?C¨®mo afecta a tu hijo que juegues a la Loter¨ªa de Navidad?
Comprar d¨¦cimos en el entorno familiar no tiene por qu¨¦ suponer una normalizaci¨®n de los juegos de azar, porque se puede explicar y contextualizar a los menores
Se acerca el d¨ªa que media Espa?a ¡ªy la otra media por otros motivos¡ª va a estar pegada a la televisi¨®n para contemplar a un grupo de ni?os recitando n¨²meros hasta desvelar el Gordo en la Loter¨ªa de Navidad. Ese juego de azar con 100.000 n¨²meros en su interior y una probabilidad de que toque del 0,001%. Es decir, una posibilidad entre cien mil.
El primer sorteo extraordinario de Navidad en nuestro pa¨ªs se remonta a principios del siglo XIX y desde entonces, la tradici¨®n mueve millones de euros invertidos por sagas de abuelos, padres e hijos en el ritual de buscar su n¨²mero de la suerte. ?Hasta qu¨¦ punto puede afectar a los menores que su familia viva pendiente durante unos d¨ªas de un juego de azar? Los anuncios del sorteo se superan cada a?o, los medios analizan cada detalle y curiosidad, que llega al colmo del paroxismo con la retransmisi¨®n en directo y la b¨²squeda de las escenas de champ¨¢n, abrazos y l¨¢grimas en los barrios afortunados. ?Es una forma de normalizar la cultura del juego desde la infancia?
Tradici¨®n navide?a
¡°Aqu¨ª vienen pocos padres con sus hijos a comprar, pero alguna vez he visto que participan en la tradici¨®n: les alzan en brazos para que los ni?os elijan y se?alen qu¨¦ n¨²mero les gusta m¨¢s de los d¨¦cimos que tenemos colgados. Otras veces buscan los n¨²meros que tengan que ver con los nacimientos de los ni?os, como fechas importantes. Aunque este a?o, el boom ha sido pedir el n¨²mero 00155¡±, explica Lola, lotera desde hace a?o y medio en la Loter¨ªa Parre?o de Madrid.
A pocos d¨ªas del sorteo, el goteo de personas que acuden a comprar su d¨¦cimo es constante, la mayor¨ªa de mediana edad, pero pocos con ni?os. ¡°Yo no suelo ver a j¨®venes comprar por iniciativa propia: si vienen es para acompa?ar a alg¨²n familiar que compra para intercambiar n¨²meros. Eso forma parte de la tradici¨®n: la esperanza de que mejore la situaci¨®n en la familia¡±, cuenta Lola bajo un cartel que reza: ¡°Hemos entregado 1.011.278 euros en premios a lo largo de 2016 en este punto de venta¡±. -¡°?Tendr¨ªas seis d¨¦cimos iguales?¡±, interrumpe un cliente con prisa y 120 euros que le queman en las manos. -¡°?Terminado en 8 o en 5?¡± - ¡°El que vaya a tocar¡±. - ¡°Ya: ese nos lo hemos quedado nosotros¡±, suspira ella.
Seg¨²n el Anuario del Juego en Espa?a 2016 elaborado por Codere (multinacional del juego privado) ¡°se adquiere Loter¨ªa en Navidad por costumbre (89,3%), por presi¨®n social y por una especie de envidia preventiva, ¡°no vaya a ser que les toque a los conocidos¡±. Este mecanismo se impone al rechazo al juego, aunque un 42,2% de los jugadores admite que preferir¨ªa no jugar para no perder y solo un 25% de la poblaci¨®n espa?ola se mantiene en sus trece y no juega ni un d¨¦cimo.
A lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, este sorteo navide?o mueve entre 2.400 y 3.000 millones de euros cada a?o y en 2016 probaron suerte para el Gordo casi 26 millones de espa?oles, 700.000 m¨¢s que en 2015, seg¨²n el informe Percepci¨®n Social sobre el Juego de Azar en Espa?a 2017. En los ¨²ltimos tres a?os se ha observado un aumento exponencial de j¨®venes entre 18 y 24 a?os que han participado en el sorteo de Navidad, pasando del 31,7% en 2013 al 45,5% en 2016.
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¡°Comprar loter¨ªa de Navidad en el entorno familiar no tiene por qu¨¦ suponer una normalizaci¨®n de los juegos de azar, porque se puede explicar y contextualizar a los menores. No se trata tanto de una experiencia de juego como de una experiencia com¨²n y social, asociada a la ¨¦poca navide?a y la tradici¨®n familiar de intercambiar n¨²meros y esperar juntos que la suerte mejore¡±, explica Enrique Castillejo, presidente del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunidad Valenciana. ¡°No es lo mismo hacer cola para comprar un d¨¦cimo, un d¨ªa al a?o, que entrar con un ni?o en un bar y echar una moneda tras otra en la m¨¢quina tragaperras o que nos vea jugar durante horas en el ordenador al p¨®ker online. Deber¨ªa imperar el sentido com¨²n y es un matiz diferente. Ya que el ni?o va a ser bombardeado con informaci¨®n sobre el presorteo, el sorteo y el postsorteo, al menos podemos educar y contar en qu¨¦ consiste. Los juegos del azar tienen detr¨¢s unas empresas que existen porque hay demanda, donde el gran perdedor siempre es el cliente. Como en las escopetas de las ferias, las t¨®mbolas y el bingo. No tiene por qu¨¦ ser un mal ejemplo ni una influencia negativa, simplemente es la sociedad que le ha tocado vivir. Y la Loter¨ªa de Navidad, para bien o para mal, es sobre todo un evento social¡±, concluye.
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