M¨¦dico rural en Camer¨²n por amor
Santiago Ahumada es el ¨²nico doctor en Obout, donde vive con su familia
Cuando Santiago Ahumada termin¨® sus estudios de Medicina decidi¨® hacer un voluntariado de un a?o en un pa¨ªs africano. La casualidad le llev¨® a ponerse en contacto con la hermana Cristina Antol¨ªn, que en aquel entonces dirig¨ªa el Hospital de San Martin de Porres de Yaund¨¦. Fue as¨ª como en 2011 desembarc¨® en el barrio de Mvog Betsi de la capital camerunesa. Tras su experiencia como voluntario, lo normal hubiera sido buscar trabajo en Espa?a, donde estudi¨®. Pero no fue as¨ª. Algo le hab¨ªa sucedido durante aquella experiencia. Recorri¨® Europa durante dos a?os en busca de s¨ª mismo y al final supo que no pod¨ªa posponer m¨¢s la decisi¨®n: se hab¨ªa enamorado y ten¨ªa que volver a Camer¨²n, ¡°para seguir mi historia de medicina y de vida personal¡±, comenta en la min¨²scula sala de consultas del centro de salud de Obout, una peque?a aldea rural en la regi¨®n centro del pa¨ªs.
A su regreso a Camer¨²n, la congregaci¨®n de la hermana Antol¨ªn, de Santo Domingo, le ofreci¨® trabajar como m¨¦dico en el peque?o dispensario que tienen en ese pueblo. ?l acept¨® encantado y hasta all¨ª se traslad¨® con la mujer camerunesa que le hizo volver, Jacqueline Ateba, ahora ya su esposa, que trabaja como maestra en la escuela primaria de la poblaci¨®n. Tres a?os despu¨¦s de aquella decisi¨®n, la pareja tiene dos hijas y vive de una forma muy sencilla, totalmente mimetizada con el resto de sus vecinos. A tal punto que ni coche, ni frigor¨ªfico, ni televisi¨®n se ve en su casa. Y hasta fabrican su propio vino de banana.
Se hab¨ªa enamorado y ten¨ªa que volver a Camer¨²n
Ahumada comienza su jornada muy temprano, cuando se dirige a trabajar a las tierras en las que ha plantado la huerta que proporciona a la familia la mayor¨ªa de sus alimentos. M¨¢s tarde se encamina hacia al centro de salud donde llega sobre las 9.00. Primero visita a los pacientes internados en las habitaciones que se han costruido a tal fin: algunos ni?os con malaria, una persona con problemas respiratorios... Terminada la ronda entra en su consulta y empieza a recibir enfermos hasta que pr¨¢cticamente anochece, cuando regresa a su casa y puede dedicar alg¨²n tiempo a jugar con sus hijas.
En los ¨²ltimos a?os, gracias al apoyo de Fundaci¨®n Recover. Hospitales para ?frica, el peque?o dispensario de Obout se ha transformado en un centro de salud, lo que implica la presencia de un facultativo 24 horas al d¨ªa. Al ser Ahumada el ¨²nico de la zona, puede ser llamado en cualquier momento de la noche por una emergencia. ¡°Aunque aqu¨ª hay trabajo para dos doctores por ahora estoy solo. Gracias a que el equipo que me acompa?a es muy bueno y hacen muy bien su trabajo, podemos con todo por el momento¡±, comenta.
La entrada de Recover en el proyecto supone la renovaci¨®n y ampliaci¨®n de las facilidades con la construcci¨®n de un nuevo quir¨®fano, farmacia y otras dependencias. Todo esto significa mucho m¨¢s trabajo para ¨¦l. ¡°A veces hay alg¨²n m¨¦dico en los pueblos vecinos, pero fijo en la zona solo estoy yo, por eso tanta gente acude a nuestro centro¡±, comenta el doctor, estudi¨® medicina en M¨¢laga y concluy¨® sus estudios con una beca Erasmus en Francia.
