Logro cient¨ªfico

En lo que supone un sobrecogedor avance para la ciencia espa?ola, los jefes de los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n lograron anteayer reunirse con el Gobierno. No con Luis de Guindos, que solo es el ministro de Econom¨ªa, es decir, el responsable de los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n, precisamente, y de los recortes que est¨¢n yugulando a la ciencia p¨²blica. Ni con el de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, que es el que impide a los cient¨ªficos gestionar de forma inteligente lo poco que les queda con un sistema de intervenci¨®n preventiva que no solo garantiza la sangr¨ªa del talento local y la exclusi¨®n del extranjero, sino que hasta impide la compra de unas cuantas sillas para que se sienten los supervivientes de la escabechina. Pero bueno, all¨ª s¨ª que estaban un par de secretarios de Estado e interventores generales que declararon a la salida que ¡°intentar¨¢n hacerlo mejor a partir de ahora¡±. Y seguro que lo conseguir¨¢n, porque hacerlo peor es imposible.

Guindos y Montoro, como sus hom¨®logos de la ¨²ltima legislatura de Zapatero, han incurrido en dos errores garrafales.

Primero: como hay crisis, hay que recortar en ciencia. Falso. En los ¨²ltimos siete a?os, mientras la inversi¨®n espa?ola en investigaci¨®n ha ca¨ªdo un 9%, la de Alemania ha crecido un 38%, y la de Reino Unido, un 39%. Los pa¨ªses con Gobiernos inteligentes saben que solo la ciencia y la innovaci¨®n pueden sacarles de la crisis en mejores condiciones de las que ten¨ªan antes, y que en buena parte fueron precisamente su causa.

Y segundo, quejarse de que la inversi¨®n privada en ciencia es rid¨ªcula en Espa?a y esperar sentados a que los empresarios se desasnen. Eso no va a ocurrir nunca, ni ha ocurrido jam¨¢s en ning¨²n pa¨ªs. Las grandes potencias cient¨ªficas ¡ªy por tanto econ¨®micas¡ª lo son porque sus Gobiernos han estimulado, coordinado y exigido a sus empresas a investigar en los sectores estrat¨¦gicos de cada tiempo. As¨ª lo hizo Alemania ya en el siglo XIX, y Estados Unidos en el XX.

Fue el Gobierno federal norteamericano quien, en la d¨¦cada de 1920, incit¨® a Westinghouse, Kodak, Standard Oil, Du Pont, AT&T y General Electric a apostar en firme por la investigaci¨®n, y despu¨¦s de la Segunda Guerra cofinanci¨® con la industria la aeron¨¢utica, los sat¨¦lites y los ordenadores. Y esa es la historia del siglo XX.

Aqu¨ª seguimos en el siglo XXI discutiendo sobre los nacionalismos del XIX y las identidades del paleol¨ªtico. Pero bueno, si el secretario y la interventora aseguran que ahora lo van a hacer mejor, pues descorchemos el cava catal¨¢n.