7 consejos para no arruinar la cena de Navidad a tu familia
Mide tus palabras y, si puedes, vu¨¦lvete invisible. Son momentos de alto riesgo en los que cualquier ligero error puede conducirte al desastre
Nochebuena o d¨ªa de Navidad a mediod¨ªa. Estas son las dos citas determinantes en las relaciones familiares. Pr¨¢cticamente todo el a?o se concentra (como un volc¨¢n a punto de estallar) en esas dos fechas. Son la prueba definitiva. El momento en el que se vuelca el cemento que va a solidificar tus relaciones con los m¨¢s cercanos (a muchos no los volver¨¢s a ver en doce meses). O, de lo contrario, ser¨¢ la situaci¨®n en la que veas c¨®mo una bola de derribo gigantesca se aproxima a toda velocidad para destruir la muralla protectora que alrededor de tu familia se ha ido construyendo a lo largo de tantos y tantos a?os. Incluso de generaciones.
Es un momento, evidentemente, de riesgo. Es tener el precipicio a los pies y saber que si llega una racha de viento, aunque sea muy leve, te puedes precipitar al vac¨ªo. Hay que medir las palabras, elegir los interlocutores adecuados, apelar a la mesura, pensar dos veces antes de responder y, si es posible, volverse pr¨¢cticamente invisible. Piensa que tras esas horas, vendr¨¢n 365 d¨ªas de paz y descanso. La recompensa merece (y mucho) la pena. Toma nota.
Entrar al trapo a tu cu?ado carn¨ªvoro que ejerce, precisamente, de ¡®cu?ao¡¯: Has abrazado recientemente el veganismo y eres el tema de conversaci¨®n. El centro de un microcosmos familiar formado por amantes de la carne (la aprecian hasta cruda) y de los productos industriales que devoran compulsivamente. Cuenta hasta diez y trata de que la ensalada que tienes delante sirva como barrera ante cualquier tipo de chiste sobre ¡°comer solo verde¡±, "eso es para los conejos" o "?solo cenas guarnici¨®n?". Tu consuelo: "Ellos se lo pierden". Interioriza esta frase y rep¨ªtela mentalmente como un mantra.
Hablar de pol¨ªtica: O del calentamiento global. O de la reducci¨®n de los residuos pl¨¢sticos, granjas de animales para el consumo humano, derechos civiles en cualquier rinc¨®n del mundo, corrupci¨®n, Brexit, lo dif¨ªcil que es ser joven ahora... Lim¨ªtate a ser plano. A no opinar. Nadie de los que ahora mismo est¨¢n sentados contigo en la mesa y que supere los cincuenta piensa como t¨² sobre estas cuestiones.
Presentarse en casa de tus t¨ªos en ch¨¢ndal: Son la parte fina de la familia. Se comenta cuando ellos no est¨¢n delante. Les gustan las buenas maneras al estilo cl¨¢sico. T¨² piensas que, directamente, son rancios. Pero cada Navidad ellos son los encargados de convocar el festejo y ceden amablemente su lujoso hogar. T¨² llevas todo el a?o vistiendo en ch¨¢ndal. En tu armario lucen, como si fueran obras de arte colgadas en la pared de una pinacoteca, ediciones especiales de grandes marcas que t¨² consideras un tesoro. Solo hay un d¨ªa al a?o en que ese outfit te va a conducir a la ruina y es este. Ellos no van a entender que no vienes del gimnasio, aunque te empe?es en explicarlo.
Defender que lo de los pasaos del v¨ªdeo de las hipotecas le puede pasar a cualquiera: Vas a ver el v¨ªdeo varias veces, toda tu familia lo festeja. Porque el rid¨ªculo ajeno gusta, y porque como tampoco hay nadie especialmente gracioso con los chistes es el ¨²nico ant¨ªdoto contra el aburrimiento que hab¨¦is encontrado en familia. Como te est¨¢s cansando ya de los "tipos fijos" del v¨ªdeo decides ir a la contra, salir en su defensa. Sueltas la primera frase que se te viene a la cabeza que es: "Eso, de ma?aneo, le puede pasar a cualquiera". Y ahora tu penitencia: comienza explicando a tus padres c¨®mo, d¨®nde y con qui¨¦n practicas el ma?aneo.
Empe?arte en que tu abuela escuche trap: No te lances. Ella est¨¢ tranquila, no tiene por qu¨¦ escuchar los fraseos y bases electr¨®nicas que salen de los auriculares que llevas siempre conectados a tu m¨®vil. Aunque lo intentes, no va a entender lo que es un beef, aunque si lo hiciera lo gozar¨ªa mucho, ni tampoco por qu¨¦ toda esta gente utiliza un aparatito llamado autotune que les pone una voz algo extra?a. Pega tus ojos a la pantalla de televisi¨®n y festeja el talento navide?o de Raphael. Es la mejor manera que tienes para hacerla feliz. Ella se lo merece.
Practicar el calentamiento previo: Es decir, quedar con los amigos y celebrar (por anticipado) lo que va a venir. Si esta actividad no se practica con mesura y no se mantiene el alcohol lejos de los labios, la idea acabar¨¢ en cat¨¢strofe. No te equivoques, la frase ¡°solo una copita para brindar¡± es la perdici¨®n. Sabes que no ser¨¢ solo una, que la cosa tomar¨¢ m¨¢s velocidad que un F¨®rmula 1 y que ya no podr¨¢s tomar con seguridad las curvas. Llegar¨¢s a la mesa, te sentar¨¢s y pasar¨¢n solo unos cuantos segundos antes de que alguien te haga el test de alcoholemia visual y des positivo. Pero muy positivo.
Sacar un ¡®robado¡¯ a tu primo y mandarlo al grupo de WhatsApp de la familia: Es una pr¨¢ctica habitual en tu vida, te gusta cazar a la gente (mejor si son tus amigos) en situaciones, digamos, algo embarazosas. Tu primo nunca te ha ca¨ªdo especialmente bien y llevas toda la comida/cena esperando a que cometa un error, a que le pueda la previsi¨®n y pierda su tradicional compostura. Parece un dandy ingl¨¦s, y eso te repatea. Cuando estornuda y los langostinos salen de su boca disparados hacia el infinito, t¨² captas el momento. Triunfo. La mandas inmediatamente por chat. Fracaso: lo has mandado a un grupo en el que se encuentra la v¨ªctima de tu savoir faire para el instante decisivo fotogr¨¢fico.
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