Los pacientes llegan desde lejos entre otras cosas por el buen recibimiento que encuentran. ¡°La gente aprecia mucho la acogida, el trato que recibe, algo que no se da en los hospitales del estado¡±, explica Ahumada. Tambi¨¦n ayuda la carencia de corrupci¨®n: ¡°Aqu¨ª no se pide dinero m¨¢s all¨¢ del estipulado por la consulta o las medicinas, algo que no sucede en otras partes¡±. Igualmente influye la pericia del doctor y del resto del personal, adem¨¢s de que cada vez cuenten con mejores medios t¨¦cnicos: desde un laboratorio que les permite realizar casi todo tipo de pruebas hasta las ecograf¨ªas, por ejemplo. Aunque, eso no significa que tengan todo lo deseable, ¡°as¨ª que a veces hacemos una medicina un poco a ciegas o basada en la intuici¨®n¡±, concluye Ahumada.
Para ¨¦l no fue f¨¢cil la adaptaci¨®n al medio rural camerun¨¦s y al ejercicio de la Medicina: ¡°No coincid¨ªa mucho con la forma de pensar que nos ense?an en la universidad o la manera en que se practica la Medicina en Espa?a¡±. Por todo ello, casi tuvo que empezar de cero. Reconoce que aprendi¨® mucho de la hermana Antol¨ªn, que una vez al mes se acercaba a Obout para realizar operaciones quir¨²rgicas en la peque?a sala del centro habilitada como quir¨®fano. ¡°Yo he aprendido mucho de ella, sobre todo a manejar muchas situaciones que las que en Espa?a hubiese enviado al paciente a un especialista o le hubiese hecho muchas pruebas", detalla Ahumada.
"Aqu¨ª como no existe esa posibilidad, si hay que abrir o pinchar lo haces para ver qu¨¦ es lo que te encuentras. En funci¨®n de eso act¨²o un poco con los conocimientos que ya he adquirido y con el aprendizaje continuo y consciente de mis limitaciones", reconoce. Y matiza que se hace eso "porque no hay otra forma", porque no se le puede dar al paciente una mejor opci¨®n. "A veces se evita decirle que vaya al hospital central de Yaund¨¦, donde podr¨ªan hacerle m¨¢s pruebas, porque le van a dar mil vueltas y le van a pedir un dinero que no tiene", se?ala.
Act¨²o un poco con los conocimientos que ya he adquirido y con el aprendizaje continuo y consciente de mis limitaciones
Pero no reniega de la educaci¨®n recibida en la universidad, al contrario, afirma que se complementa muy bien con la experiencia del terreno. ¡°Es buena la formaci¨®n que he tenido, pero cuando llegas a la pr¨¢ctica y te encuentras con que mucho de lo que has aprendido no puedes aplicarlo, te la rebuscas y empiezas a hacer la medicina que es viable, porque otra medicina no se concibe aqu¨ª¡±.
Desde hace poco tambi¨¦n ha comenzado a prestar servicios de dentista que ejerce alargando sus jornadas de trabajo. Aprendi¨® a sacar dientes tras ser formado por un equipo de odont¨®logos voluntarios que pas¨® algunas semanas en Obout el pasado verano y don¨® instrumentos b¨¢sicos que le donaron, al terminar su jornada de trabajo se acerca a la sala donde han colocado un sill¨®n de dentista, algo desvencijado, y atiende a las personas con problemas dentales. ¡°No hay ning¨²n dentista en los alrededores y est¨¢ gente est¨¢ con dolor, no me queda otra opci¨®n que ayudarles¡±, comenta mientras espera que la anestesia haga efecto a uno de sus pacientes.
Este diciembre, por primera vez desde que regreso a Camer¨²n, Ahumada y su familia tienen? vacaciones y pueden visitar Espa?a y Argentina, pero luego, tras las fiestas, regresar¨¢n a su lugar de trabajo para continuar con la rutina de su vida. ?l no piensa mucho en el futuro. Tiene claro que la vida son siempre etapas. "Por ahora mi etapa es aqu¨ª. Estoy muy bien aqu¨ª y mi familia tambi¨¦n¡±. Pero no descarta hacer alguna experiencia de varios a?os en Espa?a, tambi¨¦n porque los abuelos de all¨ª echan de menos a sus nietas. "Es bueno que ellas conozcan a su familia¡±, considera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.