Cuando Disney hablaba de la menstruaci¨®n a las ni?as de los 40
?Qu¨¦ inter¨¦s ten¨ªa un se?or como Walt Disney en formar a los j¨®venes sobre un tema tab¨² en esa ¨¦poca?
A lo largo de su historia, los estrenos de la factor¨ªa Disney han resultado un reflejo de su tiempo. El discurso adulto escondido tras sus primeras aventuras animadas siempre se ha relacionado con una moral conservadora. Por ejemplo, el papel arcaico dedicado a la mujer en cintas como Blancanieves (1938) o Cenicienta (1950) ha evolucionado, a pasos m¨¢s bien cortos, en d¨¦cadas posteriores -Pocahontas (1995) o Frozen (2013)-. Por eso, muchos se sorprenden al descubrir que la productora fue pionera en educaci¨®n menstrual en los a?os 40. Un cortometraje casi olvidado por el p¨²blico, The Story of Menstruation -La historia de la menstruaci¨®n- (1946), sirvi¨® durante d¨¦cadas como material educativo en los institutos estadounidenses.
La micropel¨ªcula de 10 minutos cuenta con el trazo y los poderosos arreglos musicales tan caracter¨ªsticos del sello Disney. Pero esta vez no hay rastro de hadas madrinas como la de Pinocho (1940) para contar las verdades del barquero. La compa?¨ªa contrat¨® entonces a ginec¨®logos para que asesoraran a sus guionistas y se aseguraran de que el relato contaba con total precisi¨®n cient¨ªfica.
Jack Kinney, uno de los directores que hab¨ªa firmado Dumbo (1941), rod¨® este corto que desde el a?o 2015 forma parte del cat¨¢logo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
La voz maternal de Gloria Blondell, actriz de Broadway y encargada de doblar a Daisy en muchos cortos Disney, desvela al espectador el misterio de la menstruaci¨®n. Cuenta que, cuando una mujer alcanza la franja de edad entre los 11 y los 17 a?os, la gl¨¢ndula pituitaria comienza a regir los ovarios y explica el proceso biol¨®gico que se inicia a partir de ese momento. Aconseja a las j¨®venes llevar la cuenta con un calendario de los d¨ªas que pasan entre periodos. Tambi¨¦n puntualiza que, una buena postura corporal y una alimentaci¨®n sana pueden afectar de forma positiva al ciclo menstrual.
?Qu¨¦ inter¨¦s ten¨ªa un se?or como Walt Disney en formar a los j¨®venes del pa¨ªs en un tema pr¨¢cticamente tab¨² en aquella ¨¦poca (y probablemente en esta)? Como casi todo lo relacionado con la todopoderosa productora, los motivos eran b¨¢sicamente monetarios.
Si ponemos el cortometraje en contexto, recordamos que la econom¨ªa estadounidense segu¨ªa enfrent¨¢ndose en esa d¨¦cada a los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Adem¨¢s, los malos datos en taquilla de proyectos tan ambiciosos como Fantas¨ªa (1941) hicieron que la productora comenzara a rodar cortometrajes por encargo para sanear sus cuentas.
Disney creaba contenidos para la administraci¨®n p¨²blica y para empresas privadas, que buscaban aprovechar el saber hacer narrativo de la productora y su poderosa conexi¨®n con el p¨²blico.
En el caso de esta pel¨ªcula, la financiaci¨®n corr¨ªa a cargo de una empresa omnipresente en ese mercado, International Cellucotton Products Company. En la actualidad, es la multinacional responsable de marcas como Kleenex y Scottex bajo el nombre Kimberly-Clark.
No fue el ¨²nico cortometraje publicitario con la firma de Disney, aunque muchos sean casi desconocidos. Rod¨® para Kleenex C¨®mo pillar un catarro y tambi¨¦n puso al Pato Donald a hablar de la prevenci¨®n de accidentes dom¨¦sticos y laborales. Pero su cortometraje sobre la menstruaci¨®n fue el que m¨¢s trascendi¨®, porque cubr¨ªa una tem¨¢tica poco explorada hasta el momento.?
La proyecci¨®n de la cinta en institutos estadounidenses sol¨ªa ir acompa?ada de un panfleto titulado Very Personally Yours, de dise?o exquisito y editado por la misma multinacional, aunque con un alto contenido publicitario.
Aunque esta acci¨®n conjunta de pel¨ªcula y libreto ofrec¨ªa informaci¨®n cient¨ªfica y derribaba alg¨²n mito, como el de la imposibilidad de ducharse con la regla, su aproximaci¨®n al papel femenino en la sociedad no era tan avanzada. Adem¨¢s de encadenar a la mujer a su tocador, el panfleto desaconsejaba el uso del tamp¨®n a mujeres que no estuvieran casadas. Como dec¨ªamos, no deja de ser un relato Disney que es fruto de su tiempo.
La menstruaci¨®n en la cultura pop
Las escuelas y la compa?¨ªas vendedoras de productos de higiene femenina eran las ¨²nicas interesadas en hablar de la menstruaci¨®n en los a?os 40. Incluso hablar de embarazos era un tema tab¨². La estrella de la televisi¨®n Lucille Ball fue la primera que logr¨® que una serie incluyera una trama acerca de una mujer embarazada, palabra que resultaba demasiado grosera para la ¨¦poca. Fue en la comedia I love Lucy y el cap¨ªtulo se titulaba Lucy est¨¢ encinta (1953). El tema de la regla no lleg¨® hasta muchos a?os despu¨¦s.
El libro El periodo en la cultura pop, de Lauren Rosewarne, destaca uno de los primeros momentos en los que el periodo aparece en una pel¨ªcula comercial. La escena resulta impactante cuando se mira con los ojos del siglo XXI.
Ocurri¨® en Rebeli¨®n de las aulas (1967), un cl¨¢sico que abri¨® las puertas a un g¨¦nero luego consagrado con t¨ªtulos como El club de los poetas muertos (1989) o Mentes peligrosas (1995).
En la cinta, que acaba de cumplir 50 a?os, Sidney Poitier interpreta a un ingeniero negro en paro. Su situaci¨®n le obliga a aceptar un trabajo como profesor en un conflictivo instituto de las afueras de Londres. Y los alumnos no se lo ponen f¨¢cil.
La menstruaci¨®n aparece en el momento de la pel¨ªcula que marca un punto de inflexi¨®n para el protagonista. Un grupo de estudiantes masculinos le lanza un globo de agua desde la ventana. Pero lo que desata la ira del profesor es encontrarse un tamp¨®n ardiendo en una papelera de la clase. Desaloja a los chicos y dedica un impactante discurso a las chicas.
"Hay ciertas cosas que una mujer decente mantiene en privado. Solo una sucia ramera ha podido hacer algo as¨ª. Y aquellas que lo han apoyado son iguales. (...) Ahora voy a irme durante cinco minutos. Mientras tanto, ser¨¢ mejor que desaparezca ese objeto asqueroso".
La escena se puede ver a trav¨¦s de este enlace.