Aziz Sahmaoui, ministro magreb¨ª de lo invisible
El m¨²sico renueva la tradici¨®n y colabora con una plataforma que brinda ayudas de movilidad a los artistas africanos
Cuando, unas semanas atr¨¢s, se difundi¨® la noticia de la muerte de varias mujeres y algunos ni?os tras una avalancha de gente que hac¨ªa cola para un reparto de alimentos, en una aldea del sur de Marruecos, hubo una foto que se multiplic¨® en los medios: era la de una sandalia de pl¨¢stico rosa que hab¨ªa quedado hu¨¦rfana en el suelo de tierra. Entonces, algunos evocamos la canci¨®n de Aziz Sahmaoui, Miskina, que habla de una peque?a criada que trajina de ac¨¢ para all¨¢ con sus zapatos de pl¨¢stico. Le comentamos esta asociaci¨®n a ¨¦l, al creador marroqu¨ª del ensemble University of Gnawa y asiente: ¡°mucha gente me coment¨® lo de la chancla¡±.
Quien conozca Marruecos reconocer¨¢ en la m¨²sica de Sahmaoui un paisaje marroqu¨ª, viviendo, bullendo; los dem¨¢s se dejar¨¢n elevar a cielos muy azules sin oponer resistencia. Aziz creci¨® en Marrakech (¡°somos de Marrakech y de Agadir¡±), pero hace m¨¢s de 20 a?os que vive en Par¨ªs. Es un compositor sensible, que canta con la voz desgarrada de un ¨¢ngel en la tempestad; es multiinstrumentista: percusionista virtuoso y acariciador de la¨²des y guembris (el bajo primitivo del Norte de ?frica). Toc¨® en los ¨²ltimos tres discos del maestro del jazz Joe Zawinul (como voz y percusi¨®n del Zawinul Syndicate, con quienes grab¨® en directo Vienna nights) y fue parte fundacional de la Orchestre National de Barb¨¨s, que naci¨® entre los bolos y las bodas que animaban un grupo de m¨²sicos magreb¨ªes en Francia. Ha colaborado con el guitarrista franc¨¦s Nguy¨ºn L¨º (Maghreb and friends) y con Ni?o Josele, entre otros consagrados de la m¨²sica europea. ?l siempre aporta el aire magreb¨ª, tan aut¨¦ntico como contempor¨¢neo. Algo viejo y profundamente nuevo.
Aziz Sahmaoui dice amar la escena, porque ¡°sana¡±, e invoca al ¡°ministro de lo invisible¡±. ¡°Te sorprendes como un hombre invisible que trae algo de la tradici¨®n pero que no viene a recalentar sino a llevarla a otro lugar, la renueva¡±, dice Aziz en una luminosa ma?ana de oto?o junto al r¨ªo Bouregreg, el que separa Rabat de Sal¨¦. Le decimos que ¨¦l, tan sobrio, transmite humildad desde el escenario, siempre, y debajo del escenario, tambi¨¦n: ¡°Amo y respeto a la m¨²sica, y al otro ser humano, como si el otro fuera Dios¡±. Quiz¨¢ con esa actitud humilde es como llega a ese percusionista ¡°que da miedo... que toca fuerte, r¨¢pido... ese miedo que da no llegar¡±. ?l sabe y no sabe que lleg¨® (como nos pasa a casi todos) y por eso sigue movi¨¦ndose con tan debido respeto por la vida.
Ha colaborado con el guitarrista franc¨¦s Nguy¨ºn L¨º y con Ni?o Josele
¡°Hay un camino, pero no hay f¨®rmulas, siempre es empezar de nuevo, renovarse en cada aventura y sanarse en la energ¨ªa del otro ¨Casegura el marraquech¨ª¨C. Antes defend¨ª proyectos que no llevaban mi nombre. Luego, cuando se fue Joe Zawinul, hubo calma y, en 2011, arm¨¦ la University of Gnawa, mi proyecto actual, con m¨²sicos de Mali, Senegal y Francia, de la mano de Martin Meissonnier", dice Aziz sobre el reputado productor de, entre otros, Fela Kuti, Papa Wemba o Robert Plant y Jimmy Page.
¡°Parec¨ªa que antes no ten¨ªa confianza en m¨ª, me escond¨ªa, no pon¨ªa ¡®Aziz¡¯. Y este gesto de poner mi nombre es importante incluso para esos m¨²sicos que se buscan la vida desde siempre: ¡®mira a Aziz, con su nombre, a su edad, siempre se puede empezar¡¯, porque todos los m¨²sicos quieren hacer sus discos y no todos llegan¡±, contin¨²a Sahmaoui, que ya prepara el tercer disco de la University of Gnawa.
La tarea de los m¨²sicos es arregl¨¢rselas para sacar tiempo entre todos los bolos que los alejan de lo propio y, sobre todo, en ?frica, obligados a tocar a destajo en hoteles, en restaurantes o, de lunes a viernes, en oficinas. ¡°Tocan todo el tiempo en todos lados y deber¨ªan estar concentrados, no ensayan lo suficiente, y luego est¨¢ el p¨²blico, con esa falta de educaci¨®n art¨ªstica, que va a cualquier lado a divertirse como si fuera un estadio. Hace falta educar tambi¨¦n a los espectadores y que los organizadores dejen ese af¨¢n por reducir y economizar, porque hay material t¨¦cnico en este continente, pero no se valora la importancia de un ingeniero de sonido, por ejemplo. Hay que luchar contra la negligencia¡±, afirma.
"La confianza vuelve cuando te dedicas a la m¨²sica con respeto, cuando vas a lo profundo, cuando buscas con trabajo tu camino"
Por eso, esta vez Aziz no ha venido a Marruecos a tocar, sino a trabajar por otros colegas africanos, en su condici¨®n de jurado de Afrikayna, una asociaci¨®n para el intercambio cultural, el desarrollo y la cooperaci¨®n, con sede en Casablanca: ¡°colaboro en Afrikayna (que significa ¡®hay ?frica¡¯ en dariya), una organizaci¨®n que lidera Ghita Khaldi y que ¨Centre otras actividades¨C ayuda a profesionales del teatro, la m¨²sica y la danza a moverse por ?frica¡±. Africa Art Lines se llama la estructura que otorga ayudas de movilidad a los artistas que deben trasladarse de un pa¨ªs a otro del gran continente. Se abren dos procesos de selecci¨®n por a?o: ¡°elegimos entre las candidaturas en funci¨®n de su autenticidad y les pagamos los billetes; del otro lado, el pa¨ªs anfitri¨®n les brinda alojamiento¡±.
¡°Hay efervescencia ¨Ccomenta el m¨²sico¨C, este a?o se presentaron 80 solicitudes y pudimos enviar gente desde Marruecos a Camer¨²n, y a T¨²nez¡±. Y explica c¨®mo siente esta tarea actual para con sus pares: ¡°es que la vida del m¨²sico es buscarse la vida, luchar, padecer. Eso s¨ª, la m¨²sica te da energ¨ªa, coraje, te empuja, le crees; la confianza vuelve cuando te dedicas a la m¨²sica con respeto, cuando vas a lo profundo, cuando buscas con trabajo tu camino, porque hay un camino¡±. Y dice ¡®camino¡¯ ¨Cy no chemin¨C , lo nombra en espa?ol, casi con vocaci¨®n m¨ªstica.
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