D¨ªa del maestro: ¡°Los ni?os con dislexia no fracasan, lo hace el sistema con ellos¡±

Samuel, el hijo de Araceli Salas, portavoz de la Federaci¨®n Espa?ola de Dislexia y otras DEA, (FEDIS) tiene hoy 25 a?os y una titulaci¨®n en direcci¨®n cinematogr¨¢fica. Alcanzar este logro no ha sido nada f¨¢cil para ¨¦l. Como tampoco lo es para el 10% de la poblaci¨®n espa?ola que, seg¨²n estimaciones, padece dislexia, un trastorno del aprendizaje que altera la capacidad de leer y de escribir de quienes lo sufren. No en vano, se estima que 4 de cada 6 fracasos escolares en Espa?a, el 66%, est¨¢ relacionado de forma directa o indirecta con la dislexia y otras Dificultades Espec¨ªficas del Aprendizaje (DEA). Una problem¨¢tica a recordar este 27 de noviembre, D¨ªa del Maestro, figura que necesita m¨¢s recursos para atender c¨®mo es debido a esta poblaci¨®n que tambi¨¦n forma parte de la comunidad educativa.

¡°A mi hijo siempre le he dicho que no es ¨¦l el que fracasa, sino que es el sistema el que fracasa con ¨¦l¡±, afirma Araceli. Por eso, su historia personal de superaci¨®n pone nombre, rostro y piel a la campa?a promovida por FEDIS en change.org para exigir ¡°m¨¢s atenci¨®n a la Dislexia y otras DEA en la pr¨®xima Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n¡±. Quieren alcanzar las 300.000 firmas para hac¨¦rselas llegar al Ministerio de Educaci¨®n Cultura y Deporte. Ya suman casi 215.000. Entre las reivindicaciones de su iniciativa, solicitan a la administraci¨®n m¨¢s medidas para el diagn¨®stico temprano, una pol¨ªtica educativa inclusiva y no discriminatoria, y adaptaciones metodol¨®gicas que permitan a los ni?os con dislexia seguir con sus estudios y no ser carne de ca?¨®n del fracaso escolar.

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La importancia del diagn¨®stico precoz

El diagn¨®stico de Samuel lleg¨® con nueve a?os. Para entonces ¨¦l y su familia ya hab¨ªan transitado un largo camino por el desierto para encontrar respuestas a su dificultad para recordar los d¨ªas de la semana, los meses del a?o y leer o comprender lo que le¨ªa. ¡°Cuando empez¨® en primaria empez¨® a llevar un retraso con respecto a sus compa?eros. Y claro, como son ni?os listos se cuestionan las cosas¡±.

Hoy el diagn¨®stico ha avanzado bastante. Se puede diagnosticar a los ni?os a partir de los 7 a?os. Incluso hay casos que empiezan a detectarse antes, al dar los menores s¨ªntomas de dislexia. Casos en los que es importante empezar a actuar aunque no se tenga un diagn¨®stico confirmado. Sin embargo, por experiencia propia y por su labor como asesora, Araceli sabe que las familias lo siguen pasando ¡°muy mal¡± y viviendo ¡°con mucha angustia¡± la situaci¨®n hasta que encuentran un diagn¨®stico que da respuestas a sus preguntas.

Los que peor lo pasan, no obstante, son los ni?os. ¡°Los ni?os disl¨¦xicos sufren una importante merma en su autoestima. Les toman por tontos, por vagos, a menudo son v¨ªctimas de bullying. No entienden c¨®mo trabajando tanto su rendimiento es menor. Por ello una detecci¨®n precoz es important¨ªsima¡±, afirma Luz Rello, que fue una ni?a con dislexia y hoy, a sus 33 a?os, es una mujer con dislexia (porque esta no se cura) y una investigadora multipremiada que ha dedicado muchos a?os de su vida a estudiar la dislexia hasta dar forma al proyecto emprendedor Change Dyslexia.

Su experiencia la comparte Araceli, que adem¨¢s de la baja autoestima que alcanz¨® su hijo, ese pensar y llegar a creerse que era tonto, recuerda la ausencia de tiempo para realizar actividades extraescolares en las que se sintiese a gusto a causa de las visitas a psic¨®logos, logopedas y al mayor tiempo que necesitaba para hacer los deberes. ¡°Eso quema much¨ªsimo¡±, afirma. Tambi¨¦n, otro impedimento descubierto recientemente. Debido a su situaci¨®n muchos ni?os con dislexia tienen pesadillas nocturnas recurrentes, lo que les impide tener un sue?o reparador. ¡°Ya se despiertan con menos energ¨ªa que el resto y terminan la jornada mucho m¨¢s cansados. Y encima ese sobreesfuerzo que ellos hacen no se ve recompensado ni en casa ni en el colegio¡±.

