Saneamiento, una crisis global oculta
Cerca de 4.500 millones de personas en el mundo no tienen acceso al saneamiento y a la higiene en el mundo
Entre los grandes retos que afronta el sector del agua y saneamiento en el ¨¢mbito del desarrollo sostenible, el saneamiento aparece con demasiada frecuencia en un lugar secundario frente al agua, como un hermano peque?o, sin recibir la relevancia que merece. Sin embargo, los datos actuales son abrumadores y confirman que estamos muy lejos de salir de la crisis global del saneamiento.
Actualmente solo cuatro de cada diez personas en el mundo disfrutan de acceso a un saneamiento gestionado de forma segura, es decir, que garantice la separaci¨®n higi¨¦nica de las excretas del contacto humano de forma efectiva y segura a lo largo de toda la cadena, desde la recogida hasta la eliminaci¨®n de los residuos. Esto provoca graves problemas de salud p¨²blica y medioambientales, sobre todo cuando la poblaci¨®n est¨¢ muy concentrada y cuenta con escasos recursos econ¨®micos, como ocurre en las ¨¢reas informales de la periferia de las grandes ciudades o en las ciudades intermedias de pa¨ªses pobres.
Solo cuatro de cada diez personas en el mundo disfrutan de acceso a un saneamiento gestionado de forma segura
Aun as¨ª, el saneamiento sigue siendo principalmente un problema rural y estrechamente vinculado a la pobreza. Siete de cada diez personas sin un acceso b¨¢sico a saneamiento y nueve de cada diez practican la defecaci¨®n al aire libre viven en zonas rurales.
Las consecuencias de no disponer de saneamiento adecuado son muchas, pero no siempre visibles, lo que dificulta poner cifras al impacto en funci¨®n de desarrollo humano. Sin embargo, derechos humanos como el acceso a una vivienda digna, a un medioambiente sano, a la salud, a la educaci¨®n, a la alimentaci¨®n o al desarrollo econ¨®mico, se ven claramente menoscabados cuando no se garantiza un acceso seguro al saneamiento y a medidas de higiene, lo que actualmente le ocurre a 4.500 millones de personas en el mundo. En esencia, el saneamiento es un aspecto directamente vinculado a la dignidad, de la que se ven privados de manera especial cada uno de los 892 millones de personas que defecan al aire libre a diario.
Entre las causas que ocasionan esta crisis global destacan su invisibilidad. Los h¨¢bitos de saneamiento son algo de lo que se habla poco, confinado a la esfera m¨¢s ¨ªntima y personal, fuera de los ¨¢mbitos de intervenci¨®n de p¨²blica. Incluso para muchas culturas el saneamiento es considerado como algo tab¨², especialmente en relaci¨®n con la higiene y, de manera muy especial, con la higiene menstrual femenina. Esta falta de visibilidad perpet¨²a patrones de discriminaci¨®n y de estigmatizaci¨®n de mujeres y ni?as, colectivos LGTBI o profesionales de la gesti¨®n de excretas que, en muchos pa¨ªses, sufren condiciones laborales indignas e inseguras.
Cerca de 4.500 millones de personas en el mundo no tienen acceso al saneamiento y a la higiene en el mundo
Los retos en materia de saneamiento e higiene son enormes, pero tambi¨¦n alcanzables con las pol¨ªticas y recursos adecuados. Pero incluso antes de hablar de inversiones, es imprescindible dar algunos pasos previos de forma inmediata para evitar los errores cometidos en el pasado.
Por un lado, los Estados deben reforzar el peso del saneamiento en la agenda p¨²blica, como requiere la garant¨ªa de un derecho humano. Por otro lado, los planes y presupuestos p¨²blicos deben priorizar un acceso b¨¢sico para las personas y los colectivos m¨¢s vulnerables, en especial la erradicaci¨®n de la defecaci¨®n al aire libre, antes de proceder a aumentar el nivel de servicio para la totalidad de la poblaci¨®n.
Un paso previo debe ser la revisi¨®n de los marcos legales y normativos nacionales y locales para eliminar cualquier elemento que est¨¦ favoreciendo la discriminaci¨®n. De igual forma, se debe facilitar la coordinaci¨®n intersectorial de todos los actores que tienen alguna responsabilidad en la prestaci¨®n de los servicios de saneamiento y en la promoci¨®n de higiene para aclarar los cometidos de cada uno y coordinar las acciones: sector salud, educaci¨®n, finanzas, sector privado y sociedad civil.
Las intervenciones de saneamiento deben conjugar, de manera integral y participativa, las soluciones tecnol¨®gicas con la promoci¨®n de las pr¨¢cticas higi¨¦nicas y el cambio de comportamiento de la poblaci¨®n, ¨²nica forma de conseguir la conexi¨®n a las redes de saneamiento o el uso de las instalaciones in situ y su mantenimiento a lo largo del tiempo.
Para todo ello es b¨¢sico asegurar las capacidades dentro del sector y establecer sistemas de medici¨®n con indicadores desagregados que permitan conocer con exactitud la situaci¨®n de partida y hacer un seguimiento de la reducci¨®n de las desigualdades y del progreso hacia el acceso universal a los servicios de saneamiento e higiene.
Pero conseguir este acceso universal requiere de una implicaci¨®n pol¨ªtica que lamentablemente no se ha dado hasta el momento con la intensidad necesaria. As¨ª lo hemos reclamado desde ONGAWA, coincidiendo con la celebraci¨®n del D¨ªa Mundial del Saneamiento el pasado 19 de noviembre llamando la atenci¨®n hacia la necesidad de actuar ya y con contundencia para alcanzar las metas fijadas para el saneamiento en 2030, porque al ritmo actual #As¨ªNoLlegamos.
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