨ªa de Espa?a a las ocho..." Del golpe de tel¨¦fono de aquel Espa?a a las ocho de Manuel Antonio Rico quedan en el recuerdo impresiones como las del entonces President de la recuperada Generalitat Josep Tarradellas, que bien podr¨ªan servir para cualquiera de estos d¨ªas que ahora vivimos: "en estos momentos de inquietud en los que el sectarismo est¨¢ cada vez m¨¢s presente en nuestra vida pol¨ªtica, vuestra voz por las ma?anas en nuestros hogares representa un oasis que nos sirve de meditaci¨®n"; tambi¨¦n las palabras del cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n: "ya s¨¦ que es imposible la objetividad completa pero la profesionalidad (de los que hacen Espa?a a las ocho) es una gran ayuda (...) porque la informaci¨®n siempre orienta la opini¨®n" o, en fin, las del alcalde de Madrid Enrique Tierno Galv¨¢n: "es el programa que escucho todas las ma?anas y me permite informarme con eficacia de lo que ha ocurrido el d¨ªa anterior".
Con toda certeza, Tarradellas, Taranc¨®n y Tierno sintonizaron Espa?a a las ocho el 24 de febrero de 1981 para comprobar que el golpe de Estado de Milans y Tejero agonizaba en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Fue aquella, la del 23 al 24 de febrero, una madrugada dif¨ªcil de olvidar en la que los periodistas que entonces form¨¢bamos parte de aquel equipo de redacci¨®n, amparados por la serenidad, la entereza y el aplomo de Fernando Castedo y de Eduardo Sotillos, alcanzamos a narrar al mediod¨ªa el fin de la pesadilla golpista.
Juan Jos¨¦ Campo, Luis de Benito, Ernesto Saenz de Buruaga, Merc¨¦ Remol¨ª, Javier Gonz¨¢lez Ferrari, Julio C¨¦sar Iglesias, Pedro Meyer, Alfredo Urdaci, Ra¨²l Heitzmannn, Fernando Mart¨ªn, Juan Pablo Colmenarejo, Antonio Casado o Juli¨¢n Salgado han sido otros tantos responsables del informativo decano de la radiodifusi¨®n espa?ola hasta que en septiembre de 2007 alguien tuvo la ocurrencia de prescindir de una hist¨®rica se?a de identidad que tanto prestigio hab¨ªa acumulado para Radio Nacional de Espa?a. Espa?a a las ocho desapareci¨® para dar paso a informativos innombrables por m¨¢s que en toda la redacci¨®n, de puertas adentro, se siguiera trabajando para "las Espa?as", como coloquialmente las conocemos en la Casa, herederas, a las seis y a las siete de la ma?ana, del esp¨ªritu de independencia informativa que enarbolaron entre otros muchos Mag¨ªn Revillo o Jos¨¦ Manuel Mart¨ªn Medem.
En la huella de la memoria que conservo, a pesar de la tendencia a idealizar con nostalgia los tiempos pasados, ante el empuje que ha experimentado el caudal de informaci¨®n algunos echamos en falta una manera de trabajar en la que el adjetivo no le gane la batalla al sustantivo; en la que lo importante sea la historia que se cuenta y no quien la cuenta...
Sin evidencias sobre lo que ha de ocurrir el d¨ªa de ma?ana, la soluci¨®n no parece ser aferrarse al discurso que en medio de esta crisis enfatiza una parte de la profesi¨®n, que pasa m¨¢s tiempo proclamando el imperativo de la necesaria supervivencia de los periodistas, y por extensi¨®n del mismo periodismo, como garant¨ªa imprescindible para el mantenimiento de la democracia. Sacralizar algo tan subjetivo como la independencia y la objetividad, ¨²ltima tabla de salvaci¨®n ¡ªdicen¡ª ha varado a muchos compa?eros en el absurdo sentimiento de ser propietarios de lo que en realidad pertenece a la sociedad en su conjunto. No ha cambiado la demanda de informaci¨®n, lo que ha cambiado es el modelo y a¨²n no hemos descubierto la direcci¨®n por la que hay que conducir la tan necesaria como pendiente evoluci¨®n de esta hermosa profesi¨®n que amenaza con morir de ¨¦xito.
Entretanto, desde 2013, en Radio Nacional de Espa?a vuelve a sonar el indicativo de Espa?a a las ocho, sonido de radio informativa bien diferenciada de la opini¨®n y que ahora defiende Alfredo Men¨¦ndez. Ma?ana, qui¨¦n sabe lo que ocurrir¨¢. De momento, mientras otros opinan, en Espa?a a las ocho, en Radio Nacional de Espa?a, nosotros contamos noticias.
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