Otra ciudad es posible
El movimiento Transition, presente en todo el mundo, se ha propuesto construir un futuro m¨¢s local y sostenible
LLEVAMOS 150 a?os construyendo nuestras sociedades gracias al petr¨®leo. Pero la dependencia de los hidrocarburos y la contaminaci¨®n nos aboca a un futuro incierto. El cambio clim¨¢tico ha desatado las alarmas. Tenemos que variar el rumbo. Ese es precisamente el objetivo de Transition: anticiparse y dise?ar el futuro en lugar de esperar y lamentar. Y eso pasa por ahorrar energ¨ªa, reciclar, reducir las emisiones de carbono y apostar por la sostenibilidad, empezando a peque?a escala. O ¡°reforzar la ?resiliencia de las comunidades locales¡±, seg¨²n el londinense Rob Hopkins, fundador del movimiento. ¡°Estamos demostrando en diferentes partes del mundo que esta red de iniciativas es una buena ?estrategia para paliar el cambio clim¨¢tico, mejorar la salud y crear empresas¡±, asegura.
Transition naci¨® hace una ?d¨¦cada en Totnes, una localidad de 10.000 habitantes del sur de ?Inglaterra, que desde los a?os veinte del siglo pasado est¨¢ considerada un laboratorio propicio para experimentar con proyectos sociales de vanguardia. All¨ª ?Hopkins, activista medioambiental de 49 a?os que trabaj¨® en un ?templo budista en Italia, encontr¨® el lugar perfecto: una comunidad receptiva y un Ayuntamiento abierto a ideas nuevas. Los ?vecinos se pusieron a colaborar para ?reimaginar su entorno y los resultados no tardaron en ver la luz: un jard¨ªn de ¨¢rboles frutales donde hubo un aparcamiento, una moneda local, cooperativas de ?trabajadores¡
¡°Necesitamos m¨¢s espacios para reconstruir nuestras sociedades colectivamente e iniciar la marcha hacia un futuro m¨¢s ?apetecible¡±
La receta de Transition consiste en repensar los pueblos y barrios de una forma participativa y ?divertida, explica Hopkins a su paso por Mallorca: ¡°Necesitamos m¨¢s ?espacios para reconstruir nuestras sociedades colectivamente e iniciar la marcha hacia un futuro m¨¢s ?apetecible¡±.
El caso Totnes ha inspirado a muchos pueblos. En la actualidad este movimiento tiene presencia en 50 pa¨ªses. Todos siguen los manuales creados por Hopkins y su red de colaboradores, pero los adaptan a sus necesidades y crean sus propios planes. ¡°Esto no es una franquicia. No ?queremos controlar la transici¨®n, confiamos en ella¡±.
Entre esa multitud de iniciativas, Hopkins destaca una en Lieja (B¨¦lgica), donde un grupo de vecinos dise?¨® un cintur¨®n alimentario en torno a la urbe para suministrar frutas y verduras, generar empleo y reducir emisiones. El Ayuntamiento ha hecho suyo el proyecto. Hoy en los arrabales de Lieja se suceden 55 hect¨¢reas de cultivo ecol¨®gico.
Seg¨²n Hopkins, las acciones que los ecologistas han llevado a cabo en las ¨²ltimas d¨¦cadas ya no son suficientes. Y es cr¨ªtico con su ¡°?autocomplacencia elitista y falta de humildad¡±. ¡°Nos hemos acostumbrado a hacer campa?as en contra de las cosas y nos hemos olvidado ad¨®nde queremos ir. Hay que entusiasmar a la gente porque un futuro m¨¢s local y sostenible podr¨ªa ser preferible al presente ba?ado de petr¨®leo y aquejado por el cambio clim¨¢tico¡±.?
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