?Distensi¨®n?

La aplicaci¨®n del 155 ha resultado tan eficaz que podr¨ªa producir el 21-D unos resultados parad¨®jicamente alejados de los que desean sus promotores. El guion de campa?a del unionismo es buscar la m¨¢xima movilizaci¨®n del electorado no independentista, que habitualmente se queda en casa en los comicios auton¨®micos, para que esta vez acuda a votar en masa, superando a un secesionismo hoy desmoralizado por el fracaso del proc¨¨s. Como precedentes de ese esperado avance de la movilizaci¨®n unionista se citan las dos grandes manifestaciones que contra pron¨®stico ocuparon las calles de Barcelona los domingos 8 y 29 de octubre. Una esperanza confirmada por los sondeos que pronostican un importante avance de In¨¦s Arrimadas.

Pero sin negar el fuerte impulso de esa marea espa?ola de superficie, creo que bajo las aguas ha empezado a fluir otra corriente de sentido divergente, a la que cabr¨ªa denominar transversal, sobre cuya ola aspira a cabalgar Miquel Iceta. ?De d¨®nde procede este nuevo mar de fondo? De varias fuentes, como la nostalgia del seny catalanista, la conveniencia de una tercera v¨ªa o el cansancio con el proc¨¨s. Pero tambi¨¦n brota, sin lugar a dudas, del propio ¨¦xito del 155, que con gran sorpresa ha generado un nuevo clima de opini¨®n muy diferente del que reinaba durante el mes de octubre.

Tras el pucherazo del 1-O, que el Gobierno central no s¨®lo fue incapaz de atajar sino que lo potenci¨® todav¨ªa m¨¢s con las cargas policiales, se inici¨® un tiempo de angustia colectiva que hizo a la ciudadan¨ªa temerse lo peor, pues parec¨ªa que el desborde independentista resultaba imparable. De ah¨ª la fuerte resistencia opuesta por los catalanes que no deseaban la secesi¨®n, y que comenzaron a hacer valer sus derechos en las dos manifestaciones citadas. Esto hizo que durante el mes de octubre se crease una gran tensi¨®n polarizadora entre la rauxa de los radicales que pretend¨ªan forzar la DUI y la resistencia de quienes se opon¨ªan a ello en leg¨ªtima defensa propia.

Pero todo cambi¨® tras la actuaci¨®n de los tribunales y la activaci¨®n del 155, que aconsej¨® al independentismo abandonar el campo para adoptar una retirada estrat¨¦gica en toda regla. As¨ª es como a lo largo del mes de noviembre, y conforme el 155 se aplicaba sin ning¨²n problema, la tensi¨®n ha disminuido. Y con la distensi¨®n han llegado tambi¨¦n la desradicalizaci¨®n y la despolarizaci¨®n, cre¨¢ndose un nuevo clima de opini¨®n m¨¢s calmado, distendido y apaciguador. Ahora bien, si la polarizaci¨®n ha decrecido, eso significa que las expectativas para el 21-D ya no favorecen a los extremos polarizadores sino a los candidatos transversales como Iceta o Dom¨¨nech. Sobre todo, si la distenci¨®n avanzase como hasta ahora.

Pero eso es algo que no est¨¢ asegurado en absoluto, pues tampoco cabe descartar que la tensi¨®n reaparezca y empiece de nuevo a crecer. A lo que desde luego contribuir¨¢ sin duda el mantenimiento en prisi¨®n preventiva de los cuatro impulsores de la DUI no fugados a Flandes. Polarizaci¨®n o distensi¨®n apaciguadora: he ah¨ª el dilema.