De Simbad a la ¨®pera
Cuando descubr¨ª la incre¨ªble capacidad de regeneraci¨®n de los humanos,la idea me result¨® maravillosa, pero ahora me empieza a dar un poco de miedo.
LOS HUMANOS somos las criaturas m¨¢s tenaces de la Tierra. Bueno, supongo que compartimos ese empe?o (y esa habilidad) para sobrevivir con las cucarachas y las ratas. Cuando descubr¨ª, cerca ya de los 40, nuestra incre¨ªble capacidad de regeneraci¨®n, la idea me result¨® maravillosa y consoladora. Pero ahora me empieza a dar un poco de miedo, no s¨®lo porque esa cualidad nos est¨¢ convirtiendo en un virus para el resto de los animales y para el planeta, sino tambi¨¦n porque algunos hacen lo que sea con tal de perdurar. Por cierto que esto es una constante a lo largo de la historia: los mitos cl¨¢sicos ya celebraban esa fuerza para vivir, aunque fuera feroz.
Los relatos inspiradores de superaci¨®n no son una moda de los ¨²ltimos a?os,?sino un trazo esencial de la especie humana desde el principio de los tiempos
Tomemos por ejemplo la historia de Simbad el Marino, ese personaje tan simp¨¢tico en la versi¨®n Disney, pero que en el texto original de las Mil y una noches resulta espeluznante. En uno de sus viajes, Simbad se casa sin saber que en esa isla existe la costumbre de enterrar vivos a los viudos, enjoyados y ataviados con sus mejores ropas. Su esposa muere y, en efecto, Simbad es descendido junto a ella, con agua y pan para siete d¨ªas, a una cueva llena de cad¨¢veres putrefactos. Empe?ado pese a todo en sobrevivir, el hombre raciona su comida. Al cabo de varios d¨ªas bajan a la tumba a otro desgraciado, y Simbad lo mata de inmediato a garrotazos con un f¨¦mur. Va asesinando as¨ª durante largo tiempo a todo hombre o mujer que cae en la cueva, qued¨¢ndose con sus provisiones y tambi¨¦n con sus ricas pertenencias, porque los desnuda. Al cabo descubre una salida de la tumba y llega a una playa, en donde un barco lo rescata con su bot¨ªn de joyas y atav¨ªos. ?l se hace pasar por n¨¢ufrago y disfruta de su tesoro sin el menor remordimiento. Es m¨¢s, el personaje es ensalzado porque, en la m¨¢s negra de las situaciones, no se dio por vencido. Al igual que Ulises, en quien se inspira, estos h¨¦roes astutos y vidriosos son admirados porque su capacidad para la mentira y el enga?o les salva la vida.
As¨ª que, como ven, los relatos inspiradores de superaci¨®n no son una moda de los ¨²ltimos a?os, como podr¨ªa parecer, sino un trazo esencial de la especie humana desde el principio de los tiempos. Seguro que en las hogueras de los trogloditas se contaba c¨®mo Gurrum fue capaz de librarse del oso cavernario que ya le hab¨ªa comido medio brazo. Nos encanta escuchar estas historias y que nos las repitan una y otra vez porque nos ense?an y animan a ser lo que somos: bichos empecinados en seguir vivos. Eso s¨ª, por fortuna el paso del tiempo y los valores democr¨¢ticos parecen haber ido cambiando sutilmente el objetivo; por un lado se dir¨ªa que hoy no se aspira a sobrevivir a cualquier precio (o no se dice: no resulta pol¨ªticamente correcto) y, por otro, ahora hablamos de supervivencias no s¨®lo biol¨®gicas, sino tambi¨¦n ¨¦ticas, est¨¦ticas, emocionales. Ese es el caso, por ejemplo, de Rosa Mar¨ªa Carbonell. Rosa Mar¨ªa tiene 62 a?os y ha pasado por graves dificultades en su vida, entre ellas la larga y dura enfermedad, por fortuna superada, de uno de sus seres m¨¢s queridos. Pero ahora se est¨¢ permitiendo empezar un sue?o. Resulta que adora la ¨®pera: ¡°Mi padre, un pay¨¦s de enorme sensibilidad, les cantaba ¨®peras a las vacas, y yo sent¨ªa la alegr¨ªa de su canto¡±. Durante d¨¦cadas fue estudiando e investigando. Intent¨® llevar el consuelo de la m¨²sica a los hospitales en donde tanto tiempo se pasaba, pero aquella idea no sali¨®. Sin embargo, eso define al h¨¦roe, no se rindi¨®. El a?o pasado consigui¨® acercar la ¨®pera a centros de personas con discapacidad, un proyecto de dos meses: ¡°A¨²n los a?oro¡±. Despu¨¦s encontr¨® una biblioteca en Pineda y un centro c¨ªvico en Mollet, en donde da cursos que han cuadruplicado sus alumnos. Ha inventado ¡°catas de ¨®pera y vino¡± en bodegas, y acaba de crear la genial web pasionporlaopera.com. ¡°Estoy empezando mi vida a la edad en la que muri¨® mi madre¡±, dice Rosa Mar¨ªa: ¡°Cuando la mayor¨ªa se jubilan o tienen su vida resuelta, yo comienzo de cero, sin nada y sin retiro alguno. Algunos d¨ªas de cansancio me parece estar al borde del abismo¡ Pero por otro lado siento que mi camino se est¨¢ abriendo y de la mejor forma¡±. Carbonell es la Gurrum de las hogueras actuales, y su peque?a y bella historia nos encandila.?
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