Clases de polis

Ella ya no se acordar¨¢, porque har¨¢ casi cincuenta a?os de eso. Mi amiga Marichu mostraba su horror ante el creciente nacionalismo en Euskadi haciendo una graciosa parodia de un ciudadano declarando su amor a un polic¨ªa aut¨®ctono y a un inspector de Hacienda de la misma cuerda.

No habr¨ªa ni que decirlo, pero eran otros tiempos en que esos personajes eran terribles, no s¨®lo en sus leyendas respectivas, sino tambi¨¦n en sus realidades. Y unos tiempos en que quienes se mov¨ªan en el ¨¢rea comunista no eran todav¨ªa nada partidarios del nacionalismo.

Paco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, aupado por los militantes de UCD y del PSOE, nos ayud¨® a tomarle cari?o a la Hacienda democr¨¢tica. Lo de la polic¨ªa fue algo m¨¢s largo. Pero acab¨® funcionando en parte. Fue otro amigo el que me puso al tanto. Mario Onaindia, condenado a muerte en el proceso de Burgos, me hizo al salir de la c¨¢rcel un elogio de la Guardia Civil: obedecen, y si los mandos son dem¨®cratas, su actuaci¨®n suele serlo.

Y otro amigo, magistrado de la Audiencia, me hizo un d¨ªa una clasificaci¨®n de los cuerpos policiales en funci¨®n de su peligrosidad para los seres humanos normales. Lo mejor, o lo menos malo, seg¨²n el magistrado, es toparse en caso de problemas con un guardia civil; inmediatamente despu¨¦s con un polic¨ªa nacional. Despu¨¦s, con un polic¨ªa auton¨®mico, muy cerca de los nacionales. Y, para cerrar la lista, un polic¨ªa municipal y un portero de discoteca, no s¨¦ por qu¨¦ incluido en la lista de mi amigo.

Ninguna de esas aseveraciones me pareci¨® correcta pol¨ªticamente en su momento. Y todas ellas juntas me obligan ahora a un ejercicio de sinceridad que est¨¢ muy de actualidad: estoy positivamente sorprendido de c¨®mo han actuado en Catalu?a, con motivo de los des¨®rdenes p¨²blicos del 1-O, los guardias civiles y los polic¨ªas nacionales all¨ª destacados.

He visto las fotos y los v¨ªdeos suministrados por el Estado Mayor de la insurrecci¨®n que pretendi¨® montar Puigdemont. Y tambi¨¦n he visto la lista de ¡°bajas¡±, que arroja un balance de un herido grave por el impacto de una bala de goma en un ojo y varias decenas de contusos.

Eso es triste y, sobre todo, antiest¨¦tico. Y ten¨ªa que haberse hecho mejor y con mayor limpieza. Pero no usando a los mossos que no quer¨ªan intervenir aunque s¨ª lo hab¨ªan hecho unos meses antes en el Parlament sitiado, a los municipales de Colau y Carmena o a los porteros de todas las discotecas de Lloret.

As¨ª no hay forma de darle muertos a Rovira.