¡®Ma?ana¡¯, el documental que incita a cambiar el mundo hoy

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El d¨ªa del estreno de Demain (Ma?ana, en espa?ol) el 2 de diciembre pasado s¨®lo hab¨ªa nueve espectadores en la sala en Par¨ªs. Un inicio poco halag¨¹e?o. Unos cinco meses m¨¢s tarde, casi un mill¨®n de personas han visto la pel¨ªcula y se exhibe a¨²n en 130 cines por toda Francia. Se ha vendido en 30 pa¨ªses, entre ellos Espa?a, donde se estrena el 29 de abril. ?C¨®mo explicar que un documental ecologista se convierta en tiempo r¨¦cord en un fen¨®meno social?

En la pel¨ªcula aparecen algunos de los movimientos m¨¢s novedosos del panorama alternativo como los brit¨¢nicos Transition Towns (ciudades en transici¨®n) e Incredible Edible (incre¨ªbles y comestibles). Tambi¨¦n se oyen voces prof¨¦ticas como Pierre Rahbi, el padre de la agroecolog¨ªa en Francia y promotor del movimiento de los Colibr¨ªs; y Vandana Shiva, l¨ªder ecologista y feminista india. Comparten protagonismo otros actores del cambio global menos medi¨¢ticos, como unos peque?os grandes agricultores del norte de Francia. Peque?os porque su huerto es modesto en cuanto a sus dimensiones. Grandes porque gracias a las t¨¦cnicas de la permacultura y al cuidado manual est¨¢n demostrando que son m¨¢s rentables en t¨¦rminos relativos que las grandes explotaciones que echan mano de tractores y fumigadoras.

Road movie global

La pel¨ªcula parte de un supuesto alarmista con s¨®lida base cient¨ªfica: un estudio interdisciplinario publicado en 2012 por la revista Nature que vaticina una cat¨¢strofe planetaria, la desaparici¨®n de parte de la humanidad hacia el 2100 como resultado del combinado de la crisis econ¨®mica, la ecol¨®gica y la social. Los dos co-directores, Cyril Dion y M¨¦lanie Laurent, ambos provinientes del mundo audiovisual y con una vena ecologista, inician entonces una road movie global para ir a la b¨²squeda, por los cinco continentes, de las nuevas ideas y personas innovadoras que est¨¢n cambiando la manera de hacer las cosas ¡ªen la agricultura, la econom¨ªa, la energ¨ªa, la pol¨ªtica y la educaci¨®n¡ª y que pueden, por lo tanto, impedir la profec¨ªa apocal¨ªptica.

Vale la pena detenerse, adem¨¢s de en el contenido, en el efecto secundario e inesperado que est¨¢ produciendo su visionado e incluso su mera existencia. Antes de su estreno pasado por agua, ya contaba de hecho con numerosos seguidores, fans an¨®nimos de todas estas nov¨ªsimas ideas y de los gur¨²s que nutren la cinta. Muchos fueron los que pusieron de su bolsillo para que esta pel¨ªcula, el sue?o de dos j¨®venes franceses, pasara de la categor¨ªa de utop¨ªa a la de realidad. Y a la postre result¨® ser el sue?o de muchos, de miles de personas. En concreto, de 10.266, que son quienes la financiaron a trav¨¦s de una campa?a en la plataforma de micromecenazgo Kisskissbank. Se recaudaron 444.390 euros, cantidad que hasta la fecha es r¨¦cord mundial de captaci¨®n colaborativa para un documental.

Econom¨ªa circular

Aquellos nueve primeros espectadores aplaudieron al final cuando aparecieron en la pantalla los cr¨¦ditos. Y sucede lo mismo en cada pase. Y del aplauso a la acci¨®n consecuente. En el documental se cuenta el caso de una empresa fabricante de sobres, Poch¨¦co, instalada en el norte de Francia. Desde que se estren¨® Ma?ana, sus pedidos se han doblado, lo que ha permitido ya crear tres nuevos empleos. Poch¨¦co fabrica sobres desde hace 20 a?os y lo hace reduciendo cada vez m¨¢s su impacto medioambiental, garantizando los puestos de trabajo y a la vez aumentando su rentabilidad. ?La cuadratura del c¨ªrculo? No: la econom¨ªa circular. En vez de buscar la satisfacci¨®n del accionista Poch¨¦co prioriza contentar al cliente, al trabajador y al medio ambiente. Su propietario, Emmanuel Druon, acaba de publicar un libro donde expone sus tesis ecolonomistas. Para ¨¦l ecolog¨ªa y econom¨ªa pueden y deber ir de la mano.

La historia de Ma?ana se inicia en un tono m¨¢s que tr¨¢gico que no presagia nada bueno. Y, con todo, a medida que avanza la acci¨®n el ambiente va haci¨¦ndose m¨¢s respirable. Dion y Laurent se encuentran y dialogan con los protagonistas, unos precursores, otros visionarios, en escenarios tan dispares y distantes como Estados Unidos, la India o Gran Breta?a. Y, al final, deja un regusto agridulce: la amenaza de futuro sigue ah¨ª, en pie, despu¨¦s de las dos horas de pel¨ªcula. Pero con un punto optimista, el de los actores del cambio, con su buen rollo, y sus ganas locas de cambiar el mundo, no ma?ana, sino hoy mismo.

La pel¨ªcula se exhibi¨® en la pasada COP21 de Par¨ªs, ha sido galardonada con el C¨¦sar al mejor documental del 2016 y m¨¢s recientemente ha sido aclamada por un p¨²blico menos profesional, pero muy deseoso de cambios. Se proyect¨® hace una semana en la plaza de la Rep¨²blica, donde acampan desde hace un tiempo los autodenominados Nuit d¨¦bout (indignados franceses). Ellos, como tantos otros, quieren cambiar el mundo. Pero, ?qu¨¦ hacer? La pel¨ªcula, seg¨²n Dion, responde precisamente a esta pregunta y tiene este objetivo de fondo: movilizar a los ciudadanos para que se conviertan en agentes del cambio. Y parece que lo est¨¢n consiguiendo.