Cambiar la forma de dar clase

El sistema educativo sigue siendo igual que el que atend¨ªa a nuestros abuelos

Desde las asociaciones de pacientes con dislexia se consigui¨® la primera Ley educativa que ampara a este tipo de alumnado con dificultades espec¨ªficas de aprendizaje. ¡°Hemos avanzado mucho, s¨ª, pero necesitamos que se siga avanzando, que cada vez que se ponga en marcha una Ley Educativa o que se haga un Pacto pol¨ªtico por la Educaci¨®n, todo lo que tenga que ver con este tipo de alumnado se tenga en cuenta y se mejore. Que haya m¨¢s formaci¨®n del profesorado y de los profesionales del ¨¢mbito educativo, que el propio sistema educativo los contemple, que existan las herramientas adecuadas en los centros, que exista una detecci¨®n temprana y un plan de actuaci¨®n¡­ y tambi¨¦n, esencial, que en cualquier Comunidad Aut¨®noma el alumno tenga los mismos derechos¡±, reflexiona la portavoz de FEDIS.

Tambi¨¦n, como ella misma reconoce, que la sociedad se sensibilice, que conozca que la dislexia es mucho m¨¢s que tener dificultades para escribir o leer o tener faltas de ortograf¨ªa, que tome conciencia de que estos ni?os no son tontos o vagos y que s¨ª que pueden aprender. Pero para ello necesitan un cambio en el sistema educativo, en la forma de impartir la docencia. ¡°El sistema educativo sigue siendo igual que el que atend¨ªa a nuestros abuelos. Necesitamos que el sistema cambie su metodolog¨ªa hacia estilos m¨¢s interactivos, multisensoriales, que tenga en cuenta la neurociencia, y que destierre esa idea preconcebida de que todos los ni?os deben aprender al mismo ritmo¡±, a?ade Salas.

Para Luz Rello, por su parte, la evaluaci¨®n es ¡°crucial¡± porque si se aprende por medio de la lectura y se eval¨²a por medio de la escritura, ¡°una persona con dislexia que precisamente tiene dificultades en ese canal (lectura y escritura) lo va a hacer con un rendimiento m¨¢s bajo que si por ejemplo realiza los ex¨¢menes orales¡±. Una inquietud que comparte Araceli: ¡°Lo que est¨¢ claro es que con un sistema tradicional de lectura y de ejercicios a estos ni?os les es imposible, porque si solo les dejamos la v¨ªa de la lectura para el aprendizaje y la v¨ªa de la escritura para demostrar lo que saben, entonces mal vamos. No est¨¢n en igualdad de condiciones¡±.

Para Araceli Salas, desde el punto de vista de pol¨ªtica educativa,¡°no son conscientes de la cantidad de ni?os que est¨¢n afectados por este trastorno¡±

En ese sentido, desde FEDIS insisten en que se precisa que el sistema conozca de qu¨¦ forma aprenden los disl¨¦xicos y que se adapte a su forma de aprendizaje, algo que no les parece tan complicado teniendo en cuenta que ya se est¨¢ haciendo en muchos centros y que hay muchos profesionales que ya lo ponen en pr¨¢ctica: ¡°Pero claro, necesitas estar sensibilizado y formado, porque la metodolog¨ªa que funciona para los ni?os con dislexia funcionar¨ªa para todo el aula¡±.

La duda es si trat¨¢ndose de unas medidas que est¨¢n tan al alcance, que no se hayan tomado todav¨ªa responde a la falta de presupuesto (para, como pide Luz Rello, mejorar la formaci¨®n, dotar a los centros de mayores recursos tecnol¨®gicos y aumentar la inversi¨®n en orientadores, logopedas, maestros de pedagog¨ªa terap¨¦utica y maestros de audici¨®n y lenguaje) o a la falta de voluntad pol¨ªtica y de sensibilidad con la problem¨¢tica. Para Araceli Salas, desde el punto de vista de pol¨ªtica educativa,¡°no son conscientes de la cantidad de ni?os que est¨¢n afectados por este trastorno¡± y es necesario que los pol¨ªticos sean conscientes de la dimensi¨®n del mismo para que se regule ¡°de forma seria como se hace en otros pa¨ªses como EE UU, Reino Unido, Suecia o Dinamarca¡±.

Una reivindicaci¨®n en la que seguir¨¢n insistiendo desde FEDIS para mejorar la vida de sus hijos, sus nietos y la de ni?os que a¨²n no han nacido pero que dentro de unos a?os tendr¨¢n que enfrentarse a una vida con dislexia. ¡°Queremos que ning¨²n ni?o pase por lo que ha pasado el nuestro y que ninguna familia tenga que sufrir tanto para saber qu¨¦ le est¨¢ pasando a su hijo. Una sociedad moderna como la nuestra no puede permitir que un ni?o tenga que sufrir para poder aprender¡±.