La ciencia, en dique seco

Que el sistema espa?ol de I+D haya perdido un 35% del presupuesto respecto al m¨¢ximo alcanzado en 2009 es muy grave. Eso implica que el sistema de investigaci¨®n ha dejado de ingresar 20.000 millones de euros desde que comenz¨® la crisis y tiene 11.000 investigadores menos que en 2010. Para un pa¨ªs que ya presentaba un considerable retraso en cuanto a esfuerzo inversor respecto de otros pa¨ªses de su entorno europeo, este retroceso supone malbaratar buena parte del esfuerzo hecho en la d¨¦cada anterior. Pero m¨¢s grave es a¨²n que el conjunto del sistema se encuentre al borde del colapso por culpa de una absurda y r¨ªgida normativa que, con el objetivo de garantizar el cumplimiento del d¨¦ficit, impide que centros punteros de investigaci¨®n puedan gastar siquiera sus reducidos presupuestos.

La situaci¨®n ha llegado a tal nivel de esperpento que lo que m¨¢s preocupa ahora mismo a los cient¨ªficos no es la falta cr¨®nica de recursos, sino el absurdo sistema de gesti¨®n que impide que puedan gastar los presupuestos disponibles, incluidos aquellos fondos que han obtenido de organismos internacionales en convocatorias competitivas. As¨ª lo ha denunciado la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a, una plataforma que agrupa a 79 asociaciones de investigadores.

Esta situaci¨®n ha provocado la dimisi¨®n del director de la Plataforma Solar de Almer¨ªa, una instalaci¨®n dedicada al desarrollo de energ¨ªas solares de concentraci¨®n. El presupuesto asignado a este centro es de seis millones anuales, pero las trabas burocr¨¢ticas le impiden gastar los m¨¢s de 15 que obtiene de la UE. El peligro, en este y otros centros de investigaci¨®n, no afecta solo a los proyectos en curso. Tambi¨¦n diezma gravemente los equipos. El mayor organismo investigador, el CSIC, ha perdido desde 2011 un 14% de su plantilla.

El actual crecimiento del PIB deber¨ªa permitir recuperar el terreno perdido, pero el cortoplacismo y la falta de visi¨®n del Gobierno a la hora de establecer sus prioridades est¨¢ frustrando los esfuerzos de miles de cient¨ªficos. Sin una inversi¨®n adecuada en I+D y una gesti¨®n eficiente de los recursos jam¨¢s podremos competir en la liga de los m¨¢s avanzados.